Sonorama Ribera 2023: Amaral se desata por partida doble, también en la plaza del Trigo

• Amaral canta a pecho descubierto en el Sonorama 2023 por "la dignidad de nuestra desnudez"
• Alizzz: "He dejado de conectar con las letras que hablan de fardar y estar en la discoteca"

Un año más, Aranda de Duero se ha convertido en el epicentro de la música española acogiendo uno de los eventos de referencia de la música en nuestro país, y dejando momentos muy especiales tanto en su recinto principal como en las plazas del pueblo. Hay algo muy mágico en todo lo que rodea a Sonorama Ribera, y en este festival se palpa siempre una esencia en el ambiente que lo distingue y lo hace único.

Entre muchos otros momentos destacables, esta edición será recordada por el concierto de Amaral, que ya venía anunciado como "Concierto Especial" en el cartel, con motivo de los 25 años que se cumplen desde que Eva Amaral y Juan Aguirre iniciaron su andadura discográfica. En este Sonorama hicieron un amplio repaso de su trayectoria durante aproximadamente dos horas, con nada menos que 26 canciones: una por cada uno de todos esos años, más una nueva que estrenaron para cerrar la actuación: Ahí estás. Antes de eso, un público de 35.000 personas coreó con ellos himnos como Días de verano, Salir corriendo, El universo sobre mí, Sin ti no soy nada o Marta, Sebas, Guille y los demás, entre muchos otros. El dúo estuvo acompañado por un bajista, un batería y un teclista, y estas canciones tan reconocibles por todos sonaron estupendamente, con una Eva Amaral en estado de gracia que protagonizó una de las noches más especiales de su carrera musical.

El momento que pasará a la historia fue en Revolución, cuando Eva Amaral quiso hacer un acto reivindicativo desnudándose el torso y cantando la canción a pecho descubierto. Con este gesto, la cantante ha querido apoyar a otras artistas que han tenido problemas por mostrar el pecho en el escenario o que han sido censuradas por diversos motivos, cuando aún está bastante reciente la acción de un policía en Murcia contra Rocío Saiz, en la que el agente acabó expedientado y el cuerpo de policía tuvo que pedir disculpas públicas. En este contexto, Eva Amaral dijo que "esto es por Rocío, por Rigoberta, por Zahara, por Mirel, por Bebe..., por todas nosotras. Porque nadie nos puede arrebatar la dignidad de nuestra desnudez, la dignidad de nuestra fragilidad, de nuestra fortaleza".

Y la cosa no acabó ahí para Amaral en este Sonorama, porque nos tenían reservado un doblete para terminar de enmarcar su presencia en esta edición: tras encabezar la noche de sábado en el recinto principal, también han actuado por sorpresa en la mítica plaza del Trigo de Aranda de Duero la tarde del domingo. En un espacio más reducido e íntimo, aunque también a rebosar de personas felices que bailaban, cantaban y se lanzaban agua amistosamente para combatir el sol, han vuelto a subirse al escenario en un día en el que todo el mundo hablaba sobre ella, y han confirmado su conexión y complicidad con un público que ahora la adora aún más, en un set más breve pero muy especial. Además, Eva Amaral y Juan Aguirre ya salieron al escenario un poco antes, para acompañar a Jordi Évole y su grupo Los Niños Jesús.

El periodista, que hace poco empezó a mostrarnos su faceta de cantante, da voz a temazos de la música española como alguien que se divierte en un karaoke, y consigue transmitir su carisma y simpatía para que todos canten con él. Fue en la última canción, Grita de Jarabe de Palo (dedicada a Pau Donés, a quien entrevistó antes de su fallecimiento) cuando Amaral salió a cantar con él. Évole presentó a Eva con unas palabras de apoyo y reconocimiento por su acción de la noche anterior: "es un referente y anoche estuvo como se tiene que estar", valoró.

También en este domingo, cierre del festival, los escenarios principales ya estaban clausurados pero había cosas muy interesantes en el recinto. La principal atracción ha sido Rodrigo Cuevas, que con su espectacular voz y su descarnado encanto ha levantado los ánimos de un público que, aunque lleva cinco días de festival, aún está dispuesto a echar unos últimos bailes. Antes ya entraron en calor con el rock de The Parrots, siempre una gran opción para pasarlo bien, y el festival continuó y concluyó con artistas como Niños Mutantes, Siloé, Natalia Lacunza y Kitai.

La inmensa calidad de Wilco

Pero volviendo al sábado, el otro cabeza de cartel de esa jornada, la banda estadounidense de rock y country alternativo Wilco, mostró por qué es uno de los mejores grupos del mundo. En una programación que reivindica tanto y tan bien lo nacional, también es bueno que sigamos teniendo algunos reclamos internacionales tan potentes como este. Aunque también eran cabezas, había mucha menos gente viéndolos de la que luego habría en Amaral, y la hora de la que dispusieron se hizo corta, pero fue un despliegue extraordinario de talento y buena ejecución por parte de Jeff Tweedy y sus compañeros, que tuvieron tiempo de maravillar a los allí presentes con grandes temas de su repertorio como Misunderstood, Impossible Germany, Jesus, Etc. o A Shot in the Arm, y algunas de su buen último disco, Cruel Country. Fue el momento de mayor calidad del festival, y todo un lujo tenerlos en el Sonorama.

