Stone a propósito de 'Snowden': "Estados Unidos camina hacia la autodestrucción"
Oliver Stone ha presentado este jueves en el Festival de San Sebastián 'Snowden', un drama que muestra el lado más humano del ex espía
Expectación máxima. Oliver Stone, Joseph Gordon Levitt y Shailene Woodley están desaparecidos tras una nube de flashes, fotógrafos, curiosos, 'smartphones' y gente que pasaba por ahí. ¡Calma, calma! Y empezamos. Oliver Stone ha vuelto al Festival de San Sebastián, flanqueado esta vez por dos actores que levantan las mismas filias en espectros totalmente opuestos: uno, nombre de culto entre los cinéfilos de la comunidad 'hipster', otra, estrella de masas entre las adolescentes amantes de la fantasía distópica. Y los tres han presentado este jueves 'Snowden', un drama que muestra la faceta más personal del ex espía estadounidense, amado y odiado a partes iguales. O no, porque en su país son más los que piden su cabeza que quienes le colocan la aureola sobre la misma.
Snowden es una persona de trascendencia política, Stone es un altavoz político así que, obviamente, 'Snowden' también lo es. Pero ante todo, el director neoyorquino -ganador de tres Oscar- ha querido horadar en la superficie del personaje público y ofrecer un retrato íntimo del ex trabajador de la CIA y de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), como ha afirmado en una rueda de prensa dentro de la 64 edición del Festival de Cine de San Sebastián, donde el filme, aunque fuera de concurso, se proyectará dentro de la Sección Oficial. Stone ha dibujado allí un porvenir oscuro de su país: "Estados Unidos camina hacia la autodestrucción".
"No he querido hacerle un héroe", defiende el director de 'Wall Street' y 'JFK'. "Hemos contado la historia de la forma que el guionista, yo y los actores la hemos interpretado". Una historia en la que comenzó a trabajar hace más de dos años y que le ha llevado a viajar a Moscú en varias ocasiones para entrevistarse con Snowden en persona. "He pasado muchas horas con él; es educado, parece transparente y no da la sensación de ser una persona con mucho que ocultar. Yo he grabado lo que he visto. ¿Tiene imperfecciones? Seguro. Quizás era demasiado frágil para trabajar para el ejército. Quizás una de sus imperfecciones sea que no se le da bien expresar emociones y que le cueste decir te quiero. Pero yo no puedo inventarme imperfecciones que no haya visto".
A diferencia del documental 'Citizenfour' (2014), el film de Stone pivota entorno a la relación de Snowden (Gordon-Levitt) con su novia Lindsay (Shailene Woodley) y el papel determinante que ella jugó en la vida y en la toma de decisiones de quien llevaría a cabo una de las filtraciones más grandes de la historia de documentos sobre el espionaje del Gobierno de Estados Unidos a ciudadanos y autoridades de todo el mundo. "Todos podemos empatizar con una pareja, con el amor. Y aquí eso nos da un contexto para entender los que hizo Ed que antes no conocíamos", prosigue el realizador.
"'Citizenfour' es una película maravillosa'", añade Gordon-Levitt, "porque contiene mucho periodismo y un gran trabajo de información, pero nuestra película es más un drama emocional. A Snowden le da un poco de vergüenza porque es una persona muy reservada con su vida privada, y se siente raro con la película. Pero claramente a él le importa menos su comodidad personal y prefiere estimular una conversación que lleve a la gente a hablar sobre cuál va a ser el futuro de internet, sobre cómo se van a relacionar los Estados con las nuevas tecnologías. Esto es lo que le importa porque claramente arriesgó su vida por ello. Probablemente ahora esté intentando lidiar con esa vergüenza de que alguien haya hecho una película sobre él". "Hoy hay mucha gente, especialmente en Estados Unidos, que está enfadada con él", añade Gordon-Levitt.
Héroe o traidor
"La película no va de si Snowden es un héroe o un traidor", apoya Woodley. "Nadie en los medios de comunicación masivos había llegado a la parte humana de Edward Snowden. Y por otro lado, trata sobre cómo nos afecta la tecnología que usamos y que nos usa a nosotros. Y que la gente se reúna y tenga esta conversación, eso es la democracia, especialmente en América. Así que estoy muy agradecida por pertenecer a algo que haya ayudado a que se produzca esta conversación. La única forma de la que vamos a darnos cuenta de que la privacidad es un derecho humano y no un privilegio, que es lo que es ahora, es siendo conscientes de que hoy es ese privilegio, algo de lo que mucha gente, ni yo misma antes, era consciente, incluso aunque nos lo estén arrebatando". Para Woodley, "Edward Snowden es el mayor patriota del país porque verdaderamente cree en la democracia".
