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Este es el Stefan Zweig que usted menos conoce (y el más íntimo y espiritual)
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Este es el Stefan Zweig que usted menos conoce (y el más íntimo y espiritual)

Se publica un volumen que reúne por primera vez en español los cinco textos de las leyendas, ese género que escribió el autor austríaco con el que plantea grandes y eternas preguntas universales

Foto: El escritor austríaco Stefan Zweig. (EFE/Centro Stefan Zweig de Salzburgo)
El escritor austríaco Stefan Zweig. (EFE/Centro Stefan Zweig de Salzburgo)

Stefan Zweig fue un escritor increíblemente prolífico y de enorme éxito, algo que dura hasta hoy. Escribió novelas, escribió obras de teatro, escribió relatos, escribió cuentos, escribió ensayos, escribió biografías, escribió poemas, escribió sus memorias… Pero también cultivó otro género literario por el que sin embargo es mucho menos conocido: el de las leyendas.

Pero es precisamente en las leyendas en donde se descubre al Zweig más íntimo, al más espiritual, al de las grandes y eternas preguntas filosóficas, al que lucha por resolver las paradojas y contradicciones que le atenazan, al que busca el sentido de la vida, al que agarra a las grandes verdades universales. A través de las leyendas, Zweig encontró una forma profundamente personal de transmitir experiencias y aspiraciones.

Las cinco leyendas que Stefen Zweig escribió (Raquel discute con Dios, Los ojos del hermano eterno, El candelabro enterrado, la leyenda de la tercera paloma y Las hermanas iguales y diferentes) salen ahora reunidas por primera vez en un único volumen en español de la mano de la editorial Arpa. Se titula simplemente Leyendas y es una auténtica maravilla.

placeholder Portada de 'Leyendas', el volumen que recoge los cinco textos de ese género escritos por Stefan Zweig.
Portada de 'Leyendas', el volumen que recoge los cinco textos de ese género escritos por Stefan Zweig.

La leyenda era en tiempos de Zweig un género con un profundo arraigo en Alemania y que contaba con predecesores tan ilustres como Heine, Schiller, Hesse o Goethe. “Pero, sobre todo, las leyendas le permitían a Zweig expresar cuestiones más íntimas que con otros géneros no le resultaba tan fácil: sus raíces judías, la experiencia de su viaje a la India, su noción de la divinidad o su actitud ante la violencia”, destaca José Rafael Hernández Arias, responsable de la traducción y el prólogo de este volumen de Leyendas de Zweig. “El retrato íntimo del escritor que arrojan esas leyendas es el de un intelectual profundamente sensible que sufre tanto por las crisis que atraviesa su país como por las crisis de su vida privada”.

Una prueba está en La leyenda de la tercera paloma, publicada por primera vez por Zweig en diciembre de 1916 en el suplemento de una revista berlinesa e inspirada en un episodio del Génesis.A pesar de su brevedad (ocupa tan solo cinco páginas) es un fortísimo alegato contra los conflictos armados escrito en plena I Guerra Mundial. “Los hombres, con ropas de colores, se lanzaban la muerte unos a otros, y las terribles máquinas arrojaban fuego y conflagración”, escribe Zweig en esa leyenda. “La paloma se despertó sobresaltada. La muerte estaba sobre ella y la aniquilación; como en otro tiempo lo hicieron las aguas, ahora sí el fuego se apoderaba del mundo”.

placeholder Los escritores Stefan Zweig y Joseph Roth fotografiados en 1936. (Getty/Imagno)
Los escritores Stefan Zweig y Joseph Roth fotografiados en 1936. (Getty/Imagno)

El escritor prestó servicio durante la I Guerra Mundial en el archivo de guerra, logrando así evitar el frente. Y aunque inicialmente se dejó llevar por el espíritu bélico, enseguida se dio cuenta de que aquella contienda iba a ser una gigantesca masacre y abrazó el pacifismo. “Al principio, se vio arrastrado por la guerra, como otros muchos intelectuales. Pensaba que iba a ser una pequeña escaramuza, una guerra rápida, a lo que se añadía el romanticismo de defender a la patria y a la cultura alemana de los ‘bárbaros’ ingleses. Pero ya en las primeras páginas de su diario Zweig escribe que está seguro de que Austria va a perder la guerra y de que ésta va a ser una carnicería”, nos cuenta Luis Fernando Moreno Claros, uno de los grandes expertos en Stefan Zweig y quien en octubre próximo publicará una gran biografía sobre el autor. De hecho, fue él quien le sugirió a la editorial Arpa la idea de publicar estas cinco leyendas juntas, dado que desde enero pasado la obra de Zweig está libre de derechos.

