El cine pone fecha al fin de esta crisis: nunca

Primero fue el "España va bien" de José María Aznar, luego fueron los "brotes verdes" de Zapatero, y ahora las "raíces vigorosas" de Mariano Rajoy. Todos los presidentes del Gobierno ven el vaso medio lleno. Da igual que el número de parados creciera a pasos agigantados y que la deuda española consumiera las arcas, todo iba viento en popa. Incluso en la dichosa recesión económica los políticos han sido optimistas.

Durante el último año el presidente del Gobierno nos ha ido vendiendo que la crisis se acabaría en 2014. En febrero de este año él mismo la dio por finiquitada. Ahora la economía española está "sana" y, según sus propias palabras, lo han conseguido sin "dejar desguarnecidos a los más débiles".

Cine comercial, de autor, cortometrajistas, todos creen que la crisis ha llegado para quedarse, por mucho discurso triunfalista de los políticos entre operaciones púnicas y cursos falsos de formación.

El primero en viajar en el tiempo fue Santiago Segura. Torrente fue al año 2018 para mostrarnos cómo sería la España de entonces. La situación no podía ser peor. Anoten: La gente hace cola para entrar en la cárcel porque así se aseguran un plato de comida y un techo, España ha salido de la Unión Europea, la peseta ha vuelto a reinar, Cataluña se ha independizado y todo está asolado menos Eurovegas. Una visión con algo de fantasía y mucha mala leche.

Pero los dardos del director no se quedan ahíy también imagina un 2018 en el que Mariano Rajoy sigue en el poder y el líder de la oposición no se llama Pedro Sánchez, sino Pablo Iglesias. ¿Les suena familiar? Pues aún hay más. En un momento del filme un personaje llega a decir que "ya estamos saliendo de la crisis". A pesar de que Santiago Segura crea que todas sus películas son "políticas", en la quinta entrega de Torrente ha afilado sus cuchillos y ha mostrado su pesimismo hacia la situación actual del país: "He elegido temas que seguro nos van a preocupar ahora y más adelante", explicaba en la presentación del filme en Madrid.

Crisis de autor

Santiago Segura no ha sido el único en imaginar un futuro en el que la crisis sigue con nosotros. También lo han hecho los directores Adán Aliaga y David Valero en El arca de Noé, una de las propuestas más inclasificables del cine español de este año y que se presentó en la pasada Seminci.

La película nos traslada hasta 2020. Allí no hay ni casas inteligentes ni coches voladores, solo paro, fábricas que aplican ERES y mucha desolación. De fondo en la radio se escucha al presidente del Gobierno. No podía ser otro que Mariano Rajoy, que desde las ondas anuncia que el final de la crisis está cerca.Como Santiago Segura los directores imaginan un porvenir en el que el gallego seguirá en Moncloa y el dinero se gasta en tarjetas opacas.

Los protagonistas del filme imaginan una máquina que les transportará a un universo paralelo donde, sorpresa, sorpresa, la existencia es igual de gris que en la realidad. Poca esperanza.

Los realizadores hablaron en Valladolid con El Confidencial y explicaban que las declaraciones que se incluyen en su película de Rajoy no han sido alteradas, sino que en alguna de ellas el propio presidente hace referencia a 2020 como fecha clave. "Tenemos la impresión de que en el futuro, en 2020 todo va a estar igual, no va a cambiar nada", decían Aliaga y Valero.

Adiós a la Unión Europea

La crisis económica ha hecho que muchos partidos y ciudadanos pidan que España abandone la Unión Europea y pueda dictar sus propias medidas económicas. Mariano Rajoy defendió en el Parlamento Europeo la necesidad de estar dentro de la UE y no hacer caso de las "fuerzas políticas disgregadoras" y a los "eurófobos", que ponen en peligro la salida de la crisis.

Sin embargo el cine, igual que no ve el final de la crisis, también se imagina un futuro en el que España no forma parte de Europa. Lo pone de manifiesto Torrente 5, y de forma más explícita La gran invención, el cortometraje del economista Fernando Trías de Bes, que en forma de falso documental cuenta como un filme español descubre que la Unión Económica Europea tiene la misma estructura que defendía Adolf Hitler en uno de sus planteamientos económicos (un paralelismo real). El resultado es que en un contexto de crisis económica (que dentro de trece años todavía perduraría) los partidos más débiles salen de la organización y provocan su final. Estos no podían ser otros que España, Grecia, Irlanda e Italia. Para poner de manifiesto esta teoría el director utiliza imágenes de manifestaciones reales, dando una sensación de veracidad.

Trías de Bes reconoce a El Confidencial que lo que plantea en su cortometraje, ambientado en el año 2027, no es ninguna locura, sino que podría pasar perfectamente: "Claro que hay un riesgo de que esto ocurra, no hay voluntad política pero las imágenes del corto son claras. Hay partidos como el de Lepin o como Podemos, que te ganan las elecciones y podría pasar. La peli dice: ojo, que hay gente que no quiere a la Unión Europea y es una organización frágil".

El realizador se confiesa proeuropeísta, pero confiesa que en una crisis como la que hay ahora mismo y que parece dispuesta a quedarse "la amenaza de que la Unión Europea desaparezca es real".

Un futuro descorazonador que se parece demasiado a una realidad aun peor.