"Rozaban el gore": cómo la DGT cambió a Stevie Wonder por el atropello brutal de Amaia
Desde 1990, las campañas de tráfico apostaron por una 'línea dura' para concienciar sobre la siniestralidad en carretera. Es la misma que se aprecia en su última campaña con Amaia Romero y Eduard Fernández
"No llegamos a ser conscientes a no ser que sea tu hermana, tu hijo o... un famoso". Son las palabras que la cantante Amaia Romero pronuncia mientras anda por la carretera, justo antes de que un todoterreno la embista brutalmente en la última campaña de la Dirección General de Tráfico. En otro de los spots desarrollados por la agencia Ogilvy, el actor Eduard Fernández dice exactamente lo mismo antes de ser atropellado por un turismo. En una colisión frontal con el vehículo, el cuerpo de Fernández se desplaza varios metros y termina inconsciente en la carretera, con la cara ensangrentada.
Los vídeos vienen acompañados por dos carteles en los que se lee: "Hemos atropellado a Amaia -y a Eduard Fernández-. Lo hemos hecho para llamar la atención, porque el año pasado más de 100 personas murieron atropelladas en carreteras españolas". La dureza explícita de las imágenes, en especial las del 'spot' protagonizado por Amaia, ha provocado algunos comentarios paródicos en redes sociales. Llegado el verano y la Semana Santa, las campañas de escenas violentas y dramáticas son habituales desde principios de siglo. Hasta 1992, la publicidad de la DGT se parecía más al 'spot' escogido para el primer verano del coronavirus, en 2020. "Después de todo lo que hemos pasado, no lo estropees tú", era el eslogan que se repetía mientras varios conductores evitaban situaciones de peligro en viajes veraniegos y con 'jingle' incluido.
Hemos atropellado a @amaiaromero porque queremos llamar la atención sobre un dato preocupante:
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) June 28, 2022
Más de 100 personas murieron atropelladas en 2021 en las carreteras españolas.#SaberloEsEmpezarAEvitarlo
Muévete con precaución en tus desplazamientos por un #VeranoSeguro pic.twitter.com/HqATPe2KuA
Desde la década de los 80, las campañas de tráfico han dado el volantazo en su estrategia. Lejos queda 1985, con Stevie Wonder de paseo en un descapotable y el amigable "Si bebes, no conduzcas". O la ardilla de dibujos animados que, en 1989, se colaba en el vehículo de un conductor ebrio para advertir: "Ojo, que te lo dice un amigo". Las tornas comenzaron a cambiar con aquel anuncio sombrío, pero simbólico, que llegó en 1990 acompañado del eslogan "La vida es el viaje más hermoso".
En el año 1992 se actualizó la Ley General de Tráfico con cambios importantes: el cinturón de seguridad trasero en los coches se hizo obligatorio, además de limitar la velocidad en ciudad a 50 km/h o aumentar la distancia lateral para adelantar bicicletas en la carretera. Entonces, España era uno de los países europeos con más accidentes mortales en relación con su población y su tasa de conductores. El índice de siniestralidad en las vías españolas se encontraba entre los más altos del continente a finales de la década de los 90.
Acompañando a la nueva normativa, la DGT decidió endurecer sus mensajes de concienciación, hasta el punto alcanzado en la campaña estremecedora lanzada en 1992: "Las imprudencias se pagan... cada vez más". Aquellos anuncios de televisión, encargados a la agencia de publicidad Clarín, marcaron un antes y un después en el uso de violencia e imágenes cruentas, que se heredaron en campañas posteriores, hasta los atropellos de Eduard Fernández y Amaia. En el primer spot de 1992, una cámara al hombro simula el vídeo captado por un reportero. El protagonista aparecía gritando, con sangre en la cara, mientras los servicios médicos se llevaban a una mujer en una camilla.
