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Los secretos (algunos inconfesables) de Stefan Zweig
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Los secretos (algunos inconfesables) de Stefan Zweig

Una nueva biografía, la primera escrita por un experto español, entrelaza magistralmente la vida y la obra del escritor austríaco, famoso por preservar herméticamente su intimidad

Foto: El escritor austríaco Stefan Zweig. (EFE/Centro Stefan Zweig de Salzburgo)
El escritor austríaco Stefan Zweig. (EFE/Centro Stefan Zweig de Salzburgo)
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Cuando Stefan Zweig y Lotte, su segunda mujer, se atiborraron de Veronal el 22 de febrero de 1942 en su vivienda en Brasil y se quitaron la vida, convencidos de que Hitler se convertiría en dueño del mundo, la noticia de su suicidio dio enseguida la vuelta al mundo. Fue, por ejemplo, portada del New York Times. Al fin y al cabo, el autor austríaco era una auténtica celebridad, uno de los escritores más famosos, más vendidos y más traducidos del mundo. Algunas de sus obras en japonés y en chino.

Ochenta años después de su muerte, Zweig sigue siendo profusamente leído y enormemente respetado. Además de su obra, su trayectoria vital e intelectual le ha convertido en una personalidad admirada por su pacifismo (le tocó vivir las dos guerras mundiales), por su europeísmo convencido (defendía una Europa unida y sin fronteras y, sin embargo, vio el desmoronamiento del Viejo Continente), por su ardiente defensa de la cultura (mientras los nazis primero quemaron sus libros y después los prohibieron por ser de origen judío) y por su respaldo a la libertad individual. Sin embargo, en realidad se sabe muy poco de la faceta íntima y personal de Zweig. El escritor era en ese sentido famoso por su hermetismo.

placeholder Portada de 'Stefan Zweig: vida y obra de un gigante de la literatura', de Luis Fernando Moreno Claros.
Portada de 'Stefan Zweig: vida y obra de un gigante de la literatura', de Luis Fernando Moreno Claros.

Es de dominio público que coleccionaba manuscritos originales de grandes autores, de los que llegó a atesorar más de 2.000 y se dejó un dineral en reunirlos. Tenía manuscritos de Balzac, de Goethe, partituras de Beethoven… Incluso un autógrafo de Hitler. "En esos manuscritos veía el sufrimiento de los grandes escritores al crear sus obras. A Zweig le costaba escribir, y le reconfortaba ver que a los demás también les costaba", asegura a El Confidencial Luis Fernando Moreno Claros, uno de los grandes expertos a escala internacional en Zweig y autor de Stefan Zweig. Vida y obra de un gigante de la literatura (Arpa), la primera biografía del escritor firmada por un español. Pero sobre sus estados de ánimo y las emociones que lo sacudían apenas se sabe nada.

Zweig no ofrece detalles sobre sí mismo en El mundo de ayer, libro que pasa por ser su autobiografía y que en realidad es más bien la memoria de una época. Ni siquiera en sus diarios habla de sentimientos, decantándose más bien por describir las actividades que ocupan su día a día.

Total, que Stefan Zweig, el hombre, es un misterio.

Frío y distante

"Yo he leído muchas, muchísimas de sus cartas y no habla nunca de sentimientos. Así que no sabemos cómo era", afirma Moreno Claros. "No sabemos si Zweig era extremadamente sensible y precisamente por eso no quería hablar de sus sentimientos o si era un hombre emocionalmente frío, y justo por eso no habla de ellos. Todo apunta a que era buena persona, amigo de sus amigos, alguien que ayudaba a los demás cuando estaban necesitados, alguien espléndido económicamente. Pero en su relación tanto con Friderike como con Lotte (su primera y segunda mujer, respectivamente) fue fundamentalmente frío y distante".

Ambas mujeres tuvieron que sacrificarse en nombre del trabajo de su marido, diluyéndose sus propias vidas hasta quedar desdibujadas. Y a cambio de inmolarse, ninguna de las dos recibió pasión por parte del escritor.

placeholder Los cuerpos de Stefan y Lotte Zweig en su casa de Petrópolis después de cometer suicidio.
Los cuerpos de Stefan y Lotte Zweig en su casa de Petrópolis después de cometer suicidio.

Los diarios de Zweig de 1912 y 1913 han aportado bastante información sobre cómo era su vida en esa época, cuando el escritor contaba 30 años. Una vida en la que no hay ni rastro de pasión amorosa, pero en la que no faltan, sin embargo, los encuentros sexuales, en busca del placer puramente carnal. El 29 de septiembre de 1912, por ejemplo, el escritor deja constancia de que siente una inquietud que lo corroe por dentro y que, para acabar con ella, decide invitar a su casa a dos mujeres. "Pero aunque la belleza de sus cuerpos me reconforta, ya no me siento capaz de soportar demasiado rato la falta de cortesía de este tipo de encuentros, así que a las seis en punto las despido".

En ese mismo año de 1912 escribe en su diario que "dichas aventuras solo merecen la pena por el peligro que entrañan". Se trata de unas palabras enigmáticas que parecen referirse a algo más que a sus habituales encuentros con mujeres...

