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¡Pobre Bin Laden! Sus últimos y miserables días entre porno y 'Barrio Sésamo'
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¡Pobre Bin Laden! Sus últimos y miserables días entre porno y 'Barrio Sésamo'

El escritor y analista de seguridad nacional de la CNN Peter Bergen desclasifica los discos duros del que fue el hombre más buscado en un documental producido para National Geographic

Foto: Osama Bin Laden ve la televisión en Abbottabad. (CIA)
Osama Bin Laden ve la televisión en Abbottabad. (CIA)

En la televisión, las últimas imágenes de Osama Bin Laden con vida proyectaban la figura de un hombre sentado frente a una televisión, con las piernas cruzadas como un jefe indio, viendo su propia imagen en la pantalla. El hombre más buscado del mundo, escondido en una habitación —cochambrosa, a tenor de las imágenes—, pasaba las horas delante de la caja tonta sin saber muy bien en qué gastar el tiempo, paranoico, sospechando de cualquier peligro real o inventado y añorando sus tiempos de gloria cuando su cara abría los telediarios de todo el mundo. El decimoséptimo de los cincuenta hijos de uno de los empresarios más ricos de Arabia Saudí pasó sus últimos días en unas condiciones miserables, rodeado de basura y aislado del mundo junto a doce de sus veinte hijos, doce nietos y dos de sus cuatro mujeres, además de sus guardaespaldas. Sin internet, sin apenas contacto con el mundo exterior y repasando capítulos de 'Barrio Sésamo'. Un final decadente para 'el azote de Occidente'. ¡Pobre Bin Laden!

Es el retrato que ha conseguido de él Peter Bergen gracias a la revisión de los 470.000 archivos del disco duro encontrado en su escondite de Abbottabad (Pakistán), y que saca a la luz en 'Los archivos secretos de Osama Bin Laden', un documental que promete más de lo que culmina y que acaba de estrenarse mundialmente —en España a través de National Geographic— este fin de semana pasado. Nueve años después de su muerte/asesinato/ejecución el 1 de mayo de 2011 y 19 después del atentado que le llevó a la portada de la revista 'Time', Bergen, analista de seguridad nacional de la CNN, dirige este documental en el que, con la ayuda de varios expertos en campos como la seguridad nacional, la psicología forense y la tradición islámica, intenta desentrañar los últimos días de vida del terrorista y su perfil psicológico, más allá del personaje público.

Mucho mucho porno, dibujos animados, vídeos altamente violentos —decapitaciones—, propaganda de Al Qaeda y 'anime'. Y vídeos caseros, claro. Y discursos y comunicaciones con otros miembros de su organización terrorista. Este es el tipo de contenido que se encontró en el disco duro. Bin Laden nunca tuvo internet ni confió más que en sus mensajeros para comunicarse con el exterior. Entonces, ¿cómo y por qué guardaba pornografía en el ordenador? Bergen no piensa que Bin Laden fuese un adicto al cine adulto, sino que baraja dos posibilidades: que el ordenador fuese de segunda mano o que se utilizasen las imágenes subidas de tono para esconder mensajes cifrados, como se ha demostrado que ha ocurrido en otros casos. "Hay programas que pueden desencriptar mensajes escondidos dentro de una fotografía porno", explican en el documental.

placeholder Peter Bergen entrevista a Abdel Bari Atwan, un periodista afín a Bin Laden. (National Geographic)
Peter Bergen entrevista a Abdel Bari Atwan, un periodista afín a Bin Laden. (National Geographic)

Osama Bin Laden llevaba escondido en Abbottabad desde 2005. Seis años en los que apenas salió de su complejo. "Nadie podía salir de la casa a no ser por una emergencia médica, y sus nietos no podían salir al patio sin la supervisión de un adulto que controlase que no hiciesen ruido. No socializaban con ningún otro niño". El documental muestra escenas costumbristas grabadas con el vídeo casero, probablemente a cargo de Khalid Bin Laden, hijo de Osama y quien entonces tenía alrededor de 20 años. También murió en la operación que acabó con la vida de su padre. "Vivían como campesinos medievales, tenían gallinas, quemaban su propia basura...", explica Bergen.