El vídeo se acompañó de otras historias similares: una pareja que atropella y mata a un ciclista, un grupo de amigos que acude a urgencias de madrugada tras un accidente mortal, un joven motorista que choca frontalmente contra un coche y recibe un golpe en la cabeza... La campaña de 1993 fue la continuación argumental: "Al final... Las imprudencias se pagan". El mismo motorista aparecía de nuevo, en silla de ruedas. El hombre que atropelló al ciclista, atormentado por las imágenes del accidente y en libertad condicional. Al año siguiente, "Las imprudencias no solo las pagas tú". Los vídeos de 1994 mostraban los relatos de víctimas reales de accidentes de tráfico con distintas secuelas.
La agresividad y dramatismo en las campañas de los 90 crecía, mientras las víctimas de accidentes de tráfico se reducían cada año. El entonces director de la DGT, Miguel María Muñoz, reconoció que "cuando se trata de buscar la conmoción, hay que llegar al drama". "Yo preferiría otro género de divulgación, pero por ahora el que ha dado más resultado es este", declaraba a 'El País' en 1994.
"Es que tú veías estas campañas y te ibas amargado a trabajar, rozaban prácticamente el gore"
"Es que tú veías estas campañas y te ibas amargado a trabajar, rozaban prácticamente el gore", recuerda Mercedes Castro, experta en educación vial e investigadora de la Universidad de Sevilla. "El impacto era enorme y llegaba a muchísima gente: todo el mundo veía la televisión y había poquitos canales, también se emitían en los cines, antes de las películas. Estas imágenes se quedaban en la retina durante más tiempo. Ahora, es probable que los anuncios con Eduard y Amaia pasen mucho más desapercibidos", opina.
En 2013, esta investigadora firmó un artículo en 'Transportation Research' sobre la efectividad de la violencia en las campañas de la DGT, junto a José Ignacio Castillo y Diego J. Pedregal. "Analizamos las campañas de la DGT desde 1990 hasta 2008, y observamos que los altos niveles de sangre y realismo solo son efectivos si hay periodos de 'barbecho' en medio. Es decir, si no son continuos ni sostenidos en el tiempo. Al final, el espectador se acostumbra a estas imágenes y ya no sensibilizan".
Esta investigadora encuentra en la reciente campaña de la DGT varios aciertos: "Primero, que se han servido de dos rostros conocidos de perfiles muy distintos. Esto ya empezó en los 80, con el famoso anuncio de Stevie Wonder o el de Carlos Sainz padre, pero aquellas eran campañas muchísimo más amables. Ahora, han combinado a los famosos con la tendencia de imágenes cruentas de los 90. Esto es una novedad", sostiene esta investigadora.
que valiente amaia que se ha dejado atropellar para grabar un anuncio espero que se recupere pronto 🙏🙏 https://t.co/r7Ez2lVR8t
— samu (@SamuRodriguez5) June 27, 2022
nunca imaginé que ver a amaia ser brutalmente atropellada me haría tanta gracia
— JuanilloCartuja (@JuanilloCJ) June 27, 2022
a quien cojones se le ha ocurrido esto https://t.co/5uhOMJkO2S
Mercedes Castro señala un repunte de la siniestralidad en los últimos años, sobre todo en el colectivo de los viandantes, ciclistas y conductores en carreteras convencionales. "Amaia va andando por la carretera y el perfil de Eduard también es acertado, porque es el de un hombre de mayor edad conduciendo en una vía convencional, un colectivo que recientemente también ha sufrido un repunte". Sin embargo, esta investigadora argumenta que la publicidad de la DGT encara un reto con las generaciones más jóvenes. "Cuando lanzaron
"No llegamos a ser conscientes a no ser que sea tu hermana, tu hijo o... un famoso". Son las palabras que la cantante Amaia Romero pronuncia mientras anda por la carretera, justo antes de que un todoterreno la embista brutalmente en la última campaña de la Dirección General de Tráfico. En otro de los spots desarrollados por la agencia Ogilvy, el actor Eduard Fernández dice exactamente lo mismo antes de ser atropellado por un turismo. En una colisión frontal con el vehículo, el cuerpo de Fernández se desplaza varios metros y termina inconsciente en la carretera, con la cara ensangrentada.