Jesús Carrasco gana el premio Biblioteca Breve con una nueva vuelta al mundo rural

El escritor extremeño Jesús Carrasco (Olivenza, 1972) ha ganado el premio Biblioteca Breve, que otorga la editorial Seix Barral, con la novela Elogio de las manos, una nueva inmersión en el mundo rural. Según la sinopsis, es la historia de una pareja que comienza a reparar una casa en un pueblo del sur de España, y donde conviven con burras, gallinas, perros y ratones, pero con la espada damocliana constante de su derribo. "Es una elocuente metáfora de la vida: nos entregamos a ella aun sabiendo que termina", afirma la nota editorial. Ha sido premiado por unanimidad entre todos los miembros del jurado (Pere Gimferrer, Rosario Villajos, Lola Pons, Rafael Arias y Elena Ramírez), quienes han destacado que es "una novela curativa y luminosa que aborda la restauración de una casa en el campo que redime a la familia que la ocupa".

"Estoy en la gloria", ha manifestado el escritor nada más recoger el galardón. "Se escribe en soledad, se arma en soledad, pero una cosa es escribir y otra escribir novelas. Para escribir novelas necesito a otras personas. Es un esfueroz muu largo en el tiempo, y en ese esfuerzo uno acaba perdiendo los atributos del escritor que es ser lector, y ahú necesito la ayuda de los demas. Necesito de la mirada de otras personas. En este caso, Raquel, mi mujer, y el poeta Juanma Ruíz, que es la lealtad personificada", ha añadido.

"De lo que hablo es de lo que está a mano. Y que se reconsidere que en ese espacio cercano suceden las cosas más importantes de la vida"

Abundando en el argumento, ha explicado que "parte de una experiencia personal de nuestra familia en esa casa, y ahí vi una metáfora de la vida. El punto de vista son las manos, no lo vemos con los ojos sino con las manos, que acarician, cuidan, consuelan, se aprietan. Y el contexto del libro: cuando todo está fragmentado y va a una velocidad extraordinaria y todo lo importante parece suceder en otro lugar, de lo que hablo es de lo que está a mano. Y que se reconsidere que en ese espacio cercano suceden las cosas más importantes de la vida. Es una experiencia emocional que he intentado narrar sin sensiblería".

En el turno de preguntas de las rueda de prensa, Carrasco ha manifestado que "si hay algo que no me cansa es trabajar con las manos. Me he criado en una familia trabajadora, mis padres encuadernaban libros en un taller... El trabajo manual siempre ha estado presente en mi familia como algo digno, que te da autonomía". Por supuesto, ha caído la pregunta sobre la tradición del realismo rural, de Delibes a Torrente Ballester, del que Carrasco no rehúye, al contrario. "Es imposible estar al margen de la tradición, yo soy lector de esa tradición. El hecho de que ambiente en el medio rural es porque soy hijo de ese medio. Mi forma de ver el mundo está muy contaminado por eso. No elegiría para mí esa etiqueta, pero la entiendo y me siento cómodo".

También se dijo de la novela que era un elogio del error. "Sí, porque el fracaso es una parte de la vida, como la muerte. Intento no ser maniqueo ni dejarme seducir por una corriente cultural, mi experiencia de la vida es otra donde cabe el amor y la miseria, y el error juega un papel fundamental. Las tareas que intenta hacer el narrador las he intentado yo también, y como con las novelas, voy descubriendo claves, ese no saber hacer es lo que me lleva hacia delante. Para mí el error es fundamental y estoy todo el rato equivocándome, pero eso es ir viviendo", ha explicado. En definitiva: la vida tiene derrumbes, la vida tiene muertes, de animales y personas y esta novela las mira a la cara.

No es, no obstante, una novela oscura. Al contrario, se ha insistido en su calidad y en sus chispas de humor. "Mi vocación es ir hacia la comedia. Yo lo que quiero es hacer reír", ha añadido el escritor.

Rosario Villajos, ganadora de la edición anterior, ha destacado la forma: "Llega en un momento adecuado, es un elogio a la vida. Es conmovedora y reparadora. Nosotros salimos reparados de la novela". Lola Pons ha destacado el léxico de lo rural y el retrato de ese campo español "que no es sórdido ni aparece de forma edulcorada. La salud mental también aparece en la novela, pero es original porque aquí los terapeutas son una burra, los amigos, el campo, el sol de Cádiz y todo eso se permea en una novela que resulta agradable". Rafael Arias, de la librería Letras Corsarias, ha reflejado los "distintos niveles de lectura" y que "sales mejor de la novela que cuando entras". Pere Gimferrer ha resaltado la sutilidad de la novela.

"Llega en un momento adecuado, es un elogio a la vida. Es conmovedora y reparadora. Nosotros salimos reparados de la novela"

Carrasco irrumpió en el mundo literario en 2013 con Intemperie, que se convirtió en un fenómeno. También por la temática que abordaba, ya que el escritor se adentraba en lo rural con un lenguaje muy particular. La novela ganó diversos premios como el del Gremio de Libreros de Madrid o el English Pen Award. Más tarde sería adaptada al cine por Benito Zambrano. Después llegaron otras dos novelas, La tierra que pisamos (2016) y Llévame a casa (2021). Esta es su cuarta novela. Es un autor de la casa: todas han sido publicadas en Seix Barral.

A la 66ª edición del Biblioteca Breve, dotada con 30.000 euros, se han presentado 772 manuscritos. Prece que Seix Barral se ha alejado de la apuesta de las ediciones anteriores (conflictos femeninos) y va a lo seguro con un autor de la casa y con buenas referencias de crítica y público. Y tiene pintón.