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El indie que iba a revolucionar el cine español y terminó hundiendo dos empresas
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El indie que iba a revolucionar el cine español y terminó hundiendo dos empresas

Un documental narra la fallida historia de 'El Cosmonauta', el primer gran proyecto del 'crowdfunding' español que fracasó estrepitosamente

Foto: Nicolás Alcalá, director de 'El Cosmonauta', en una imagen reciente.
Nicolás Alcalá, director de 'El Cosmonauta', en una imagen reciente.

Nicolás Alcalá (Madrid, 1988) está en Oaxaca (México), donde ha ido a pasar unos días, a punto de coger un vuelo hacia Los Ángeles, la ciudad en la que reside. Se ha estrenado un documental sobre su historia que no le termina de convencer: 'Hard as Indie'. Un relato con material de "making-of" que narra el rodaje de 'El Cosmonauta', la primera película financiada con 'crowdfunding' que se hizo en España y que él dirigió. “No me ha encantado”, dice al teléfono poco antes de subir al avión. “Tiene buena fe, pero da el titular de que la película destrozó la amistad de tres amigos. Y parece que sólo habla de mí: no va sobre 'El Cosmonauta', sino sobre Nicolás Alcalá”.

Nicolás fue el director, genio creativo e impulsor de 'El Cosmonauta', el primer gran proyecto de 'crowdfunding' español. En 2008 convenció junto a sus socios - Carola Rodríguez y Bruno Teixidor, veinteañeros como él - a más de 4.000 personas de que revolucionarían la industria porque otro modelo de cine era posible: si cada uno ponía un poquito de dinero, juntarían el suficiente para pagar la película. Alborotaron las redes sociales, ilusionaron a mucha gente, recaudaron 330.000 euros y viajaron a filmar.

Foto: Pecker junto al chef de Tatau Bistró, Tonino Valiente. (María Tresaco)

'El Cosmonauta' murió en 2013, tras cinco largos años de trabajo y desventuras. El rodaje, en un campamento lleno de mosquitos en Letonia y en Moscú, donde un general excosmonauta les quitó los permisos que tenían para grabar en Star City (la ciudad secreta rusa en la que los cosmonautas preparaban sus expediciones durante la carrera espacial) quemó a los socios de Nicolás. La película, estrenada en 2011, les hizo directamente llorar (y no de alegría): de 120 horas de rodaje no salió la historia que tenían prevista, sino una “poética” y “lenta” obra de autor que no obtuvo la crítica esperada. La estocada final se la dio un juicio contra el Gobierno, que les exigía devolver una subvención de 73.000€. La productora (Riot Cinema) no pudo afrontar el pago y se declaró en suspensión de pagos. La amistad entre los tres también quebró: cuando 'El Cosmonauta' finalizó, terminaron su relación.

Arturo M. Antolín colaboró con la película, en un 'making of' que tenían previsto mostrar en el estreno y que no llegó a ver la luz. Años más tarde, rescató el material y planteó a Nicolás, Carola y Bruno emplearlo para un documental. “Estuvieron de acuerdo, siempre y cuando ellos no metieran mano”, explica. Le dejaron un disco duro con vídeos del rodaje, acordó entrevistas con todo el equipo y empezó a montar. El resultado es un repaso cronológico – con más chicha que la propia película - a la odisea que supuso aquel proyecto tan joven y descarado. Pero es, por encima de todo, un retrato de su director, a quien la plantilla recrimina en varias citas su “poca inteligencia emocional” y “locura dictatorial” durante el rodaje.

“Sabía que el documental iba a ir alrededor de Nico”, reconoce Antolín. “Era consciente de todo lo que la gente decía sobre él. Su figura fue muy dictatorial. Pero se decían tantas cosas que a lo mejor se ponía mucha mierda en un único sitio. Y no era necesario. No quería desdibujar su figura ni para bien ni para mal: quería mostrar lo suficiente, pero que él diera su opinión. No quería atacarle”.

placeholder Imagen del rodaje de 'El Cosmonauta' incluida en 'Hard as Indie'.
Imagen del rodaje de 'El Cosmonauta' incluida en 'Hard as Indie'.

“Él era el motor y ellos le seguían”

'El Cosmonauta' - y todo lo que implicó durante tantos años - fue la obra de Nicolás, sin el que nada hubiera adquirido tal monumentalidad. “El Cosmonauta' era lo que quería hacer Nico y, por transferencia, lo que querían hacer Carola y Bruno”, apunta un participante. “Lo han admitido siempre: él era el motor y ellos le seguían”, continúa Antolín. “Ellos no querían cambiar el mundo. Querían hacer una película, no tenían dinero y empezaron esto. Pero Nico se interesó, por ir contra el sistema y por innovar, en hacer algo más grande. Mucha gente dice que está bien que le muestre como villano. Y nunca ha sido mi intención. Es muy fácil atacarle, pero es innegable que nada de 'El Cosmonauta' hubiese salido si él no hubiera sido así”.