Si hacemos un balance de los cinco intensos días del festival, hemos tenido conciertos sin parar: por las mañanas y tardes en las plazas de Aranda y, al avanzar el día y adentrarnos en la noche, la música y las emociones llenaban el recinto principal, por donde la organización calcula que han pasado 150.000 personas sumando todas esas jornadas. Grupos de indie pop-rock tan populares como Vetusta Morla, Lori Meyers y Viva Suecia son un reclamo de garantía para seguir enganchando al asistente habitual del festival, que año tras año ha acabado por asentar ese lema de "La vida es lo que pasa entre Sonorama y Sonorama". Vetusta logró una nueva comunión con su público, y a la hora de interpretar Finisterre invitaron al escenario a Jorge Drexler, quien había actuado también poco antes presentando canciones de su último disco, Tinta y Tiempo, junto con otras de su extensa trayectoria.

También hubo colaboración en el concierto de Viva Suecia, que tocaron El Bien con Ginebras. Y otra banda de la Región de Murcia, los cartageneros Arde Bogotá, han experimentado su consagración definitiva conquistando también a los grande uno de los escenarios principales: en poco tiempo se han convertido en uno de los grupos de indie español con más fieles seguidores.

Entre otros de los momentos más destacados de esta edición han estado conciertos como el de Carolina Durante, que a altas horas de la madrugada lo reventaron como siempre, con grandes pogos desde la primera canción, y aprovecharon para tocar su reciente versión de uno de los clásicos de Amaral, Marta, Sebas, Guille y los demás. También hubo una especie de premonición para lo de Amaral cuando el jueves Ginebras, consolidadas en el panorama musical como una de las bandas más estimulantes del momento en España con el lanzamiento de su segundo álbum, ¿Quién es Billie Max?, ya animaban a la gente a quitarse ropa cuando se disponían a tocar la canción En bolas.

Iván Ferreiro presentando un disco muy bueno como Trinchera Pop; bandas tan queridas por el público de Sonorama como León Benavente, Sidonie o Second (estos últimos en plena gira de despedida); una sensación de los últimos años como es Alizzz, cuya propuesta funciona muy bien en directo; Xoel López, uno de los grandes artistas de nuestro país a quien siempre es un placer ver en Sonorama; o La La Love You con sus estribillos pegadizos y diversión contagiosa, quienes ya entonces sacaron a Jordi Évole a cantar en El Fin del Mundo, son otras de las actuaciones que muchos recordarán. En los escenarios pequeños había joyas que ver, como Niña Coyote eta Chico Tornado, una explosión de stoner rock que siempre sienta bien. Hubiera estado bien tener más propuestas de rock y punk este año, aunque las que ha habido han sido muy buenas.

Por su parte, en la plaza del Trigo hubo cosas muy diversas y, además de Amaral, también actuaron por sorpresa Ladilla Rusa, Shinova y Tu Otra Bonita, para jolgorio de los allí presentes. Ese escenario es el verdadero corazón del festival, donde vale la pena ir cada mañana o mediodía para empaparse tanto de la música como de los chorrazos de agua que lanzan con mangueras. Anabel Lee y Se Ha Perdido un Niño cumplieron la cuota de punk con unos shows tremendos.

Gastronomía, humor y más

Una de las cosas que hacen especial a Sonorama Ribera es que, aunque todo gira en torno a la música, sus señas de identidad van mucho más allá. Y no solo por la gastronomía con los increíbles asadores de lechazo asado que hay en Aranda y el vino Ribera del Duero, que también, sino porque uno de los escenarios está dedicado a monólogos de humor. Este año, la actuación más importante en el Escenario Comedia fue la de Ángel Martín, que con su libro Por si las voces vuelven ha contribuido a algo muy importante: que en nuestro país se normalice y naturalice hablar sobre salud mental. En Sonorama, contó anécdotas muy divertidas y curiosas, como los efectos que sentía al medicarse ("todo era mucho más lento") o los tipos de personas que cree que existen ("las que envían notas de audio son de las que restan"). Eso sí, la única pega es que el sonido de otros escenarios se solapaba a veces con los monólogos del de comedia.

En el plano reivindicativo, no solo se ha hablado mucho de la acción de Amaral, sino también de algo que preocupa a las personas que viven en lugares como Aranda de Duero y muchas partes de la España Vaciada: la necesidad de mayores oportunidades para no tener que emigrar a las ciudades. Hubo algo que repitieron cada día: quieren un tren que les conecte con Madrid y Burgos, que tan beneficioso sería para los habitantes de esta localidad. Pese a las dificultades, personas como los organizadores de Aranda de Duero han logrado, con mucho trabajo e ilusión, dar forma desde este pueblo a uno de los grandes referentes de la música en directo en España, un evento siempre tan bonito como Sonorama Ribera.