Pero es sin duda en la leyenda El candelabro enterrado donde emerge el Zweig más potente e intenso. Escribió ese relato en 1936, cuando la persecución de los judíos se intensificaba por toda Europa y sus libros fueron prohibidos por el regimen nazi. La leyenda versa sobre un candelabro deseado por unos por su valor económico y venerado por los judíos por su valor religioso. Aunque Zweig pertenecía a una familia judía, él era ateo y se consideraba, por encima de todo, europeo.
“Cuando se desató la furia antisemita en Europa, Zweig llegó a ver en un principio el judaísmo como una maldición, como una carga que él no había elegido y que amenazaba con dar al traste con su vida”, subraya Luis Fernando Moreno Claros. “Pero luego cobró conciencia de su judaísmo, de que pertenecía a esa raza maldecida y perseguida, y animó a los judíos a seguir siendo judíos, a mantenerse unidos. Decía que lo sagrado siempre vencería a la fuerza, sostenía que los judíos vencerían a Hitler con su resistencia y su espíritu”.

"Zweig no creía en Dios, pero estaba muy necesitado de moral, quería ser un hombre éticamente perfecto, cosa que no era en absoluto"

Ese es el gran mensaje de El candelabro enterrado, una leyenda en la que Zweig se identifica con el pueblo judío y su destino. Sin embargo, el escritor llegó a traicionar lo que él mismo predicaba. Ante el avance del nazismo, se exilió en Brasil. Pero ni siquiera allí se sentía seguro, llegó un momento en el que pensó que Hitler iba a vencer en todo el mundo, que el nazismo se extendería por todo el planeta. Así que, como es bien sabido, el 22 de febrero de 1942 se quitó la vida junto a Charlotte Elisabeth Altmann, su segunda mujer.

placeholder Los cuerpos sin vida de Stefan Zweig y de su mujer, Charlotte Elisabeth Altmann, en su casa de Petrópolis en Brasil.
Los cuerpos sin vida de Stefan Zweig y de su mujer, Charlotte Elisabeth Altmann, en su casa de Petrópolis en Brasil.

“Zweig no creía en Dios, pero estaba muy necesitado de moral, quería ser un hombre éticamente perfecto, cosa que no era en absoluto. Se daba cuenta de que tenía deficiencias, como las tenemos todos, pero aspiraba a ser mejor. Esa era su gran virtud”, subraya Moreno Claros, quien destaca que Zweig era mujeriego y frío de sentimientos, alguien que no se llegaba a enamorar y que a las mujeres más bien las utilizaba, aunque con sus amigos emuy generoso. “Era un hombre de su época, alguien que además se había criado entre algodones”.

Contra una divinidad cruel

Aunque era ateo, en la leyenda Raquel discute con Dios, de 1927, Zweig narra su rechazo a aceptar a una divinidad cruel y vengativa, que no atiende al sufrimiento de los seres humanos y que se define por la brutalidad y el castigo. De existir un dios, considera que éste debería ser misericordioso y magnánimo.

Las leyendas de Zweig siguen siendo plenamente actuales. Al fin y al cabo, responden a cuestiones imperecederas que acompañan a la humanidad desde el albor de los tiempos, plantean preguntas perpetuas.

Un ejemplo lo constituye la leyenda Los ojos del hermano eterno, inspirada en un viaje que Zweig realizó a la India y en el importante texto sagrado hinduista Bhagavad-gita. Narra la historia de un hombre que, por equivocación, mata a su hermano y, ante los remordimientos que siente, busca una vida virtuosa, dándose cuenta de que la más virtuosa de las vidas es la de la no acción. El relato está basado en las leyendas indias que hablan de la renuncia, del ascetismo, de que todo es superfluo excepto la paz interior… Pero, sirviéndose de ese material, Zweig dilucida su propia actitud ante la violencia y el mundo occidental.

De Zweig son famosos sus relatos (como Miedo o Veinticuatro horas en la vida de una mujer), pero sus leyendas, mucho más desconocidas, son soberbias.

placeholder Stefan Zweig y su hermano Alfred en Viena alrededor de 1900. (Wikimedia/Kunst Salon Pictzner)
Stefan Zweig y su hermano Alfred en Viena alrededor de 1900. (Wikimedia/Kunst Salon Pictzner)

“Los relatos más apasionados y eróticos de Zweig han ocultado sus leyendas. Hoy sus relatos nos parecen muy normales, pero él fue el primero en escribir sobre el deseo de las mujeres de estar con un hombre, algo inaudito en aquellos tiempos. Zweig fue de hecho calificado en su época de escritor erótico. Era un escritor de best sellers, y los best sellers de entonces tenían una alta carga sexual”, subraya Luis Fernando Moreno Claros.

Las leyendas de Zweig no tienen esa carga erótica, son mucho más espirituales. Y aunque no tuvieron la popularidad arrolladora de sus relatos, también tuvieron éxito, porque todo lo que él escribía se convertía en oro.

El caso es que las leyendas de Zweig son más actuales que algunos de sus relatos. No sólo porque en ellas se abordan cuestiones universales, sino también por el modo en están escritas. “Las leyendas, precisamente porque son leyendas, no pasan de moda, están hechas para perdurar, tienen un tono atemporal, flotan en el tiempo”. Palabra de Moreno Claros.

Stefan Zweig fue un escritor increíblemente prolífico y de enorme éxito, algo que dura hasta hoy. Escribió novelas, escribió obras de teatro, escribió relatos, escribió cuentos, escribió ensayos, escribió biografías, escribió poemas, escribió sus memorias… Pero también cultivó otro género literario por el que sin embargo es mucho menos conocido: el de las leyendas.

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