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La guerrillera argentina que luchó contra Franco
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estreno de 'mika, mi guerra de españa'

La guerrillera argentina que luchó contra Franco

Mika Etchebéhère fue persiguiendo la revolución social por toda Europa hasta acabar luchando en la Guerra Civil española en una columna del POUM

Foto: Fotograma del documental 'Mika, mi guerra de España'
Fotograma del documental 'Mika, mi guerra de España'

La figura de la mujer en la Guerra Civil tiende a olvidarse en los libros de historia. Como mucho uno encuentra alguna referencia a La Pasionaria, pero no ahondan en el resto de mujeres que estuvieron en el conflicto. Tanto en la primera línea de batalla, como en la retaguardia, apoyando y cuidando a los soldados, o simplemente organizando las provisiones.

De entre todas esas historias destaca la de Mika Etchebéhère, que llegó a ser capitana de una milicia del POUM durante la guerra. Mika no era ni siquiera española, pero la lucha por un mundo más justo la llevó hasta una España que se partía en dos. Una mujer argentina que vino voluntariamente para luchar por unos ideales que muchos de los combatientes no tenían.

Ella es la protagonista del documental Mika, mi guerra de España, dirigida por Fito Pochat y Javier Olivera y que cuenta la increíble historia de esta mujer que persiguió la revolución social por todo el mundo. De Argentina a París, pasando por la Alemania pre Adolf Hitler hasta llegar a un sitio donde la gente había empuñado las armas: España.

Mika Etchebéhère perseguía unos ideales que nunca se materializaron en estos países a los que acudió junto a su marido, el revolucionario Hipólito Etchebéhère. Una pareja enamorada, que renunció a una vida de comodidades, e incluso a los hijos, por lo que ellos llamaban “la lucha revolucionaria”.

El documental es una historia sobre la Guerra Civil pero, sobre todo, es una historia de amor, como confirma su director Fito Pochat a El Confidencial: “Creo que eso lo hace más interesante. Hablamos de una pareja con un humanismo muy arraigado. Ellos amaban la vida y aunque pueda parecer contradictorio, no lo es. Solo que querían que esa vida fuera mejor para todos. Mika está llena de contradicciones, pero siempre antepone su compromiso”.

Hasta tal punto antepusieron su lucha, que Hipólito muere en la Guerra Civil y es Mika la que se queda al mando de la columna del POUM. Hasta ese momento su labor se había desarrollado en la retaguardia, ayudando, cuidando de los soldados. Tras la muerte de su marido se convierte, literalmente, en la madre de estos hombres. La propia Mika escribió posteriormente en sus relatos que nunca antes se había visto a una capitana dar jarabe para la tos a sus soldados.

Una historia que atrapa por su mezcla revolucionaria y humanista, y que atrajo al director desde el primer momento, sin saber que Mika e Hipólito eran sus propios tíos abuelos.

Escuchar a Mika en una entrevista en la televisión francesa facilitó al director una de las tareas más difíciles: hacer que el espectador entienda a una mujer que defendía la lucha armada. El realizador deja claro que en la actualidad no tiene sentido la violencia para conseguir los objetivos, o al menos no en este lado del mundo: “Cómo saber, por ejemplo, qué pasa en África. Quizás allí operen sistemas de opresión de tal envergadura que justifiquen una defensa armada. Realmente no lo sé” explica Fito Pochat a este periódico.

Lo que sí tiene claro es que el mundo necesita más gente como Mika, ya que los cambios sólo se consiguen a través del compromiso. Un compromiso que en la actualidad vuelve a demostrarse con una sociedad que sale a las calles a protestar y gritar que las cosas tienen que cambiar, unos movimientos que Pochat cree que demuestran que algo falla: “No hemos logrado gestar un sistema que supere a las democracias. Sin embargo, está claro que hoy no logran satisfacer las necesidades de los pueblos. Élites corruptas que dan permanentemente la espalda a quienes los han votado. Sueño con que seamos capaces de generar cambios de manera pacífica”.

En aquella época Hipólito y Mika tenían claro que en España no se podía ser valiente sin ser temerario, y que la violencia y la lucha armada eran la única forma de hacer que su mensaje revolucionario no se perdiera como había ocurrido en Alemania, donde el ascenso de Hitler tiró 60 años de lucha obrera.

Mika luchó contra la victoria del Bando Nacional con todas sus fuerzas, y perdió por ello lo que más quería. Nadie entendía como una mujer que ni siquiera había nacido en España podía estar al pie de la batalla, pero, como cuenta la propia protagonista en el documental: “Hayque ver lo fuerte que es una mujer cuando tiene cojones”.

La figura de la mujer en la Guerra Civil tiende a olvidarse en los libros de historia. Como mucho uno encuentra alguna referencia a La Pasionaria, pero no ahondan en el resto de mujeres que estuvieron en el conflicto. Tanto en la primera línea de batalla, como en la retaguardia, apoyando y cuidando a los soldados, o simplemente organizando las provisiones.

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