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El libro de 2021 que mejor nos refleja es 'La España de las piscinas': vida y muerte del PAU
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El libro de 2021 que mejor nos refleja es 'La España de las piscinas': vida y muerte del PAU

El ensayo del periodista Jorge Dioni López en el sello Arpa se sumerge en un mundo a las afueras de las ciudades de calles rectas, familias con niños, colegios concertados y seguro médico

Foto: Viviendas en construcción en El Cañaveral, un nuevo barrio del este de Madrid donde hay previstas 14.000 casas para 50.000 vecinos. (EFE/Chema Moya)
Viviendas en construcción en El Cañaveral, un nuevo barrio del este de Madrid donde hay previstas 14.000 casas para 50.000 vecinos. (EFE/Chema Moya)

El camino que va de la crítica razonada y razonable al cierre de filas identitario no está alfombrado de buenas intenciones sino de humillación y resentimiento. Escribes un ensayo brillante sobre cómo las grandes ciudades españolas han venido sumando en las últimas décadas capas de suburbios encastillados de calles anchas y manzanas cuadriculadas salpicados de rotondas y piscinas y conectados a las grandes vías de comunicación que comunican con la metrópoli para alojar a las jóvenes familias de la trémula 'clase media aspiracional' y describes cómo esa peculiar organización urbanística genera un pensamiento individualista y conservador adicto a los colegios concertados y a los seguros médicos privados. ¿Qué ocurre después? Los 'hunos' aprovechan para insultar a esas familias. Los otros aseguran que lo bueno del PAU es que si tu hijo se cae a la piscina, siempre habrá un vecino que se tirará a salvarlo. Porque, como todos sabemos, si algo parecido ocurre en una piscina pública, el que pasa por allí le pone el pie en la cabeza al crío para impedirle salir.

El periodista Jorge Dioni López no se cansa de repetir que él vive de hecho en un PAU, que es un maldito 'pauer' y que, lejos de querer mirar por encima del hombro a nadie, su libro 'La España de las piscinas' (Arpa, 2021) lo que hace es describir qué tipo de condicionantes materiales, de políticas públicas y privadas en pringoso contubernio, acaban por convertir el PAU en la meta lógica de toda familia 'clasemediera' española a la que luego —desclasada, desprovista de barrio real y de vínculos sociales— introducir el voto de Ciudadanos (antes) o tal vez de Vox (ahora) en la urna es casi una exhibición sino de orgullo, sí al menos de defensa frente a un exterior amenazante al que ya ni quiere ni puede regresar.

placeholder 'La España de las piscinas'. (Arpa)
'La España de las piscinas'. (Arpa)

Después de las elecciones generales de abril de 2019, el autor buscó por curiosidad cómo había votado su barrio, un PAU del sur de Madrid de calles rectas con nombres impersonales nacido al calor de la burbuja inmobiliaria. Se lo encontró teñido del color naranja de Ciudadanos. Y no era el único. En las afueras de todas las grandes ciudades españolas habían brotado 'cinturones naranjas' de chalets y urbanizaciones intercambiables, 'no lugares' de piscinas y familias con niños dependientes del coche y votantes de Albert Rivera. ¿Qué había ocurrido? ¿Por qué nadie había previsto algo así? Dioni expuso el asunto en un artículo publicado en La Marea en mayo de aquel mismo año que acabó plantando la semilla de un libro: 'La España de las piscinas', el ensayo publicado este año que mejor condensa y retrata los dilemas de la sociedad española actual.

