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ABBA y lo que esconde su gira 'virtual': Agnetha Fältskog "odia salir y ver gente"
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UN FAN LA ACOSÓ DURANTE TRES AÑOS

ABBA y lo que esconde su gira 'virtual': Agnetha Fältskog "odia salir y ver gente"

La gira que ha anunciado el grupo para 2019 no será presencial y una de las razones puede ser el deseo de no mostrarse en público de Agnetha Fältskog

Foto: Agnetha Fältskog (2d). (Reuters)
Agnetha Fältskog (2d). (Reuters)

ABBA ha vuelto. La noticia de que el grupo más glamuroso de los 70 cocina nuevo disco y prepara próxima gira para el año que viene ha sido recibida con los brazos abiertos por su cuantioso séquito de fans. Sin embargo, nadie podrá alzar el brazo en mitad del concierto para rozar sus pantalones acampanados: la gira que preparan será virtual y el porqué apunta hacia Agnetha Fältskog. Sobre Agnetha se ha especulado hasta el empacho: el suicidio de su madre, su turbia relación con su acosador Gert van der Graaf, su enemistad con Frida Lyngstad y que decidiera apartarse de los focos y entregarse a una privacidad que bien le era merecida, avivó el fuego entre los fans y la prensa. Agnetha, que deslumbró sobre los escenarios en la época dorada de ABBA, se ha ganado fama de sujeto antisocial que pasa los días en su solitaria granja.

“¿Eres feliz?”, le preguntan a Agnetha Fältskog en una entrevista, tiempo después de que se apagara el fulgor setentero de ABBA. Era la primera que ofrecía en 17 años. Ella sonríe con los labios apretados. “No haces preguntas fáciles”, responde. El vídeo lo recupera el documental 'ABBA: Behind the Blonde', dirigido por Nick Cory Wright en 2005 y que se centra en la vida post-ABBA de la integrante rubia. La producción gira en torno al acoso que sufrió durante años por parte de un fan holandés y está impregnada de un sensacionalismo que arranca con una ristra de comentarios sobre su físico. Sin embargo, pone sobre la mesa una duda que oprime el pecho de cualquier seguidor de ABBA: ¿Está Agnetha bien?

“Odia salir y ver a la gente”

En 1982, ABBA se separó. En esa década, Agnetha se recluyó en su casa en el bosque en la isla Ekerö, en Estocolmo, y ahogó el clamor de la fama entre nieve, árboles y perros. Al menos, así se ha vendido durante años en medios de comunicación. “Casi no tiene amigos y odia salir y ver a la gente”, cuenta en el documental Brita Ahman. La periodista preparaba un libro sobre la vida de Agnetha en los años de ABBA hasta que la cantante, harta de que se violara su intimidad, decidió rescindir el contrato. Tras el mediático accidente de autobús en el que viajaban los miembros del grupo y los constantes romances y rupturas de Agnetha, la prensa la convirtió en el “sujeto regular de cotilleos no autorizados”.

Durante tres de los años que lleva viviendo en Ekerö, Agnetha ha tenido que soportar que un fan la acosara hasta el extremo: le escribió cientos de cartas y la esperaba fuera de su casa en un coche hasta que, finalmente, encontró una vivienda a pocos metros donde asentarse y convertirse en su vecino. “Me llamaba tres veces al día y me seguía a todas partes”, explicó ella a la policía. “Mi vida ha sido extremadamente limitada por esto y ya no me atrevo a salir sin compañía”.

placeholder Van der Graaf, el acosador de Agnetha durante años ('ABBA: Behind the blonde')
Van der Graaf, el acosador de Agnetha durante años ('ABBA: Behind the blonde')

Van der Graaf, que se obsesionó con Agnetha cuando era niño, clama insistentemente que mantuvieron una relación de dos años hasta que ella se dio cuenta de que era “mentalmente inestable” y decidió alejarse. Cuando el hombre apareció por la ventana de su cocina en Nochebuena, Agnetha lo reportó a la Policía: fue condenado con diez cargos de acoso y deportado a su Holanda natal.

Los 80: guardaespaldas y sin salir de Suecia

El documental cuenta con testimonios de allegados de Agnetha como su exnovio y letrista Bruce Gaitsch; Claes af Geijerstam, el ingeniero de sonido de ABBA o Mauritza Horn, su amiga y corista en el grupo sueco y se centra en exclusiva en la historia de la integrante de ABBA. “Quiere estar sola y quiere que la dejen en paz”, explica Gaitsch.

