"Carmena tiene enfrente una derecha firme con toda su feligresía. Esto es la guerra"

"La política es nadar entre la mierda mientras buscas el dinero del otro". Esta frase, pronunciada por el protagonista de 'Muñeca de porcelana', resume la nueva obra de David Mamet. Estrenada en diciembre en Broadway con críticas dispares y protagonizada y escrita para Al Pacino, Juan Carlos Rubio dirige a José Sacristán en la primera versión que se estrena en el mundo de 'China Doll'.

La adaptación española de 'Muñeca de porcelana' se estrenó a finales del mes pasado en Sevilla y ahora llega a Matadero Madrid (desde hoy y hasta el 10 de abril) como un disección muy oportuna de las cloacas del poder político y económico y de sus puertas giratorias. Mamet la definió como "mejor que el sexo oral" y Sacristán, sin hacer suyas las palabras que escupe como una metralleta su alter ego, el millonario Mick Ross, defiende la idoneidad de hacer una "colonoscopia" al poder como la que ofrece este montaje. Y más con la que está cayendo en este país.

Además de estrenar esta obra, en versión de Bernabé Rico y en la que comparte escenario con Javier Godino, a José Sacristán se lo rifan. Sigue en 'Veltet' y estrenará este año en los cines 'Vulcania', la película de José Skaf; 'Toro', de Kike Maíllo junto a Mario Casas y Luis Tosar; 'Quatretondeta', la opera prima de Pol Rodríguez, y 'Las Furias', el esperado debut cinematográfico del director teatral Miguel del Arco.

P: Definió la obra, en la presentación en Sevilla, como "una colonoscopia al poder". Explíqueme por qué.

R: Se suele decir que es una radiografía o un análisis. Yo creo que esto es una colonoscopia porque Mamet le mete por el culo el aparato a este personaje. O más bien, a través del personaje, a las distintas formas de ejercer el poder: el económico, el político, el moral... y salen todas las subterraneidades y las contradicciones. También es lo que tiene este personaje de patético, a veces incluso de cierta ternura en su perversidad. Creo que es una colonoscopia muy inteligente, como casi todo lo que suele tocar Mamet.

P: Porque estamos ante un personaje que es un señor mayor, podrido de dinero, que se enamora de una jovencita y está dispuesto a hacer todo por protegerla pero, de repente, se encuentra con una situación en la que le quieren hacer la cama a él todos aquellos poderosos con los que había manipulado antes. Es muy preciso Mamet en esa colonoscopia de esa dependencia del poder económico y político.

R: De poderes, sí. La lucha de poderes. Como él mismo dice, hay una forma de ejercer el poder que procura que sea lo más evidente y eficaz posible, pero siempre hay otra forma de poder que acaba imponiéndose. Esta es la lucha permanente de una relación de fuerzas que se debate como en la puta jungla. No hay regla de juego. Es ver quién puede más.

P: Dice su personaje que "la política es nadar entre la mierda mientras buscas el dinero del otro". Es una definición que da un poco de miedo y más viendo la dependencia que hemos tenido en este país del poder económico, o los llamados mercados, y cómo han manejado todas las decisiones políticas.

R: Y las siguen manejando. Yo coincido con Mamet en esto en ver qué parte de responsabilidad tenemos, por así decirlo, los de a pie. Somos aquí conscientes de que a esa gente les ponemos nosotros, somos nosotros quienes les aplaudimos, los que les votamos y, en definitiva, somos nosotros los que de una manera u otra estamos, porque hay un gran sector de una sociedad que aplaude, sigue e, incluso, está interesada en que sigan ganando unos, los que ya se sabe que... ¿Entonces qué pasa con esto? ¿Cuál es la conclusión? Yo estoy con Mamet en esto a través de este personaje que piensa de una manera y sufre unas consecuencias determinadas. Yo pienso todavía para mí que el hecho de votar es un privilegio. No pienso que la política sea una forma de nadar entre la mierda, pero sí asisto a ello y esto ocurre, aunque mi conclusión última no sería esta. La mía como ciudadano, aunque sí entiendo que está pasando.

P: ¿Y parece que no nos damos cuenta?

El cinismo de lo que está pasando en Siria no es, ni más ni menos, que una confrontación de intereses

R: No queremos darnos cuenta. Esto de ser libre es un ejercicio que impone disciplina, conocimiento y sacrificio. La libertad es una cosa que hay que luchar y hay que librar la batalla diariamente. No se nos regala. Bien es verdad que a partir de esta minoría de edad permanente en la que vive gran parte de la sociedad siempre aparece el paternalismo del preboste, del que ejerce la fuerza, y esto es lo que viene a denunciar la obra.

P: También habla de las puertas giratorias -cómo ha hecho dinero este hombre o el hijo del gobernador que lucha por el poder-, que ahora están de plena actualidad, y no solo con los cargos políticos que saltan a las grandes empresas sino con el debate de investidura, los aforamientos...

R: Lo tienes en muchos más sitios, como la actitud de Europa frente a los inmigrantes. El cinismo de lo que está pasando en Siria no es, ni más ni menos, que una confrontación de intereses. Lo de Libia. Lo de las primaveras árabes. ¿En qué coño han acabado? ¿Y qué hace esta Europa civilizada y maravillosa a la que pertencemos? Echar gases lacrimógenos o pegarse de hostias para que no... Y somos nosotros. A mí lo que me gusta de Mamet es que no pontifica. E incluso a veces no comparto su posición pero me gusta el exabrupto y la mala leche porque efectivamente eso está pasando. Hay una actitud personal mía frente al ejercicio de la política y frente a la democracia y algunos comportamientos de los altos responsables que no comparte... Si fuera así me habría retirado a un convento. Pero sí entiendo y, de hecho asumo la responsabildad que me corresponde como intérprete de esta función de estar de acuerdo, que esto hay que decirlo.

