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Lo que la censura arrebató al cine de Juan A. Bardem... y lo que el cine español le debe
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centenario de su nacimiento

Lo que la censura arrebató al cine de Juan A. Bardem... y lo que el cine español le debe

"Todo es diferente ahora, pero podemos rastrear la huella de Bardem en el cine español: confrontar y dialogar con el espectador los problemas de su sociedad"

Foto: El director de cine Juan Antonio Bardem.
El director de cine Juan Antonio Bardem.

El mismo año en que falleció, Juan Antonio Bardem recogió un Goya preguntando si había algún productor en la sala. Tenía casi 80 años y la Academia de Cine había reconocido su carrera con la estatuilla de honor. Una de las firmas más pioneras y renovadoras del cine español de posguerra, una de esas tres grandes B (junto a Buñuel y Berlanga), que terminó sus días rodando para una España que ya no existía. El marcado carácter social y político del cine de Bardem encontró sus adeptos en la crítica europea de los 50. También, unos obstáculos considerables durante el franquismo. La dictadura forjó una generación de directores de cine españoles con un discurso audaz como el de Bardem, pero ahogados ante unas vanguardias europeas que no dejaban de evolucionar.

"En España hubo mucha censura y en otros países no, así que los temas que se planteaban era mucho más atrevidos que los que se podían hacer aquí. Fue ahí donde el cine de Bardem encontró un obstáculo", cuenta Manuel Gutiérrez Aragón, director de cine, escritor y académico de la RAE. "Él siempre contaba que, cuando le decían que en Italia la corriente neorrealista permitió evolucionar el cine, contestaba: 'Bueno, sí, pero es que antes de hacer esas películas colgaron a Mussolini en una gasolinera. Aquí estaba la censura franquista y Bardem vio cómo el cine europeo podía avanzar hacia otros lugares y el suyo no", recuerda este académico. Afiliado desde su juventud al Partido Comunista y de discurso a veces aguerrido (se recuerdan sus polémicas intervenciones en las Conversaciones de Salamanca), los grandes títulos de este director

Foto: Cartel de 'Viridiana'. (Uninci)

Las dos obras magnas del cine de Juan Antonio Bardem datan de la década de los 50. Aquellos fueron los años de su buena estrella. Se graduó de sus estudios de ingeniero agrónomo en 1948, pero también formó parte de la primera promoción del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC). Hijo de actores, hermano de actores, tío de actores. Su relación con el celuloide empezó desde la crítica de cine y dio el pistoletazo con sus colaboraciones con Berlanga. Con él codirigió 'Esa pareja feliz' y coescribió el guion de 'Bienvenido Mr. Marshall', premiado en Cannes en 1953.

"Las primeras películas de Bardem fueron de referencia española y europea. No existía otra cosa igual en cuanto a la factura, la realización, la música... Fue un pionero en aquellos años", opina Gutiérrez Aragón. 'Muerte de un ciclista' (1955) y 'Calle Mayor' (1956) fueron éxitos para la crítica internacional. Y dos de sus obras canónicas, las que plasman el germen social y comprometido de su cine, aquel que le trajo tantos problemas. La primera, un thriller de corte hollywoodiense, fue el inicio del prestigio internacional de Bardem. En ella, el director se sumergió en la ponzoña moral de una burguesía comodona, pero no fue eso lo que irritó a los censores, en una miopía mojigata similar a la que afectó al final de 'Viridiana', de Buñuel. "La obsesión de los burócratas franquistas era el adulterio de los protagonistas, mientras que la significación sociopolítica del filme permaneció intacta", explica el investigador Juan Francisco Cerón. "Sin embargo, la película fue leída más atentamente fuera de España (sin las anteojeras del nacionalcatolicismo): la censura italiana (que actuó al tratarse de una coproducción con ese país) incidió sobre los valores políticos y sociales del filme (siendo sus recomendaciones asumidas íntegramente por la administración franquista) y la crítica internacional (tras su presentación en Cannes) vio en Bardem a un representante de la España intelectual que se oponía al franquismo".

"Bardem y Berlanga son dos ramas de una misma familia. Berlanga escogió el humor y Bardem, el drama realista"

'Calle Mayor', película que también resultó premiada en el Festival de Venecia, sufrió más agresiones por su retrato de la cerrazón de provincias y Bardem fue detenido durante su rodaje. A partir de entonces, la gran B del cine español, cargado de metáforas, reflejos y vericuetos por los que intentó sortear la dictadura, inició una etapa de desprestigio a ojos del mundo. "Bardem est mort", tituló François Truffaut como crítico de cine tras ver 'Sonatas', un melodrama traído desde el siglo XIX a partir de textos de Valle-Inclán. "Él se reía. Se lo tomaba con humor. Creo que el cine de Bardem se estancó por la censura. Así como la comedia de Berlanga fue imponiéndose, el cine más crítico y testimonial de Bardem, no. Fue una evolución de la sociedad española. Pasó de apreciar el cine social que se hacía entonces a una sociedad un poco más libre", recuerda Gutiérrez Aragón. "Se sintió desplazado".

