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Descubierta una cueva funeraria dedicada a Salomé, matrona que asistió a María en el nacimiento de Jesucristo
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DESCUBRIMIENTOS BÍBLICOS

Descubierta una cueva funeraria dedicada a Salomé, matrona que asistió a María en el nacimiento de Jesucristo

Ya desde la época bizantina se encontraban cuevas dedicadas a personajes bíblicos. Curiosamente, la localización de muchas de ellas venía de un sueño profético

Foto: Salomé a la derecha, lavando a Jesús (Wikipedia)
Salomé a la derecha, lavando a Jesús (Wikipedia)

Nos encantan las sorpresas y, si vienen en forma de descubrimiento, mejor que mejor. Esta vez no ha sido un sueño profético el que ha dado la localización de una cueva funeraria dedicada a Salomé, sino que ha sido posible gracias a los duros trabajos en una excavación cercana a Jerusalén, en Israel, que data del siglo I d.C.

Ya en el año 1982, unos saqueadores de antigüedades encontraron esta cueva funeraria. En 1984, una excavación dirigida por el profesor Amos Kloner de la IAA (Autoridad de Antigüedades de Israel) realizó los trabajos de investigación en la zona, clasificándola como lugar sagrado cristiano.

Foto: 'Cleopatra' (1888) según el pintor británico John William Waterhouse.

No ha sido hasta finales de 2022 que un grupo de arqueólogos ha realizado una excavación más profunda y elaborada, abarcando en total una superficie de 350 metros cuadrados en las inmediaciones de la cueva, en forma de patio. Las investigaciones confirman que esta tumba, dotada de varias cámaras, se empleaba (y se emplea) como punto de veneración cristiana.

¿Quién era Salomé?

Ha habido varias “salomés” durante el transcurso de la historia, pero en este caso se trata de una matrona del pueblo de Belén. Se dice que ella no quería atender el parto de María porque era virgen. Debido a ello, su mano se “secó” y no volvió a la normalidad hasta que el niño había nacido y estaba en su cuna.

A la entrada de la cueva se alquilaban lámparas de aceite para iluminar el lugar

Según los objetos encontrados en la zona, sobre la supuesta tumba de Salomé se construyó una capilla bizantina, que a día de hoy se emplea como lugar de culto. Dentro de la cueva se han encontrado cruces e inscripciones en griego y en árabe con los nombres de “Salomé” y “Jesús”, así como con nombres de peregrinos. Los suelos son de mosaico y las puertas están apuntaladas con grandes arcos de piedra.

En la zona también se han encontrado decenas de lámparas de aceite, decoradas con flores y plantas, y datadas del siglo VIII o IX, en el período islámico temprano. Se tienen constancia de que los peregrinos que se acercaban a la tumba, alquilaban estas lámparas, entraban en la cueva a rezar y, al salir, devolvían las lámparas. En un futuro no muy lejano, se pretende abrir este lugar al público como lugar de peregrinación cristiana, para evitar así las incursiones ilegales a la zona.

Nos encantan las sorpresas y, si vienen en forma de descubrimiento, mejor que mejor. Esta vez no ha sido un sueño profético el que ha dado la localización de una cueva funeraria dedicada a Salomé, sino que ha sido posible gracias a los duros trabajos en una excavación cercana a Jerusalén, en Israel, que data del siglo I d.C.

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