Cuenta el director del documental que lo más complicado de la historia fue incluir el famoso episodio del currículum, otro de los grandes batacazos que se llevó el equipo del filme. En septiembre de 2012, la productora recibió un email con un curriculum adjunto, al que Nicolás contestó con prepotencia y desprecio (“si ni tan siquiera eres capaz de personalizar 300 mails con currículum que habrás enviado, ¿crees que podremos confiar en ti para tareas más complejas? (…) Lo mismo surgen cosas divertidas como que te hayas confundido y en realidad seas pescadero”) que no tardó en hacerse viral. Aunque pidieron disculpas, les cayó un chaparrón considerable (¡ardieron las redes!). Años después, Nicolás dio una charla TED sobre cómo aquel error le cambió la vida.

“En la entrevista, Nico me había dicho cosas como que tuvo amenazas. ¡Y es cierto! Aquello fue horrible para los tres. Pero no quería convertirlo en mártir”, puntualiza Antolín. “Mi idea era: en vez de contarte lo malo de Nico durante el rodaje, te lo contaré como figura antes de meternos en el caso del CV. Y ahí se produce ese balance. Para mí, la representación de Nico es la charla TED: el momento en el que dice 'yo lo pasé muy mal, pero si hubiese sido otra persona sin mi autoestima lo hubiese pasado peor'. En el fondo me parece maravilloso, es lo que que le hace como persona y lo que empresarialmente le ha llevado donde está”.

placeholder Imagen de 'Hard as indie'.
Imagen de 'Hard as indie'.

Películas en realidad virtual

Nicolás vive hoy en Los Ángeles, desde donde hasta hace un par de meses dirigía Future Lighthouse: el estudio de realidad virtual que montó tras 'El Cosmonauta' y que acaba de cerrar. “Al disolverse Riot Cinema, con todas las lecciones aprendidas, quise hacer algo nuevo”, cuenta. “Con 'El Cosmonauta' intentamos transformar una industria falta de innovación. Nos enfrentamos y nos dieron palos por todos lados. Estaba a punto de dejar el cine cuando descubrí la realidad virtual”.

La realidad virtual ofrecía al cineasta otra herramienta para contar historias, pero en un sector - el tecnológico - abierto a la innovación. “Tenía más riesgo porque nacía de cero, pero las perspectivas de crecimiento eran chulas. Destilamos muchísimo conocimiento de 'El Cosmonauta' y no me avergüenza decir que nos posicionamos en el top 10 de estudios de contenidos de realidad virtual”. La productora - con oficina y 30 empleados en la Fábrica de Tápices de Madrid, y dirección creativa de su parte en L.A - ha sido artífice de largometrajes como Melita (disponible en Oculus Rift), de varios capítulos del Ministerio del Tiempo en este formato y se ha llevado más de 40 premios. Sin embargo, no era rentable por sí misma y no recaudó la inversión necesaria para continuar - pasando al eterno cajón de proyectos ambiciosos que mueren porque gastan más de lo que ingresan.

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Imagen del rodaje de 'El Cosmonauta' incluida en 'Hard as indie'.

“¿Por qué cerramos? No queríamos hacer una empresa pequeñita”, cuenta. “Facturamos más de dos millones en dos años, espectacular para una compañía recién nacida, pero apostamos por crecer asumiendo que entraría más inversión. Estamos en la primera fase de algo, la realidad virtual, que transformará el mundo. Pero aún no ha triunfado como se esperaba. Hay que ser cautelosos hasta que coja fuerza”.

El documental que revela los entresijos de 'El Cosmonauta' es un trocito de su historia, de “un proyecto loco, que era improbable que saliera financieramente bien” y que le permitió “sacarse una espinita como director”. “Lo que no me termina de convencer es que son entrevistas de hace cinco años, hechas seis meses después de que saliera 'El Cosmonauta”, concluye. “Fue un proyecto muy complicado y mi manera de verlo ha cambiado a lo largo de los años porque he madurado personalmente. Y que salga el episodio del CV no me molesta. Lo digo a menudo: me siento orgulloso de esa experiencia. Fue un regalo que me cambio la vida y cuyos aprendizajes han sido gigantescos. La persona que soy hoy es radicalmente distinta a la que hizo 'El Cosmonauta”.

Nicolás Alcalá (Madrid, 1988) está en Oaxaca (México), donde ha ido a pasar unos días, a punto de coger un vuelo hacia Los Ángeles, la ciudad en la que reside. Se ha estrenado un documental sobre su historia que no le termina de convencer: 'Hard as Indie'. Un relato con material de "making-of" que narra el rodaje de 'El Cosmonauta', la primera película financiada con 'crowdfunding' que se hizo en España y que él dirigió. “No me ha encantado”, dice al teléfono poco antes de subir al avión. “Tiene buena fe, pero da el titular de que la película destrozó la amistad de tres amigos. Y parece que sólo habla de mí: no va sobre 'El Cosmonauta', sino sobre Nicolás Alcalá”.

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