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'¡Bruja, más que bruja!', el hachazo de Fernán Gómez a la España profunda
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'¡Bruja, más que bruja!', el hachazo de Fernán Gómez a la España profunda

Se reestrena '¡Bruja, más que bruja!', la zarzuela negra y rural que supuso la primera colaboración cinematográfica entre el Fernán Gómez director y la actriz Emma Cohen

Foto: Fotograma de '¡Bruja, más que bruja!'.
Fotograma de '¡Bruja, más que bruja!'.

Poca suerte tuvo Fernando Fernán Gómez con algunas de sus películas como director, censuradas, prohibidas o mal estrenadas. La progresiva recuperación de estos títulos malditos, sin ir más lejos la espléndida 'El mundo sigue' (1963) el año pasado, nos permite ahondar en la filmografía de uno de los directores clave de la historia del cine español. En el 40 aniversario de su producción, vuelve a las salas '¡Bruja, más que bruja!' (1976), una de sus obras más inclasificables, que sufrió la incomprensión del público de su época. Los espectadores del momento no supieron cómo enfrentarse a esta delirante zarzuela negra situada en un pueblo de la España profunda de la década de los cincuenta. La película también supuso la primera vez que Fernán Gómez dirigía para la gran pantalla a Emma Cohen, tras sus colaboraciones televisivas en 'Juan Soldado' (1973) y 'El pícaro' (1974).

Tráiler de '¡Bruja,más que bruja!'

La trama de '¡Bruja, más que bruja!' podría ser la de un vodevil cruel. Juan (Paco Algora) se marcha a la mili con la ilusión de que cuando regrese se va a casar con su amada Mariana (Emma Cohen). Pero la muchacha no le espera y contrae matrimonio con don Justino (Fernán Gómez), el cacique del pueblo, mucho mayor que ella y tío de Juan. A la vuelta del zagal, la joven pareja se ve incapaz de reprimir sus sentimientos, por lo que piden consejo a la supuesta bruja del lugar (Mary Santpere). A su manera, la mujer propicia el adulterio de los enamorados y el asesinato de don Justino.

La España de 'El caso'

Los personajes resultan arquetípicos hasta rozar la parodia, una versión esperpéntica de la España profunda de los años cincuenta. Don Justino es el clásico cacique conservador y machista que manosea de forma brutal a su esposa, se obsesiona con que ella quede embarazada y limita el jornal a sus pastores. El gañán no piensa en otra cosa que en acostarse con su amada.

Los personajes resultan arquetípicos hasta rozar la parodia, una versión esperpéntica de la España profunda de los años cincuenta

Mariana intenta cumplir con la moral de la época, pero no soporta el trato de su marido. Y no falta la beata solterona y reprimida, siempre con la mirada acechante, que ejerce de juez moral de los personajes. Mientras que la bruja sería la pícara del relato, una mujer que se aprovecha de la situación y concede a cada cliente aquello que desea a través de una serie de pociones y ungüentos que, bien sabe ella, no tienen poder alguno.

Lejos de desarrollar esta historia a la manera de un drama rural naturalista, Fernán Gómez y el guionista Pedro Beltrán, con quien ya había colaborado en 'El extraño viaje' (1964), urden un musical tan castizo como extraño, la antítesis del género tal y como lo ha institucionalizado Hollywood. En '¡Bruja, más que bruja!', los personajes arrancan a cantar sus penas y alegrías como en cualquier otra zarzuela. Pero el cineasta introduce diversas marcas de extrañamiento. En las escenas musicales, las voces de los intérpretes son totalmente diferentes, lo que no deja de resultar desconcertante.

Para quebrar todavía más la sensación de realismo, hay momentos en que el entorno boicotea la verosimilitud del musical

Para quebrar todavía más la sensación de realismo, hay momentos en que el entorno boicotea la verosimilitud del musical, como cuando las gallinas a las que da de comer Mariana cacarean tan fuerte que interrumpen la presunta emoción que debía transmitirnos el lamento lírico de la protagonista. O cuando Juan se ve obligado a añadir un bis por petición del respetable. La película finaliza con un plano de una orquesta tocando en una colina cercana, como si hubieran estado allí acompañando con su música todo el relato, redoblando la sensación de absurdo general.

El cine maldito de Fernán Gómez

Aunque estrenada más de una década después, '¡Bruja, más que bruja!' forma un curioso díptico con el más conocido de los títulos malditos de Fernán Gómez, 'El extraño viaje'. Las dos películas no solo comparten el coguionista y el fracaso en la taquilla. En ambos casos nos encontramos ante historias inspiradas en crímenes reales que tienen lugar en un pueblo de la España profunda donde los lugareños ejercen de coro (aquí, en el sentido literal) que observa y comenta los acontecimientos.

placeholder Cartel de la película '¡Bruja, más que bruja!'.
Cartel de la película '¡Bruja, más que bruja!'.

Y también en los dos filmes, la apariencia costumbrista se ve violentada por la práctica heterodoxa del género, el cine gótico en el filme de 1964 y el musical en este. Fernán Gómez también se reitera en su mirada crítica al ambiente sofocante de la España del momento, del que intentan escapar sin conseguirlo sus protagonistas. Juan sueña con trasladarse a la ciudad para incorporarse a la modernidad industrial que esta representa y él idealiza. Mariana, a quien atormenta la indisolubilidad de su matrimonio, rechaza sin embargo huir junto a su amante, porque supondría una rebaja en su estatus social. En el pueblo, al menos, es la esposa del cacique.

Fernán Gómez recurre a la zarzuela para desmontar algunos de los tópicos asociados a la representación popular en el género chico. '¡Bruja, más que bruja!' rehúye el costumbrismo colorista para adentrarnos en una España negra y asfixiante en que los personajes buscan soluciones mágicas a unos problemas que se ven incapaces de solventar por ellos mismos. Pero lo lleva a cabo desde cierto registro de comedia grotesca que entronca con toda una tradición literaria española dispuesta a desplegar un espejo deformante frente a la realidad. '¡Bruja, más que bruja!' queda como el ingenioso y mordaz hachazo que Fernando Fernán Gómez propinó a la España profunda justo después de la muerte de Franco.

Foto: Fotograma de 'Election: la noche de las bestias'.
Foto: Fotograma de 'Infierno azul'.

Poca suerte tuvo Fernando Fernán Gómez con algunas de sus películas como director, censuradas, prohibidas o mal estrenadas. La progresiva recuperación de estos títulos malditos, sin ir más lejos la espléndida 'El mundo sigue' (1963) el año pasado, nos permite ahondar en la filmografía de uno de los directores clave de la historia del cine español. En el 40 aniversario de su producción, vuelve a las salas '¡Bruja, más que bruja!' (1976), una de sus obras más inclasificables, que sufrió la incomprensión del público de su época. Los espectadores del momento no supieron cómo enfrentarse a esta delirante zarzuela negra situada en un pueblo de la España profunda de la década de los cincuenta. La película también supuso la primera vez que Fernán Gómez dirigía para la gran pantalla a Emma Cohen, tras sus colaboraciones televisivas en 'Juan Soldado' (1973) y 'El pícaro' (1974).

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