Es noticia
"¡Aleluya!". El góspel de The Mississippi Mass Choir toma Madrid
  1. Cultura
clásicos gospelianos y canciones navideñas

"¡Aleluya!". El góspel de The Mississippi Mass Choir toma Madrid

De los 14 componentes del coro, diez eran mujeres y cuarto varones, todos tenían una actitud muy humilde y sincera con la que pusieron a bailar a la capital con sus himnos navideños

Foto: The Mississippi Mass Choir.
The Mississippi Mass Choir.

"¡Aleluya! ¿Podéis cantar ¡Aleluya!?" dice con energía y micrófono en mano uno de los tenores del The Mississippi Mass Choir. Su reclamo no termina de calar entre el público. Mientras, empiezan a emerger unas palmas entre sus compañeros situados tras él. —Se crece—. "¡Cantad conmigo Aleluya!", dice todavía más enérgicamente. —Pues va enserio, quiere que cantemos—. Los 14 componentes del coro evangelista comienzan a entonar una pieza musical navideña muy pegadiza y sonora, tanto que invita a unirse.

Para cuando caímos en la cuenta todos estábamos de pie y acompañando con palmas al tenor. El intérprete que luce una túnica azulona y blanca con bordados rojos, la misma que sus compañeros, se mueve con ritmo de un lado al otro del escenario sonriendo, mientras canta y señala al público para que le acompañe con sus cánticos. Cualquiera diría que esta música está inspirada en el sufrimiento de las generaciones de esclavos africanos que fueron deportados por las colonias a Estados Unidos.

placeholder The Mississippi Mass Choir.
The Mississippi Mass Choir.

Durante el concierto se iban turnando los componentes de la agrupación para liderar cada cántico. De entre los catorce coristas diez eran mujeres y cuarto varones, todos tenían una actitud muy humilde y sincera, interpretaron clásicos gospelianos y canciones navideñas con mucha efusividad, un sentimiento que se notaba en el ambiente que era muy cómodo y cálido.

Llegó el turno de una de las soprano, las más menudita físicamente, demostró tener una voz, unos pulmones y un espíritu que no aparentaba, marcándose un solo de más de medio minuto dejando atónito a todos los presentes.

"Cuando ves esa muestra de pasión, sabes que no es solo otra actuación", decía una de las integrantes del coro al medio local Mississippi Today. “Es una de las cosas únicas de este grupo. Es nuestro deseo por derribar las barreras que nos separan, y eso se consigue actuando”, —y lleva toda la razón— las gotas de sudor que vi como caían por la frente de uno de los barítonos no era solo por los bailoteos y su sofocante túnica, sino por el entusiasmo que le estaba echando.

La agrupación coral, que realmente está formada por 230 personas, ha sido el primer coro afroamericano en actuar en la Acrópolis Griega

Este coro misisipiano no es un coro cualquiera, fue fundado en 1988 por Frank Williams, miembro del histórico coro The Jackson Southernaires. The Mississippi Mass Choir fue invitado a cantar al Papa Juan Pablo II en su residencia de verano y en 1997 fueron premiados con el Grammy al Mejor Coro de góspel. Esta agrupación coral, que realmente está formada por 230 personas, ha recorrido todo el mundo, de hecho ha sido el primer coro afroamericano en actuar en la Acrópolis Griega. También han sido los primeros en compartir escenario con la Orquesta Sinfónica Europea delante de 20,000 espectadores.

Improvisación melódica y textual

El espectáculo estuvo marcado por la constante improvisación melódica y textual, era un ambiente divertido hasta que llegó el lado sádico del concierto. Sí, el momento en el que los artistas atraviesan las cuarta pared y comienzan a subirse al escenario a gente del público. Estaba situado en la tercer fila y para cuando quise darme cuenta una de la soprano se dirigía derechita a mí, ya era demasiado tarde. La solución: huida hacia delante, hacerse el sueco como cuando una viejecilla se te cuela en la cola del súper y hace ver que con ella no va la cosa.

Mientras me aferraba a mi butaca del Teatro Fernan Gómez, bien cómoda por cierto, como si de mi vida se tratase, más de una cuarta parte del público terminó bailando y compartiendo escenario con la agrupación. En la imagen final intérpretes y parte del público que estaba en el escenario compartían abrazos y muestras de afectos, una humilde y bonita forma de iniciar la navidad.

"¡Aleluya! ¿Podéis cantar ¡Aleluya!?" dice con energía y micrófono en mano uno de los tenores del The Mississippi Mass Choir. Su reclamo no termina de calar entre el público. Mientras, empiezan a emerger unas palmas entre sus compañeros situados tras él. —Se crece—. "¡Cantad conmigo Aleluya!", dice todavía más enérgicamente. —Pues va enserio, quiere que cantemos—. Los 14 componentes del coro evangelista comienzan a entonar una pieza musical navideña muy pegadiza y sonora, tanto que invita a unirse.

Música