La dispersión como búnker

"El PAU es el refugio de los trabajadores con cierta estabilidad frente a la ciudad concentrada", explica Dioni, "donde la nueva etapa de la Revolución Industrial tiene lugar de forma más explícita. La ciudad dispersa ofrece tiempo para preparar a la nueva generación, que ya no podrá eludir el modelo. Por eso, además de la formación, tienen que entrenarse cada día en las diversas actividades extraescolares y en deportes que simulan la competición adulta. Como la villa romana o el monasterio, el PAU es un refugio frente a la oleada globalizadora, los nuevos bárbaros que quieren arrasar la civilización".

placeholder Jorge Dioni López. (Arpa)
Jorge Dioni López. (Arpa)

'La España de las piscinas' lanza el boomerang al pasado, como aconsejaba el escritor Rafael Chirbes para entender el presente. EL PAU no es producto del azar o el error sino el resultado más exacto de la historia del urbanismo español del último siglo que nunca persiguió facilitar el acceso a la vivienda, sino crear un mercado inmobiliario: desde las amenazas de César Cort Botí a la "España de propietarios" del falangista José Luis Arrese con la gran traca final que fue la gran burbuja que arranca en los noventa y la reconfiguración después del reventón y en medio da una gigantesca estafa para afianzar el modelo con respiración asistida y no retroceder ni para tomar impulso.

El urbanismo español del último siglo nunca persiguió el acceso a la vivienda, sino crear un mercado inmobiliario

Cinco notas comparten esos lugares en los que, como legó para la posteridad Pantomima Full, el 'pauer' "se muda a la vejez": la segregación, la homogeneidad, la seguridad, el 'familiarismo' y el 'cochismo'. Cinco aspectos comunes que sirven como cimientos ideológicos: "No se trata de cómo la posesión de la vivienda y de la deuda a largo plazo que conlleva puede influir en una visión más conservadora, sino cómo la prevalencia del derecho a la propiedad sobre todo lo demás decanta el enfrentamiento entre lo individual y lo colectivo. No hay un territorio común, sino un conjunto de decisiones individuales jerarquizadas por la capacidad económica cuya confluencia establece el marco, sin que las parcelas individuales dejen de serlo. Es decir, dado que la sociedad no existe, los individuos y los conceptos pasan a ser privados, como la libertad del propietario: mi casa, mis hijos, mi dinero. Todo contrato social es una agresión. Lo hago porque puedo; nadie debe limitarme, un discurso nada extraño en 2020".

El libro de Jorge Dioni López es lo mejor que le ha pasado al ensayo español este año también por los debates que ha propiciado, por las preguntas que abre y por no estar libre de problemas. Héctor G. Barnés señaló algunos en un artículo en este medio en el que defendía que tal vez no tengamos más alternativa que el PAU y que al menos allí prende un rescoldo de comunidad que hace ya tiempo se extinguió de los centros urbanos arrasados por el turismo. Y luego, ¿por qué en EEUU —padre del modelo— de no ser por el voto demócrata masivo de los 'suburbials', Donald Trump seguiría en la Casa Blanca? Para finalizar, una mirada a la distopía futura a lo 'Mad Max' que nos alcanzará en apenas unas décadas. ¿Qué será de los 'pauers' cuando los niños crezcan, los padres envejezcan y esos millones de metros cuadrados de ladrillo se yergan como geriátricos gigantescos dejados de la mano de Dios?

El camino que va de la crítica razonada y razonable al cierre de filas identitario no está alfombrado de buenas intenciones sino de humillación y resentimiento. Escribes un ensayo brillante sobre cómo las grandes ciudades españolas han venido sumando en las últimas décadas capas de suburbios encastillados de calles anchas y manzanas cuadriculadas salpicados de rotondas y piscinas y conectados a las grandes vías de comunicación que comunican con la metrópoli para alojar a las jóvenes familias de la trémula 'clase media aspiracional' y describes cómo esa peculiar organización urbanística genera un pensamiento individualista y conservador adicto a los colegios concertados y a los seguros médicos privados. ¿Qué ocurre después? Los 'hunos' aprovechan para insultar a esas familias. Los otros aseguran que lo bueno del PAU es que si tu hijo se cae a la piscina, siempre habrá un vecino que se tirará a salvarlo. Porque, como todos sabemos, si algo parecido ocurre en una piscina pública, el que pasa por allí le pone el pie en la cabeza al crío para impedirle salir.

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