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Trueba: "Hay una parte de España que ha sido envenenada contra el cine español"
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Trueba: "Hay una parte de España que ha sido envenenada contra el cine español"

El director madrileño estrena este viernes 'La reina de España', una nueva carta de amor al mundo del cine donde vuelve a trabajar junto a Penélope Cruz como Macarena Granada

Foto: Fernando Trueba dirige a Penélope Cruz en 'La reina de España'
Fernando Trueba dirige a Penélope Cruz en 'La reina de España'

Dice Fernando Trueba que jamás se le había ocurrido volver a retomar la historia de ninguno de los personajes de sus películas, pero aquí está, en la librería madrileña 'La buena vida', a menos de cuatro días para el estreno de 'La reina de España', una secuela -bueno, no, secuela no, reencuentro- que rescata al reparto de 'La niña de tus ojos' (1998), esa bella odisea de una 'troupe' de cómicos del cine que, en vez de hacer las Américas se van a hacer las Alemanias en pleno auge del nazismo, gracias a una acuerdo entre el Caudillo y el Führer a finales de los años 30.

[Trueba, Resines y Pe afrontan pérdidas millonarias]

El director madrileño ha conseguido que -18 años después- se vuelva a juntar la 'troupe' de Penélope Cruz, Antonio Resines, Jorge Sanz, Javier Cámara, Neus Asensi, Santiago Segura, Rosa María Sardá, Loles León y compañía -se incorpora de nuevas Chino Darín- para sacar adelante el rodaje de 'La reina de España', una película sobre una película sobre los Reyes Católicos, con mucha guasa, algún 'gag' de trazo grueso y un regusto al Bogdanovich de '¡Qué ruina de función!' (1992). Y con -falso- cameo de Franco incluido.

Tráiler de 'La reina de España'

PREGUNTA. 'La reina de España' es una carta de amor al cine en formato comedia. En la realidad de un rodaje, ¿qué hay más, comedia o drama?

RESPUESTA. Hay de todo como en la vida real. Hay rodajes en los que sufres, en los que lo pasas muy mal, otros en los que disfrutas. Lo único común es que es un trabajo muy duro. El rodaje de una película no es una broma y el director tiene todo el peso y la responsabilidad de llevar a buen término todo eso que es tan caro e implica a tanta gente. Fíjate que cuando yo empecé en esto tardé en disfrutar. Yo creo que hasta la quinta o la sexta película estaba tan agobiado que era como si llevara una piedra encima, cargándola. Pero a pesar de todo el trabajo, las tensiones -que siempre las hay- y las dificultades, ha habido películas en las que he sido muy feliz y he disfrutado mucho.

P. En este caso, que es una comedia coral, el agobio tiene que multiplicarse, ¿no?

R. Es una dificultad añadida, pero si te sale bien es muy bonito. En España hemos tenido un maestro de esto, que era Berlanga. Uno ve 'Plácido', que para mí es la película número uno hecha en este país, o 'El verdugo', que es la segunda, y son toda una lección de cómo manejar todos los personajes, los decorados, la cámara... No pasa un año sin que las vuelva a ver. Estas películas cuentan más de este país y de lo que era la vida aquí que ningún documento que saquemos de la hemeroteca o de la biblioteca o de ningún lugar.

'Plácido' y 'El verdugo' cuentan más de este país y de lo que era la vida aquí que nada que saquemos de la hemeroteca o de la biblioteca

P. Precisamente, ¿cómo ha sido volver a los personajes de 'La niña de tus ojos', pero sin Rafael Azcona?

R. Pues le he echado mucho de menos. Aquella película yo la escribí con Rafael Azcona y con David. Rafael y yo estuvimos tres años puliendo diferentes versiones y yo no acababa de estar contento. Fíjate el tiempo que nos llevó, que entre medias hice 'Belle Epoque' y 'Too Much'. Cuando ya habían pasado unos años, Rafael me propuso que se lo dijéramos a mi hermano, que tenía 22 ó 23 años. Quería alguien nuevo, alguien fresco. Idealmente yo hubiera escrito esta película con ellos dos; con Azcona no podía y David es el tipo más ocupado que conozco, haciendo novelas, películas, series de televisión, columnas de periódicos. A Azcona siempre le he tenido en una foto detrás de mí cuando escribo. Me recuerda a Billy Wilder, que mandó a una de sus trabajadoras de vestuario a bordar una tela de mínimo dos metros o más, que luego enmarcó, con la frase “¿Cómo lo habría hecho Lubitsch”. La foto de Rafael para mí cumplía la misma función. [Ríe]

