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Los directores de Hollywood se pasan a las series

Los realizadores comienzan a ver la televisión como un medio donde desarrollar historias más personales y arriesgadas que las que el cine les permite dirigir

Foto: David Fincher y Kevin Spacey en el rodaje de 'House of Cards'
David Fincher y Kevin Spacey en el rodaje de 'House of Cards'

Tras el éxito de Lo imposible todos esperaban que J.A Bayona anunciara su próximo proyecto. En realidad ya lo ha hecho. Pero muchos no se han enterado porque lo próximo del director no pasará por las salas comerciales, sino que se estrenará directamente en televisión, para poder ser disfrutado desde el sofá de casa. La serie se llama Penny Dreadful, y estará producida por otra personalidad del mundo del cine, Sam Mendes (American Beauty), y escrita por John Logan (El Aviador). Poco se sabe de la historia más allá de lo que la cadena Showtime ha querido ir desgranando: que se desarrollará en el Londres Victoriano y que por ella pasarán los monstruos más populares de la historia: Frankenstein, Dracula

Este cambio en la mentalidad de los directores es actualmente algo habitual. La televisión ya no es la caja tonta, ni la hermana pequeña del cine, sino que se ha convertido en todo un referente capaz de desarrollar los proyectos más laureados y arriesgados. El propio David Lynch, que sabe bien de qué va el tema, comentaba recientemente que la creatividad pasa por la televisión por cable.

Juan antonio bayona, premio nacional de cine 2013 por 'lo imposible'Que se lo pregunten también a Ben Affleck, que tras Argo, y a la espera de su nuevo proyecto cinematográfico, se ha comprometido con Fox para producir y dirigir varios episodios de The Middleman, una historia de crímenes desarrollada en Boston en 1960.

Las tornas han cambiado y cualquier director que se precie tiene que estar muy atento a los proyectos que se cocinan en las principales cadenas norteamericanas. El prestigio y el riesgo están en televisión. Además de ofrecer unos tiempos y una extensión impensable en una sala de cine.

La lista de grandes nombres de Hollywood que se deciden a participar en una serie se sigue ampliando, y en los próximos meses se unirán Shyamalan y Oliver Stone. La industria cinematográfica empieza a ver como lo que empezó siendo una actividad secundaria se ha convertido en una fuga de cerebros.

¿Los Emmys o los Oscars?

La prueba irrefutable de que el panorama ha dado un giro de 180 grados esta en los Premios Emmy que se entregarán esta misma noche. Un vistazo a los nominados y cualquiera podría pensar que se encuentra viendo un anticipo de los Oscar. Primero por los actores nominados, una lista en la que se encuentra lo más selecto de Hollywood: Kevin Spacey, Al Pacino, Michael Douglas, Matt Damon, Jane Fonda, Hellen Mirren, Sigourney Weaver… y muchos más.

Pero lo que más sorprende es ver el plantel de directores que este año han sido reconocidos por sus trabajos en televisión.

El más destacable es el de David Fincher. Es uno de los nombres más respetados del cine actual, un perfeccionista que convierte en obra de culto todo lo que toca y que ha decidido contar en House of Cards toda la basura existente en la política norteamericana para Netflix. La empresa de video on demand ha conseguido revolucionar el mercado y ganar el prestigio necesario para ser una de las series más nominadas esta edición, para ello se ha servido en parte del nombre de Fincher como productor y director de un proyecto que la semana pasada ya se alzó con el premio al mejor reparto, indicando que a lo mejor en la guerra entre Breaking Bad y Homeland puede colarse un contendiente. House of Cards compite como serie de drama, pero donde todos los directores de ‘cine’ pelearán en el barro por su ansiado Emmy es en la categoría de Mejor dirección de miniserie o película creada especialmente para la televisión.

placeholder David Mamet en el rodaje de 'Phil Spector'

Es aquí donde se concentran más nombres importantes. El motivo no es otro que una miniserie de seis episodios o una película para televisión permiten a un director compaginar su trabajo sin abandonar el mundo del cine, y desarrollar así para cadenas como HBO o AMC productos más personales o incluso prestigiosos.

Este año el favorito es Steven Soderbergh. Su Behind the Candelabra ha encantado a todo el mundo y ha competido en el Festival de Cannes, por lo que le saca un cuerpo de ventaja al resto de realizadores. En caso de que se diera la sorpresa otros dos nombres vinculados al cine esperan al acecho. Uno es David Mamet, guionista de Los Intocables de Elliot Ness o Cortina de Humo, que gracias al biopic sobre Phil Spector ha vuelto a hacerse un nombre. La televisión le encumbra de nuevo tras varios años en el olvido. La tercera en discordia es una de las pocas mujeres que ha optado al Oscar a la mejor dirección. No es otra que Jane Campion, que consiguió la estatuilla al mejor guión gracias a El Piano y que ha realizado en su Australia natal una miniserie de siete capítulos, Top of the lake que la han llevado a las puertas de otros premios, los Emmy.

El 2013 ha sido el año de consolidación de los grandes nombres en el mercado televisivo, pero este proceso comenzó ya hace tiempo. Su punto de inflexión se vivió hace dos años, cuando Martin Scorsese subió al escenario para recoger su premio como mejor director por el episodio piloto de Boardwalk Empire, una serie producida por él, que le encajaba como anillo al dedo (la mafia y la ley seca como telón de fondo). Si el mismísimo Scorsese podía dirigir un capítulo y salir reforzado de su experiencia televisiva significaba que algo había cambiado. Y desde luego que lo ha hecho. A este ritmo, en pocos años el cine puede convertirse en la pantalla tonta y la hermana pequeña de la televisión.

Tras el éxito de Lo imposible todos esperaban que J.A Bayona anunciara su próximo proyecto. En realidad ya lo ha hecho. Pero muchos no se han enterado porque lo próximo del director no pasará por las salas comerciales, sino que se estrenará directamente en televisión, para poder ser disfrutado desde el sofá de casa. La serie se llama Penny Dreadful, y estará producida por otra personalidad del mundo del cine, Sam Mendes (American Beauty), y escrita por John Logan (El Aviador). Poco se sabe de la historia más allá de lo que la cadena Showtime ha querido ir desgranando: que se desarrollará en el Londres Victoriano y que por ella pasarán los monstruos más populares de la historia: Frankenstein, Dracula

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