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Mar Coll juega al desconcierto con el espectador
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Mar Coll juega al desconcierto con el espectador

La cineasta catalana estrena su segunda película tras el éxito de 'Tres días con la familia' tras inaugurar la Seminci en Valladolid

Foto: El equipo de 'Todos queremos lo mejor para ella' en la inauguración de Seminci
El equipo de 'Todos queremos lo mejor para ella' en la inauguración de Seminci

Desconcierto, ese era uno de los títulos provisionales de la segunda película de Mar Coll que ayer inauguró la Seminci. Y con esa sensación dejó a muchos de los asistentes al primer pase de Todos queremos lo mejor para ella, título con el que se ha quedado este filme que llegará a las salas españolas el próximo viernes.

Sin duda Javier Ángulo ha arriesgado al inaugurar su festival con la obra de Coll, a la que según sus palabras lleva persiguiendo desde hace un año para que estrenara en Valladolid. Una apuesta que ha calificado como personal. Sin duda lo es. Con ella han dado comienzo ocho días de cine que en su primera jornada han llevado a Seminci a dos grandes nombres (algo que en los últimos años se ha echado en falta en el festival): Paul Schrader y Jacques Audiard, que ha aprovechado para gritar sobre el escenario un sonoro "¡Te quiero Pedro Almodóvar!". Ambos han recogido las Espigas de Honor con las que han sido premiados en la inauguración. Lo han hecho en una gala que se ha convertido en un canto al cine de autor, para el que Angulo ha pedido una defensa en estos tiempos difíciles. Quien debía escuchar estas palabras ni siquiera acudió. El ministro Wert ni fue, ni se le espera. Ni que decir tiene que tampoco Montoro fue a ver como una película española, y en catalán, levantaba el telón.

Mar Coll construye toda su historia alrededor de este personaje, y para ello recurre a ese ‘tono’ tan personal, entre el drama y la comedia, muy Alexander Payne, aunque sin llegar a sus resultados. Una de esas películas donde el gran público dirá que no ha pasado nada. Aunque el viaje del personaje de Nora Navas sea perfectamente reconocible para cualquier persona. Una visión sin contemplaciones de ese momento en el que uno abre los ojos y descubre que su vida no se parece en nada a lo que había soñado de ella.

Todo resulta tan cotidiano, creíble, veraz… que al final acaba por ser monótono. Siempre esperas que la película explote en algun momento, aunque Mar Coll se mantiene fiel a sus principios. Podría ser el resultado de haber filmado a nuestras familias, con sus pinceladas de risas y miserias. Mención especial para una Nora Navas que puede con lo que la echen, merece más papeles protagonistas como este, que nos muestran una actriz que en una mirada pasa de la comedia al llanto. Ella es la artífice de que Todos queremos lo mejor para ella consiga, en ocasiones llegar al espectador, ya que el estilo frío de Coll nunca deja que la emoción empape el patio de butacas.

Así se hace cine en Francia

Antes de recibir su premio, Jacques Audiard, ganador del premio al mejor director el año pasado gracias a De óxido y hueso, tuvo un encuentro con los medios en el que, como cada vez que vienen los vecinos, no paró de darnos envidia. Audiard y su guionista de referencia, Thomas Biedgain contaron las claves del éxito del cine francés. Una pena que el Ministro de Hacienda no se haya acercado a Valladolid para escucharlo: “Hay algo que desde la posguerra ha hecho sobrevivir al cine francés, el Centro Nacional de Cine”. Esa misma institución que en España recibe cada vez menos dinero y que cada vez puede hacer menos por nuestras películas. Bidegain, en perfecto castellano lo que considera otro elemento fundamental de su industria “Un tercio de la entrada en Francia se dedica a la producción del cine francés, así si Spiderman triunfa, el cine francés también. El dinero para producir es el de la entrada, y también para difundir nuestro cine. Así que si un año es el cine americano el que funciona eso también es bueno. Es una forma de autofinanciación y de estar protegido en tiempos de crisis”. Ojalá alguien haya tomado nota.

A pesar de haber asegurado que no conoce bien la situación económica del cine español, Audiard sí que se ha manifestado preocupado por la subida del IVA y el alto precio de las entradas en España tras haber leído la carta abierta que Almodóvar publicó la semana pasada. Igual de pesimista se ha mostrado al ser preguntado por si el cine de autor está muriendo, como asegurara David Lynch hace pocos días. El director ha confesado que no le gusta hablar de cine de autor “cuando dices eso estás estableciendo un nicho. Es el cine lo que está muriendo. Ha mutado. La distribución es cada vez más difícil y cada vez va menos gente a las salas. Los cineastas nos tenemos que plantear estas cosas. Lo que está en juego no es el cine de autor, es la representación del cine”.

Un panorama gris de un director nacido en una familia de cineasta, su padre es el guionista Michel Audiard, que nunca se planteó dedicarse al séptimo arte, pero que terminó metido de lleno y convirtiéndose en una de las voces más personales del panorama europeo. Por ello sus próximos proyectos son impredecibles. Asegura estar escribiendo un western y tener en mente un musical, aunque no para ahora. Pero siempre en su Francia natal “me siento muy francés, mi cinefilia… todo, no me planteo rodar fuera”. Otra cosa más por la que tener envidia, poder rodar en tu país y que se te valore por ello.

Desconcierto, ese era uno de los títulos provisionales de la segunda película de Mar Coll que ayer inauguró la Seminci. Y con esa sensación dejó a muchos de los asistentes al primer pase de Todos queremos lo mejor para ella, título con el que se ha quedado este filme que llegará a las salas españolas el próximo viernes.

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