La guerra europea de los refugiados

Del mismo director que 'Un profeta' (2009),' Dheepan' se centra en un asunto de plena actualidad como la crisis de los refugiados a través de un conflicto político que no ha tenido apenas eco mediático en nuestro país. El protagonista que da nombre al filme huye hacia Europa de la guerra civil en Sri Lanka, donde ha combatido desde las filas de los Tigres Tamiles. Experiencia, por cierto, que el personaje comparte en parte con el actor que lo interpreta, Jesuthasan Antonythasan.

No es ni mucho menos el único damnificado por la contienda. 'Dheepan' arranca con una serie de escenas que resumen la situación en aquella isla al sur de la India. Entre las cenizas todavía humeantes de la guerra civil, los guerrilleros como Dheepan quieren escapar de posibles represalias políticas. Pero el país también está repleto de huérfanos y mujeres que esperan encontrar un futuro mejor en otras latitudes. Es el caso de Yalini (Kalieaswari Srinivasan), que convence a una niña sin padres, Illayaal (Claudine Vinasithamby), de hacerse pasar por su hija. Dheepan decide aliarse con ellas. Porque a una presunta familia le resulta más fácil conseguir la condición de refugiados que a las mismas personas en solitario.

Esta extraña familia consigue llegar a Francia, aunque el sueño de Yalini sería viajar hasta Gran Bretaña. El trío se instala en una casa de protección oficial de un barrio de los suburbios donde intentan iniciar una nueva vida. Dheepan trabaja como encargado de mantenimiento, a Yalini le dan empleo como cuidadora de un anciano en un apartamento vecino, mientras que Illayaal empieza a ir a la escuela. Aunque la situación no es ideal, parece que los tres han dado el primer paso para integrarse a su nueva situación. Y la película en este sentido se mueve dentro de las coordenadas de cierto cine social que describe las dificultades y los logros de unos inmigrantes en el difícil proceso de enraizar en un nuevo país.

Nuevo thriller

Pero Jacques Audiard es un cineasta cuya carrera se caracteriza por cultivar desde la idiosincrasia francesa los motivos propios del cine negro y el thriller, como puso de manifiesto en títulos como 'Lee mis labios' (2001), 'De latir, mi corazón se ha parado' (2006, soberbia adaptación de 'Fingers' de James Toback), o 'Un profeta', el drama carcelario que le dio fama mundial. Incluso su filme anterior, 'De óxido y hueso' (2012), un melodrama romántico marcado por el accidente que sufría la protagonista, no dejaba de moverse por cierto territorio cercano al género.

En 'Dheepa'n consigue acercarse al drama de los refugiados y su situación en Occidente moviéndose en este justo punto medio entre el realismo social y el cine negro. Una vez los personajes empiezan a asentarse en su nuevo hogar, descubrimos que han huido de una jungla para acabar en otra. El barrio donde viven está tomado por una banda de narcotraficantes que imponen su ley. En este sentido, 'Dheepan' no resulta tan lejana de 'Un profeta' como podría parecer. Porque la filmografía de Audiard, ya desde la reivindicable 'Un héroe muy discreto' (1996), está marcada por un tema recurrente que aquí surge de nuevo: la capacidad de adaptación como clave para el triunfo en entornos hostiles.

La película consigue acercarse al drama de los refugiados moviéndose en el punto medio entre el realismo social y el cine negro

Como en la película protagonizada por Tahar Rahim y Niels Arestrup, aquí el protagonista también tiene claro que para sobrevivir en su nuevo hábitat es crucial aprender los códigos que rigen las relaciones sociales, y adaptarse a ellos. De manera que la integración en este microcosmos de barrio con reglas propias y un sustrato humano propio del cine criminal se acaba anteponiendo al contexto más amplio de un estado democrático que supuestamente facilita la llegada de los refugiados. Cuando estalla la guerra entre dos bandas opuestas por el control del barrio se pone de manifiesto el paralelismo entre los dos conflictos que atrapan a Dheepan. Lo que conduce a que el protagonista reconecte con el trauma de su pasado y se remueva el tigre violento que dormitaba en su interior.

A todo ello se suma su relación con los dos personajes femeninos, sobre todo con Yalini. Mientras Dheepan va enamorándose progresivamente de la mujer que hace pasar por su esposa, ella se siente atraída por uno de los mafiosos para los que trabaja. Todo ello desemboca en un final insólito en que Dheepan adquiere un rol inesperado para un personaje de este tipo...

Una Palma inesperada

'Dheepan' fue la ganadora inesperada de la Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes. El anuncio del premio dejó enmudecida a la prensa porque no era un título que se barajara en ninguna quiniela. Pero tampoco se trataba del típico filme abucheado en las proyecciones previas cuyo reconocimiento en el palmarés despierta de inmediato las iras de los periodistas (muchos reservaban sus silbidos para un posible premio gordo a Youth de Paolo Sorrentino). Dheepan quedaba así como la típica película de consenso que acaba llevándose el principal galardón de un certamen precisamente porque no despierta ninguna pasión, sobre todo en contra.

Fuera del contexto festivalero, 'Dheepan' respira mucho mejor. Aunque no muestra la robustez de algunos de los títulos anteriores de Audiard porque algunas de las opciones del director sobre todo en el tramo final son harto cuestionables y la Palma de Oro le sigue quedando grande, representa una buena muestra de cómo aproximarse a un tema de actualidad desde el cine de género sin perder de vista las problemáticas humanas que entran en juego.