P. ¿Por qué una secuela?

R. Yo no la llamaría secuela, sino reencuentro. Unos personajes que se conocieron hace 18 años y fueron a Berlín a rodar una película y pasados unos años vuelven a encontrarse, que es lo que pasa a veces en el cine. Coincides con alguien en una película, le pierdes la pista, pasan mogollón de años y, de repente, lo vuelves a ver. Es maravilloso, recordar. Esta película se puede ver perfectamente como una película independiente, pero yo sé que el que haya visto la anterior y le guste, disfrutará más y encontrará más claves para saborearla más.

P. ¿El hecho de que entre 'La reina de España' y 'La niña de tus ojos' hayan pasado 18 años ha hecho que el paso del tiempo sea más palpable, que provoque una reflexión más existencial?

R. Sí, eso está en la película y le da una cierta densidad. La película no sólo es el 'jijí jajá' y la risa, que es muy importante, pero también ves cómo la vida les ha pasado por encima a unos más que a otros. El tiempo no ha tratado igual a Macarena Granada [Penélope Cruz], que es una estrella internacional, que a Blas Fontiveros [Antonio Resines], que ha permanecido exiliado. Yo creo que una buena comedia tiene que tener ese peso y ese poso de realidad y de humanidad. Aunque la verdad es que ésta creo que es una comedia bastante comedia.

Al hacer el retrato de Franco y a pesar de que era una comedia, yo le dije a Areces que no había que caer en la parodia

P. Hemos pasado hace nada el 20-N, un día en el que la figura del Caudillo vuelve a las portadas de los medios. En su película, Carlos Areces hace el papel de Franco, ¿se cortó mucho a la hora de dibujar al personaje?

R. Al hacer el retrato de Franco y a pesar de que era una comedia, yo le dije a Areces que no había que caer en la parodia. No había que hacer una imitación televisiva de esas que hacen de los políticos y que vemos todos los días. Me parecía que era más importante darle el punto de humanidad, darle el punto de verdad, sin nunca olvidar que es una comedia, que es diferente que cuando haces un drama o una película histórica. Hemos enseñado incluso ese lado que tenía Franco de cinéfilo. Es un personaje con el que sería tan fácil ser maniqueo y caricatural... que se ha hecho así muchas veces, así que yo he querido evitarlo.

P. En 'La reina de España' hay varios momentos en los que los personajes muestran el hartazgo por el eterno conflicto de las dos Españas. Quieres ir hacia adelante. Y todavía estamos en esas. ¿Por qué no funciona el pegamento?

R. No lo sé. Yo creo que es que aquí los perdedores de la guerra tuvieron que perdonar y hacer borrón y cuenta nueva para que el país saliera adelante. Los vencedores nunca han pedido perdón. Se consideran en posesión de la razón o de no sé qué. Creo que hemos sabido hacer muy bien la evolución de la Transición en este país pero no la hemos sabido redondear. Sólo ha habido generosidad en un lado.

P. Un año después de la polémica tras su discurso en la recogida del Premio Nacional de Cinematografía, ¿cómo lo ha pasado?

R. La verdad es que yo no sé qué he hecho para merecer esto. A lo mejor me lo he buscado, dirán algunos. Pero es que sigue la polémica, ¿sabes? Es un peñazo impresionante. Intento llevarlo lo mejor posible. Molesta cuando en vez de estar hablando de la película y estar hablando de la comedia y lo bonito que es hacer cine, de repente te toca hablar de cosas que no te apetecen.

Yo creo que es que aquí los perdedores de la guerra tuvieron que perdonar y hacer borrón y cuenta nueva para que el país saliera adelante

P. Ahora se acaban de desbloquear las ayudas al cine. ¿Cómo explicaría a quienes no quieren subvenciones en el cine cómo sería un cine sin subvenciones?