"Vivían como campesinos medievales, tenían gallinas, quemaban su basura...", explica Bergen

En 'Los archivos secretos de Bin Laden' también se recogen los momentos en los que Bin Laden era, sobre todo, abuelo. Imágenes en las que se ve al terrorista viendo Epi y Blas en árabe o escuchando a sus nietos recitar poesía. "Los niños disfrutaban de los programas occidentales y, al mismo tiempo, aprendían a odiar a Occidente", explican. Y esos vídeos de registro infantil contrastan con otros pertrechados con uniformes militares y en las que los menores recitan soflamas a favor de la yihad. Cuesta imaginar el cacao mental de unos niños que un rato bailan 'cantajuegos' y otro disparan a matar los pájaros del jardín.

placeholder Osama Bin Laden, en una de sus últimas imágenes, se prepara para dirigirse a sus seguidores. (CIA)
Osama Bin Laden, en una de sus últimas imágenes, se prepara para dirigirse a sus seguidores. (CIA)

Uno de los objetivos que no logra cumplir el documental de Bergen, quien además fue el primer periodista occidental que logró hablar con Bin Laden en 1998, cuando Al Qaeda se presentó al mundo con varios atentados en diferentes embajadas estadounidenses, es el de trazar un retrato psicológico más cercano y tridimensional que el socorrido "monstruo" del que hablan todos los medios occidentales.

Al parecer, Bin Laden fue un hombre muy fervoroso, que cuando era adolescente hacía ayuno dos veces por semana y rezaba siete veces al día. Sin embargo, nunca llegó a tener una formación reglada en la materia. Algunos de los entrevistados lo describen como un narcisista, mientras que otros subrayan su gran humildad y su rechazo a destacar. Lo describen, incluso, como un idealista que pecó de inocente: "Pensó que, cuanto más grande fuera el ataque, más estadounidenses se retirarían de Oriente Medio y que en Estados Unidos la gente empezaría a votar candidatos que aplicarían una política exterior diferente. Pero era un pensamiento muy inocente. Estados Unidos se implicó más en Oriente Medio que jamás en su historia. Fue totalmente contraproducente".

placeholder El analista de seguridad nacional de la CNN Peter Bergen. (National Geographic)
El analista de seguridad nacional de la CNN Peter Bergen. (National Geographic)

Al parecer, la tarea de escribir sus discursos recaía normalmente en sus dos primeras mujeres, en las que se apoyó hasta el final de sus días. No parece que Bergen haya sabido manejar toda la información que tenía entre manos para poder ofrecer un retrato más complejo y profundo del hombre que en 2011 cambió el mundo tal y como lo conocíamos y provocó que comenzase la guerra entre seguridad y privacidad. Una oportunidad perdida de comprender mejor el siglo en el que vivimos.

En la televisión, las últimas imágenes de Osama Bin Laden con vida proyectaban la figura de un hombre sentado frente a una televisión, con las piernas cruzadas como un jefe indio, viendo su propia imagen en la pantalla. El hombre más buscado del mundo, escondido en una habitación —cochambrosa, a tenor de las imágenes—, pasaba las horas delante de la caja tonta sin saber muy bien en qué gastar el tiempo, paranoico, sospechando de cualquier peligro real o inventado y añorando sus tiempos de gloria cuando su cara abría los telediarios de todo el mundo. El decimoséptimo de los cincuenta hijos de uno de los empresarios más ricos de Arabia Saudí pasó sus últimos días en unas condiciones miserables, rodeado de basura y aislado del mundo junto a doce de sus veinte hijos, doce nietos y dos de sus cuatro mujeres, además de sus guardaespaldas. Sin internet, sin apenas contacto con el mundo exterior y repasando capítulos de 'Barrio Sésamo'. Un final decadente para 'el azote de Occidente'. ¡Pobre Bin Laden!

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