En las Conversaciones de Salamanca, Bardem pronunció su famoso 'pentagrama' sobre el cine español: "Políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo, industrialmente raquítico". Las dificultades intelectuales y económicas para llevar a cabo sus proyectos ahogaron la proyección internacional. Con Berlanga compartió sus comienzos, pero también muchas diferencias. "Su cine nació en la estela del neorrealismo italiano, como no podía ser de otro modo. De Sica, Antonioni, Visconti... Pero Bardem chocó con los vientos de renovación estilística de los años 60, con la 'nouvelle vague' a la cabeza. Su fidelidad a la metáfora política y a las ideas es muy sólida, pero encontró dificultades para renovarse", opina Carlos F. Heredero, editor de 'Y todavía sigue', las memorias que Cátedra reedita con motivo del centenario.

"Bardem y Berlanga son dos ramas de una misma familia. Berlanga escogió el humor, después el humor negro y esperpento. Bardem escogió el drama realista, el compromiso social. Con más o menos dificultades, el valenciano consiguió vadear la censura. Pero el cine de Bardem lo tuvo algo más complicado por su choque mucho más frontal con los mandatos de la censura", sostiene este académico del cine. "También hay que tener en cuenta otra circunstancia, que no tiene que ver con el cine. Berlanga venía de una familia con más recursos, podía permitirse pasar tiempo sin rodar. Bardem, no. Necesitaba trabajar: con Sara Montiel, con 'Varietés', 'El poder del deseo'. Eran películas comerciales, 'alimenticias', que diría Buñuel. Tuvo que pactar con la industria y rodar trabajos en los que no se encontraba cómodo, no son sus mejores películas".

Foto: En la imagen Luis Garcia Berlanga, Michelangelo Antonioni y Juan Antonio Bardem el 14 de diciembre de 1983. Foto: Marisa Florez.

Tanto Gutiérrez Aragón como Carlos F. Heredero coinciden en una de las paradojas del cine de Bardem: creció ahogado por la censura y, una vez llegada la Transición, no supo ubicar el drama con tintes políticos en la nueva sociedad española. Con una excepción: 'El Puente', de 1977. "Con aquella película supo conectar muy bien con su tiempo. Renovó el 'landismo' del destape con conciencia de clase. Bardem seguía consiguiendo darle la vuelta a los géneros populares para darle una lectura de valores políticos y sociales, en una época tan lejana ya a sus años dorados", cree Heredero.

La última película de Juan Antonio Bardem, 'Resultado final' (1997), sufrió el rechazo de la crítica. El último Bardem mantuvo la lectura de aquellas películas que lo encumbraron a la vanguardia europea, pero no resucitó el furor de los 50. "A Bardem le gustaba hacer cine 'a la americana', como solía decir. Admiraba a los directores de Hollywood y sus películas. El estándar industrial era mucho más alto, y él lo sabía. Mientras el resto rodábamos con unas cámaras pequeñitas, que hacían mucho ruido, un poco cutres, él iba por delante. Hacía coproducciones con Francia, con sonido en directo y cámaras mejores. Nos miraba de reojo, sonriente, porque nuestro cine era industrialmente raquítico. Sus películas siempre estuvieron por encima del estándar. Una buena factura, fotografía, producción... Siempre decía: 'A mí me encantaría ser como los directores americanos, que les preguntan cuántas películas han hecho y ni se acuerdan", recuerda Gutiérrez Aragón.

¿Qué le debe el cine español a Juan Antonio Bardem? "En términos de corriente artística y tradición, le debe a voluntad de compromiso social. A la postre, el cine de Fernando León de Aranoa o de las películas recientes de Icíar Bollaín le deben mucho a Bardem", señala Carlos F. Heredero. "Ya sea intencionado o no, eso es lo de menos. Esa voluntad realista y al mismo tiempo metafórica es heredera de la tradición social que el cine de Bardem puso en primer término desde sus comienzos. Todo es diferente ahora, pero podemos rastrear su huella: confrontar y dialogar con el espectador los problemas de su sociedad".

Celebración del centenario

Con motivo del centenario del nacimiento de Juan Antonio Bardem, la Filmoteca Española y RNE han presentado la ficción sonora 'Regreso a la Calle Mayor', protagonizada por Lola Herrero y basada en un guion inédito del cineasta. 

Además, la plataforma 'streaming' FlixOlé estrena este 2 de junio una versión restaurada de 'Cómicos', la primera película de Juan Antonio Bardem, una de las joyas de su filmografía temprana. La película fue protagonizada por Elisa Gavé, Emma Penella o Fernando Rey y fue seleccionada para la Sección Oficial del Festival de Cannes.

El mismo año en que falleció, Juan Antonio Bardem recogió un Goya preguntando si había algún productor en la sala. Tenía casi 80 años y la Academia de Cine había reconocido su carrera con la estatuilla de honor. Una de las firmas más pioneras y renovadoras del cine español de posguerra, una de esas tres grandes B (junto a Buñuel y Berlanga), que terminó sus días rodando para una España que ya no existía. El marcado carácter social y político del cine de Bardem encontró sus adeptos en la crítica europea de los 50. También, unos obstáculos considerables durante el franquismo. La dictadura forjó una generación de directores de cine españoles con un discurso audaz como el de Bardem, pero ahogados ante unas vanguardias europeas que no dejaban de evolucionar.

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