P: Como dice, ¿en qué han quedado las primaveras árabes o el 15M al que hemos asistido en España?

Estando la izquierda tan fragmentada y despistada como está, que pone los pelos de punta, tiene enfrente una derecha firme e inamovible con toda su feligresía. A estas alturas no nos podemos engañar

R: Mira lo que está pasando. ¿Dónde esta? Porque yo la verdad es que deposité grandes confianzas en Podemos, pero...

P: ¿Le ha decepcionado?

R: No del todo. Falta tiempo. No voy a ser tan estúpido. Falta tiempo, pero de aquel momento a esta la deriva hay una cantidad de cosas que no me gustan y que me gustaría que no hubieran aparecido.

P: Falta tiempo y a la par vemos una persecución política y mediática por ejemplo con el Gobierno de Manuela Carmena. Por ejemplo, el foco se está poniendo en polémicas como los trajes de los Reyes Magos o los titiriteros.

R: Lo que pasa es que esto es la guerra. Y a ver si entendemos de una vez que a la guerra no se puede ir como si nada. "Me han pegado un tiro". ¡No te jode!, es que es la guerra. En la guerra la concejala de Cultura no puede programar un espectáculo que no ha leído porque le van a dar. En la guerra no puede quitar una placa para luego volver a ponerla. En la guerra no puedes hacer esas cosas porque cuando tú no estabas en las instituciones la guerra valía en la calle. Y se gritaba cabrones, ya está bien... Ahora sigue siendo la guerra. ¿Cómo te va extrañar que te peguen un tiro en los huevos? Aflojar no, no. Estando la izquierda tan fragmentada y despistada como está, que de verdad pone los pelos de punta, tiene enfrente una derecha firme e inamovible con toda su feligresía. A estas alturas no nos podemos engañar.

P: Y estamos inmersos en el debate de investidura hablando de esta izquierda fragmentada. ¿Nos están desoyendo? ¿Confía en que se alcance un acuerdo?

R: Estoy en una perplejidad expectante. Perplejo porque oigo cosas que no me gustaría haber oído de ninguna de las maneras. Esto de que diga el señor Iglesias de que como va a ser vicepresidente por qué no paseamos más juntos este señor y yo... Joder, joder, joder. Esto... En fin.

P: ¿Qué me puede contar de 'Las Furias'? Hay muchas ganas de ver el debut en el cine de Miguel del Arco. Sé que puede contar poco, pero ¿qué le atrajo de la historia?

R: Es una película estupenda. Me atrajo la historia y el personaje, y luego la tribu de la que iba a formar parte. A Miguel le conozco desde hace muchísimo tiempo, incluso rodó un corto muy cerca de mi casa, en Peralejo, y como hombre de teatro y armador de este grupo Kamikaze, qué te voy a contar. La tropa que hemos coincidido allí ha sido formidable. Presumo que va a ser una gran película.

P: ¿Y tiene más rodajes en marcha?

R: No. Tenía que estar rodando 'El bar', de Álex de la Iglesia, pero ya le dije que iba a ser una temeridad. Preparar 'Muñeca de porcelana' ha llevado un tiempo de estar ahí solo.

P: Es un texto muy difícil. Largo, sin réplicas y muy rápido. A Al Pacino le llovieron muchos palos porque no se lo sabía.

R: Sí. Primero porque no se lo sabía y luego por el pinganillo. Bueno, este hombre es un monstruo. No solo es un actor inmenso. Es un mito, pero de todas maneras está arrasando en Broadway.

P: En los premios Ceres se acordó de sus inicios en un pequeño apartamento...

P: En la pensión, no en un pequeño apartamento. Una puta pensión de 80 pesetas diarias. La pensión Gredola. 80 pesetas pensión completa, que hoy son medio euro... Pues con eso vivíamos. Joder qué tiempos... Sí, lo recordé porque fue emocionante. Era el año 64 y yo hacía siete papeles en 'Julio César', y me vi corriendo y saltando por las piedras aquellas.

P Le decía esto porque el teatro, la cultura, siempre ha estado en crisis, pero ahora estamos asistiendo a una especie de contraste. Por un lado, vemos una efervescencia creativa y de salas off y, por otro, un sector precario que se está amateurizando. ¿Esto es recuperable?

R: Está jodida la cosa. Por un lado es emocionante. Se hacen cosas de mucha calidad pero con eso no comes. Eso no puede ser. Se supone que hay que vivir de esto. Y, por lo demás, ahí tenemos el puto IVA y el desinterés total y absoluto por parte de los políticos. Yo te digo la verdad. Me cuesta trabajo mirar para otro lado todavía pero ya tengo una edad e intento ir a lo mio. Ojalá las cosas mejoren.

P: Pero es una cuestión de política cultural. Siempre nos miramos en Francia...

R: O en Inglaterra. Este año se celebra el centenario de Cervantes. Va a ser una vergüenza comparado con Shakespeare en Inglaterra. ¡Qué le vamos a hacer!

P: Pero ¿cree posible que en este país haya un pacto de Estado que coloque la cultura como un eje vertebrador donde no haya discusiones del de la ceja, el de las subvenciones o el rojo?

R: Tengo mis dudas. No es cosa de caer en catastrofismos, porque hay de todo, pero yo creo que no acabamos de dar una mayoría de edad intelectual o cultural. Creo que no. Nos queda un largo camino por recorrer y no parece que estemos en las sendas más indicadas. A estas alturas no voy a dar recetas ni quiero caer en el catastrofismo, pero lo veo todo con perplejidad expectante ya te digo. En todos los aspectos.