R. Me niego a entrar en el juego por una razón: creo que todas las industrias de un país están subvencionadas en mayor o menor medida de susnecesidades y de las épocas. Y para lo que elegimos un Gobierno que elija una Hacienda y unos presupuestos del Estado es para recaudar y repartir. Y el cine es algo importantísimo para un país. Los que lo entienden mejor son los americanos y los franceses. Y jamás lo ponen en duda y lo discuten. Pero aquí hay una parte que ha sido envenenada e intoxicada con opiniones contrarias al cine español. Y deberían darse cuenta de que cualquier cosa contraria al cine español es contraria al país.

P. Parte del rodaje ha sido en Budapest, ¿por qué?

R. Gran parte de la película transcurre dentro de unos estudios de cine y fue buscándolos como llegamos a Budapest. Buscábamos estudios que se parecieran a los que había en Madrid, que fuesen humildes, con esa medida urbana y pequeña.

P. ¿No fue por temas de coproducción?

R. Hay una serie de países que tienen muy buenas condiciones económicas y de inversión, pero eso es desde el punto de vista de Producción. Desde el departamento de Dirección lo que yo necesitaba eran unos estudios similares a los madrileños. Encontramos unos en Buenos Aires, primero, y luego los Stern de Budapest.

La mayor parte de los estudios de cine de Madrid de la época han sido destruidos. ¡Qué pena que seamos tan cafres!

P. ¿Y aquí en Madrid ya no quedan estudios?

R. La mayor parte de los estudios de cine de Madrid de la época han sido destruidos. Los Estudios de la CEA (Cinematografía Española Americana) estaban al lado de mi casa en un sitio por el que paso todos los días andando. Ahora hay un bingo. Tengo una nostalgia tremenda, porque tengo todas las fotos antiguas de esos estudios. Me da una gran pena que no haya unos estudios así en Madrid. Como los que se ven al principio de 'Esa pareja feliz', de Bardem y Berlanga. Da una pena que todo eso ya no exista. ¡Qué bestias somos! Hace poco se han tirado los Buñuel y están haciendo apartamentos de lujo. ¡Qué pena que todo lo tiremos, que seamos tan cafres! Los cines Madrid son un gimnasio. Ahora el mundo va a ser un gimnasio, ¿no? Así vamos a tener muchos bíceps.

P. Y para añadir más leña al fuego, hace poco saltaba la noticia del "estado crítico" del archivo de la Filmoteca Española...

R. Hace unos meses comía yo en Ginebra con el director de la Cinemateca Suiza y me dijo: "¡Qué desastre la Filmoteca Española!". Y yo le pregunté el porqué. Y me explicó todos los problemas que tenemos: no hay interlocutor, han dejado de lado el archivo. Es como si dejas de lado al Museo del Prado. No tenemos una política cultural, y deberíamos tenerla.

No sabes el orgullo que me da ser hermano de David y padre de Jonás. Es acojonante. Son dos de las personas a las que más admiro

P. Pasando a temas más alegres, este año ha dado la casualidad de que en las candidaturas a los Goya, detrás de 'La reina de España' aparezca 'La reconquista' [la última película de su hijo Jonás]. ¿Orgullo de saga?

R. No sabes el orgullo que me da ser hermano de David y padre de Jonás. Es acojonante. Son dos de las personas a las que más admiro. Yo le saco a mi hermano 15 años. Cuando yo me fui de casa, David tenía cuatro. David le saca 12 a Jonás, así que David está casi más cerca de Jonás que de mí. Cuando coincidimos los tres en una comida o una cena y hablamos de cine, son momentos en los que yo disfruto cantidad. Siento el orgullo de haberles transmitido algo de mi amor al cine.

Dice Fernando Trueba que jamás se le había ocurrido volver a retomar la historia de ninguno de los personajes de sus películas, pero aquí está, en la librería madrileña 'La buena vida', a menos de cuatro días para el estreno de 'La reina de España', una secuela -bueno, no, secuela no, reencuentro- que rescata al reparto de 'La niña de tus ojos' (1998), esa bella odisea de una 'troupe' de cómicos del cine que, en vez de hacer las Américas se van a hacer las Alemanias en pleno auge del nazismo, gracias a una acuerdo entre el Caudillo y el Führer a finales de los años 30.

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