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Colombia se lanza a por los restos del galeón español San José (sin acuerdo con España)
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Colombia se lanza a por los restos del galeón español San José (sin acuerdo con España)

El presidente Gustavo Petro quiere extraer sus tesoros antes de que expire su mandato en 2026. Los arqueólogos ya han mostrado sus recelos y su ministro de Cultura no ha hablado del tema con Urtasun

Foto: Fotografía cedida por la Armada Nacional de Colombia que muestra los hallazgos encontrados durante la búsqueda de los restos del galeón San José sumergidos en el Mar Caribe colombiano ( EFE Armada Nacional de Colombia)
Fotografía cedida por la Armada Nacional de Colombia que muestra los hallazgos encontrados durante la búsqueda de los restos del galeón San José sumergidos en el Mar Caribe colombiano ( EFE Armada Nacional de Colombia)

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, quiere los restos del galeón español San José, hundido cerca de las costas de Cartagena de Indias en 1708. No es la primera vez que la batalla por este pecio, que se considera uno de los más ricos del fondo del mar, salta a la actualidad política, pero Petro ha vuelto a apretar las tuercas y ya ha manifestado que quiere que los restos que queden (y su tesoro estimado) salgan a la superficie antes de 2026, año en el que expira su mandato. Y, según los medios colombianos, ya ha anunciado que habrá una inmersión la próxima primavera.

El asunto es que no es todo tan fácil. Además, según los propios arqueólogos marinos tanto colombianos como extranjeros, el presidente no está dando los pasos adecuados y puede hacer más mal que bien a lo que quede del barco. "El tesoro es un buen titular, pero mata a la arqueología"- ha manifestado Piotr Bojakowski, profesor del departamento de arqueología náutica de la Universidad Texas A&M- "Si sólo se trata de buscar oro, lo que se perderá es la capacidad de estudiar el sitio".

Por su parte, el ministro de Cultura de Colombia, Juan David Correa, recibió el pasado diciembre una carta firmada por los 20 principales arqueólogos y científicos de Colombia en la que señalan que la idea del presidente carece de proyecto de investigación y un laboratorio de conservación que garantice la integridad de los artefactos que se pretenden extraer. Como apostilló otro experto, “cuanto mayor es el tesoro, mayor es el problema. Y hay mucha gente que quiere tenerlo en sus manos”.

Muchos pretendientes del pecio

Porque en esta historia no es solo Colombia la que puja por el pecio. Aquí hay varios agentes implicados, entre ellos España, que quisieran acceder a sus tesoros, aunque no se sabe nada sobre lo que puede haber ya a unos 700 metros de profundidad. Las cámaras hasta la fecha no han mostrado muchos lingotes sino más bien vasijas y algunos útiles más. Por otro lado, tampoco está nada claro el valor de lo que hay ahí abajo. Hay informes que señalan que el tesoro podría valer 20.000 millones de dólares (unos 18.300 millones de euros) y otros que 17.000 millones (15. 500 millones de euros). Otros que no se puede saber. En cualquier caso, la Constitución colombiana -en el caso de que Colombia se quedara con lo extraído- afirma que los bienes patrimoniales no se pueden vender (así que, como mucho, se quedarían en un museo).

placeholder El presidente de Colombia, Gustavo Petro, en la ceremonia de Afirmado de Pabellón del buque de investigación ARC 'Simón Bolívar' con el que pretende ayudar a extraer el galeón español San José, hundido frente a Cartagena de Indias en el siglo XVIII (EFE Ricardo Maldonado Rozo, 2022)
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, en la ceremonia de Afirmado de Pabellón del buque de investigación ARC 'Simón Bolívar' con el que pretende ayudar a extraer el galeón español San José, hundido frente a Cartagena de Indias en el siglo XVIII (EFE Ricardo Maldonado Rozo, 2022)

Lo que sí se sabe es que este galeón fue uno de los más poderosos de la época del imperio español al medir 40 metros de largo y 11,6 metros de ancho, tener tres velas de tres mástines y un arsenal de 64 cañones para defenderse (que no le sirvieron de mucho tampoco). Llegó a tener casi 600 pasajeros que acabaron todos ahogados (menos once), por lo que su lugar de naufragio también es un tumba que quisieran conservar los arqueólogos (y España, que siempre ha alegado esta cuestión para que no se muevan las cosas). Se sabe también que el galeón zarpó del norte de España en 1706 rumbo al Caribe y llegó a Cartagena de Indias, entonces virreinato de la Nueva Granada, hoy Colombia, ese mismo año. Pero no se detuvo allí sino que se marchó a lo que hoy es Panamá y allí recogió los tesoros que se habían extraído en Perú, Ecuador y México. Por lo que estos países también tienen algo que decir al respecto.