Muchos de los entrevistados se remontan a su comportamiento en los 80, cuando se negaba a viajar fuera de Suecia o a acudir a eventos sin su guardaespaldas Hasse Blomberg, y coinciden con una reciente biografía del grupo ‘The real story of ABBA: Bright lights, dark shadows’ de Carl Magnus Palm. En el periodo final de ABBA, Agnetha ya prefería quedarse en casa con sus hijos a salir de gira. “Ya no tenía motivación para permanecer en la industria de la música”, relata el libro.

Me han descrito como una persona muy misteriosa y duele un poco, porque no es así

Agnetha hizo lo posible para no salir de Suecia. Publicó un trabajo con canciones en sueco con el que se garantizó no tener que realizar viajes promocionales y cuando en 1987 publicó ‘I Stand Alone’ consiguió que los periodistas acudieran a su Estocolmo para realizar las entrevistas promocionales. “Si hubiera ido a Estados Unidos a hacer promoción como se comprometió habría tenido un gran álbum”, lamentó el productor Peter Cetera. Este comportamiento de Agnetha empezaba a fraguar el aura de misterio que la envolvería hasta la actualidad.

“Hubo un momento en que la música se silenció dentro de mí y a mi alrededor. No tocaba música, no cantaba ni escuchaba. Estaba cansada de componer y cansada de cantar. No creí que hubiera retos en la música para mí”. Como recoge la biografía, Agnetha se apartó de los focos, comenzó un proceso de “búsqueda espiritual”, curioseó con el yoga, se interesó por el gurú Deepak Chopra y hubo un tiempo en que reparó en la astrología. Fue en esta época, en 1989, cuando se mudó a su granja en la isla de Ekerö.

“Me gusta estar en casa”

Faltskog, sin embargo, se ha pronunciado varias veces sobre su supuesta “reclusión” y siempre ha rechazado los rumores de aislamiento. “La prensa ha creado una imagen sobre mí en la que me encierro en mi casa y me aíslo solo porque no soy tan visible como antes”, aseguró en una entrevista. En estos años ha acudido a algunos eventos y fiestas, como la premiere en Suecia de ‘Mamma Mia’ junto al resto de los integrantes del grupo. “Probablemente lo han hecho como un castigo por no mostrarme lo suficiente”.

placeholder Agnetha y el resto de ABBA acudieron al estreno de la versión cinematográfica del musical 'Mamma Mía' en Estocolmo. (EFE)
Agnetha y el resto de ABBA acudieron al estreno de la versión cinematográfica del musical 'Mamma Mía' en Estocolmo. (EFE)

No vive una vida “a lo Garbo”, aislada y gritando que la dejen en paz, como se ha plasmado en numerosas portadas. “Se alejó de sus antiguos amigos y conocidos y se sentía incómoda siendo vista en público, pero aún se dejaba ver comprando o comiendo en el centro de Estocolmo de vez en cuando”, se explica en la biografía de ABBA.

“La gente se pregunta qué he estado haciendo estos años que no he estado visible, pero he estado muy ocupada, tengo una granja con caballos y tengo nietos”. Agnetha, que se pronunció así en 2013, también ha ido a terapia para superar su miedo a volar. “Me han descrito como una persona muy misteriosa y duele un poco, porque no es así para nada”. La componente de ABBA incluso comentó en 2010 tener la puerta abierta a una reunión, que quizá, decía, podría ser para una causa benéfica. “Tengo los pies en la tierra y soy una persona muy normal… Solo que me gusta estar en casa”.

ABBA ha vuelto. La noticia de que el grupo más glamuroso de los 70 cocina nuevo disco y prepara próxima gira para el año que viene ha sido recibida con los brazos abiertos por su cuantioso séquito de fans. Sin embargo, nadie podrá alzar el brazo en mitad del concierto para rozar sus pantalones acampanados: la gira que preparan será virtual y el porqué apunta hacia Agnetha Fältskog. Sobre Agnetha se ha especulado hasta el empacho: el suicidio de su madre, su turbia relación con su acosador Gert van der Graaf, su enemistad con Frida Lyngstad y que decidiera apartarse de los focos y entregarse a una privacidad que bien le era merecida, avivó el fuego entre los fans y la prensa. Agnetha, que deslumbró sobre los escenarios en la época dorada de ABBA, se ha ganado fama de sujeto antisocial que pasa los días en su solitaria granja.

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