Varios biógrafos de Stefan Zeigw se han hecho eco de la posibilidad de que el escritor fuese exhibicionista, un rumor que ya corría en su época

Fue el erudito austriaco Ulrich Weinzierl quien lanzó en su libro El ardiente secreto de Stefan Zweig la hipótesis de que el escritor podía tener una perversión sexual oculta: era exhibicionista y disfrutaba mostrándose desnudo ante mujeres en lugares públicos, especialmente en parques. Una posibilidad de la que luego se han hecho eco otros biógrafos del escritor como Donald A. Prater, Oliver Matuschek, George Prochnick y que también recoge Luis Fernando Moreno Claros.

Pero incluso en tiempos de Zweig ese rumor ya estaba en el aire. El propio Thomas Mann escribía sobre el supuesto exhibicionismo de Stefan Zweig en
una carta de 1954 al médico Paul Orlowski. "A mí nunca me lo reconoció, pero en su círculo íntimo era sabido, y también que padeció situaciones terriblemente penosas por ese motivo", le escribió.

Benno Geiger, marchante de arte y durante un tiempo amigo de Stefan Zweig, da por cierto el exhibicionismo del escritor en sus memorias, publicadas solo en italiano. "Padecía de ese impulso irresistible de desnudarse en presencia de una chica joven en un lugar solitario. A esta bagatela la denominaba él con una palabra de su invención, ‘schauprangertum’. Sus lugares preferidos eran los senderos del parque de Schönbrunn, sobre todo la antigua Casa de los Monos".

placeholder Los escritores Stefan Zweig y Joseph Roth fotografiados en 1936. (Getty/Imagno)
Los escritores Stefan Zweig y Joseph Roth fotografiados en 1936. (Getty/Imagno)

La palabra schaupragern está compuesta por dos vocablos: Schau (que significa exhibición, ostentación, espectáculo) y Pranger, picota, de donde se deriva la expresión an den Pranger stellen, poner en la picota, sacar a la luz los defectos y faltas de alguien.

El diario de Zweig de 1912 incluye en una nota del 10 de septiembre la palabra schaup, posible abreviación de schaupragern, acompañada de un comentario
que refuerza la hipótesis de que dicha palabra pudiera aludir a prácticas exhibicionistas. "He dedicado toda la mañana a asuntos pendientes, y he pasado más rato preparándolo todo para ponerme a trabajar que trabajando propiamente. Después, he salido a pasear por el parque de Liechtenstein, schaup. El objeto demasiado joven, sin mucho interés, más atónita que capaz de la madurez psicológica adecuada. En definitiva, ha sido menos excitante que peligroso. Debería evitarlo, al igual que el famoso parque Liechtenstein".

El exhibicionismo estaba por aquel entonces castigado y conllevaba además la vergüenza y el aislamiento social. Una entrada de Zweig en su diario correspondiente a un domingo de febrero 1913 ha desatado la sospecha por parte de algunos de sus biógrafos de que el escritor hubiera estado ese día a punto de ser pillado mientras protagonizaba prácticas exhibicionistas en el recoleto parque de Schönborn, con el que lindaba la parte trasera de su casa.

"Mi vida entera estaba en juego"

"Mi suerte fue puesta a prueba del modo más espeluznante…, menos mal que superé esa prueba con éxito, aunque quizás por última vez", escribe Zweig. Y poco después añade: "Salgo a pasear por el parque Schönborn y entonces ¡ocurre! Lo más espeluznante es que no he sentido absolutamente nada. En un momento en que otro se habría desmoronado ante semejante presión, en un momento en que mi vida entera, mi existencia toda, estaba en juego y ya perdida…. Después del primer instante de desamparo, tan solo me invade un inmenso sosiego".

"No sabemos a qué se refiere Zweig en esa entrada de su diario, tal vez podría aludir a que había sido sorprendido in fraganti mientras realizan prácticas exhibicionistas, tal vez alguien le amenazó con denunciarlo. No lo sabemos", sentencia Moreno Claros. Pero el propio Zweig escribió un poco más adelante en su diario: "El erotismo me horroriza porque no soy yo quien lo domina, sino él a mí". "Yo personalmente opino que no fue exhibicionista. Pero en la Viena de entonces había bastante perversión sexual y es posible que Zweig cayera alguna vez en esas prácticas. Pero, aunque así fuera, eso no influye en absoluto en su obra ni le quita mérito".

De hecho, uno de los grandes aciertos de esta nueva biografía es que permite seguir paso a paso la vida y la obra de Zweig, analizando por qué en
determinados momentos de su vida surgen determinadas obras
. "Zweig en España se lee mucho, pero con frecuencia se desconoce la relación de sus
obras con su vida".

Cuando Stefan Zweig y Lotte, su segunda mujer, se atiborraron de Veronal el 22 de febrero de 1942 en su vivienda en Brasil y se quitaron la vida, convencidos de que Hitler se convertiría en dueño del mundo, la noticia de su suicidio dio enseguida la vuelta al mundo. Fue, por ejemplo, portada del New York Times. Al fin y al cabo, el autor austríaco era una auténtica celebridad, uno de los escritores más famosos, más vendidos y más traducidos del mundo. Algunas de sus obras en japonés y en chino.

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