El San José, que también tiene su ramalazo literario ya que Gabriel Márquez lo utilizó para su novela El amor en los tiempos del cólera, nunca regresó a España porque en 1708 se topó con una escuadra de cinco navíos de guerra británicos, que entonces eran enemigos de España y Francia durante la Guerra de Sucesión española. Esta no finalizaría hasta la firma del Tratado de Utrecht que trajo a los Borbones a España en 1713. Dicen las crónicas que una hora batalló el San José hasta que explotó su almacén de pólvora y se hundió irremediablemente con, según el Archivo de Indias, 200 toneladas de oro y plata, piedras preciosas y medio millón de pesos españoles. Más las casi 600 personas. Tras la desgracia el resto de barcos huyó despavorido hacia el puerto seguro de Cartagena.

Las guerras y las demandas

El pecio lo encontró por primera vez la empresa estadounidense Sea Search Armada en 1982, quien firmó entonces que se quedaba con sus derechos de exploración y con el 50% de lo extraído. En 2015, Colombia anunció que sus buscadores -la empresa privada Woods Hole Oceanographic Institution (la que había buscado el Titanic)- habían encontrado los restos del San José, pero en un lugar diferente al que había señalado Sea Search Armada (por lo que no le debería ese 50%). Juan Manuel Santos lo anunció a bombo y platillo. Tres años después se supo que era una media verdad: el lugar estaba prácticamente al lado por lo que Sea Search Armada demandó al Gobierno colombiano por intentar eludir su acuerdo de compartir la mitad de cualquier tesoro recuperado del pecio.

Santos, también anunció, al igual que Petro, que haría todo lo posible por extraer el pecio. Nunca llegó a cumplir esta promesa.

placeholder Así explotó el galeón San José Explosión del San José según la ilustración de Samuel Scott (Museo Marítimo Nacional, Londres)
Así explotó el galeón San José Explosión del San José según la ilustración de Samuel Scott (Museo Marítimo Nacional, Londres)

Sí aprobó, sin embargo, una ley que perjudicaba a España, quien había mostrado su interés por el pecio al tener el barco bandera española. España se apoyaba en la Convención Internacional sobre el Derecho del Mar de 1982, que establece que los buques de guerra siguen siendo propiedad de su Estado incluso después de hundirse. Sin embargo, Colombia nunca ratificó esta convención. Por otro lado, existe la Convención de 2001 de la Unesco sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, que Colombia tampoco firmó. Al contrario, en 2013 aprobó la Ley de Patrimonio Cultural Sumergido adicional que le daba toda la legalidad para quedarse con el San José por llevar hundido en aguas colombianas más de cien años, incluso aunque su tesoro ni siquiera se hubiera extraído de sus tierras.

Así las cosas, ahora es Gustavo Petro quien se lanza a la carrera del San José, un galeón ya cuasi mítico con demasiados pretendientes. El pasado 12 de diciembre, el ministro de Cultura colombiano Correa se reunió con el español, Ernest Urtasun, pero no se acordó nada sobre el galeón. El Gobierno colombiano de momento no va a cejar en su intento y sí está dispuesto a seguir adelante.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, quiere los restos del galeón español San José, hundido cerca de las costas de Cartagena de Indias en 1708. No es la primera vez que la batalla por este pecio, que se considera uno de los más ricos del fondo del mar, salta a la actualidad política, pero Petro ha vuelto a apretar las tuercas y ya ha manifestado que quiere que los restos que queden (y su tesoro estimado) salgan a la superficie antes de 2026, año en el que expira su mandato. Y, según los medios colombianos, ya ha anunciado que habrá una inmersión la próxima primavera.

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