"Edward Snowden es el mayor patriota del país porque verdaderamente cree en la democracia"
Sin embargo, y aunque puntualiza una y otra vez que 'Snowden' es un drama y no un documental político, Stone también entra como un miura al debate sobre el conflicto seguridad-privacidad, la labor de los servicios de inteligencia y, en general, la situación política en los Estados Unidos, que será el centro de todas las miradas el próximo 8 de noviembre, cuando se celebren las elecciones presidenciales.
"Snowden dice que la privacidad es una de las cosas más importantes que tenemos desde los comienzos de la historia", prosigue Stone. "Pero en la actualidad todo parece propenso a ser invadido. No se habla mucho de la NSA abiertamente; desde 1952 tan sólo tres personas han hablado de la Agencia públicamente". Una Agencia que según los documentos filtrados por el ex espía tendría acceso -y accedería- a las conversaciones privadas de cualquier ciudadano en cualquier parte del mundo, saltándose las leyes de protección de datos como si fuesen una comba."Pero Snowden ha jugado un papel fundamental en las reformas que está habiendo. Las grandes multinacionales, sobre todo en el ámbito de la informática, han empezado a encriptar los datos porque corrían el riesgo de perder clientes".
"Estamos peor que con la Stasi"
Además, Stone defiende la valentía de Snowden, que asumió grandes riesgos personales para desvelar la verdad al mundo. "Él no es un kamikaze; tomó esa decisión porque sintió que era lo que tenía que hacer. No había planeado una salida. Él quería darle la información a los medios de comunicación, a pesar de tener que dejar atrás a su novia, de pensar que lo podían matar. Sin embargo, la gente no ha sido capaz de entender la magnitud ni la sofisticación de la información".
"Hoy en día estamos en un estado de vigilancia mucho peor que con la Stasi", afirma Stone. "El mundo cibernético es muy peligroso, porque nadie sabe dónde empieza. La guerra cibernética de hoy es comparable a lo que fueron las bombas atómicas. Pero hoy no necesitas ser un Estado; un individuo en solitario puede hackear el Pentágono. La única forma de escapar de este caos es a través de la firma de tratados, como en la era atómica. El problema es que Estados Unidos no quiere firmar esos tratados".
"El terrorismo es terrible, pero no es la cosa más terrible. Y cambiar todas las reglas en nombre del terrorismo es una medida extrema"
"Una de las cosas que los nazis dijeron en 1933 era 'estamos aquí para protegeros', así que si queréis que os protejamos necesitamos vuestra lealtad", recuerda Stone. Y eso es precisamente lo que el cineasta cree que está haciendo el Gobierno estadounidense hoy en día. "Decir eso es muy peligroso. Hay que tener cuidado con los fascistas. El terrorismo es una cosa terrible, pero no es la cosa más terrible.Y creo que cambiar todas las reglas en nombre de una cosa que es el terrorismo es una medida extrema. Y además, ellos tienen que probar todavía que nos están proporcionando seguridad". Una seguridad que la inteligencia estadounidense no fue capaz de conseguir, por ejemplo, durante el 11-S. "Hubo muchos errores y mucha gente que no hizo su trabajo; el FBI la cagó y la CIA la cagó". Igual que con las armas de destrucción masiva en Irak, añade.
A poco más de un mes para las elecciones presidenciales en su país, Stone no tiene muchas esperanzas puestas en los resultados de los comicios. "Ninguno de los dos ha hablado del asunto de la vigilancia, así que puede que la opción más esperanzadora sería que Obama estuviese uno meses más en la Presidencia [a pesar de que en 'Snowden' el neoyorquino muestra una pérdida de confianza en el demócrata]. No soy muy optimista con el futuro. Sin ser demasiado oscuro, gane la señora Clinton o gane el señor Trump va a pasar algo, nos van a llevar por un camino pedregoso. Pero en ese camino podemos aprender a reflexionar mejor sobre las cosas, porque si no lo hacemos, Estados Unidos, interiormente, camina hacia la autodestrucción".
Expectación máxima. Oliver Stone, Joseph Gordon Levitt y Shailene Woodley están desaparecidos tras una nube de flashes, fotógrafos, curiosos, 'smartphones' y gente que pasaba por ahí. ¡Calma, calma! Y empezamos. Oliver Stone ha vuelto al Festival de San Sebastián, flanqueado esta vez por dos actores que levantan las mismas filias en espectros totalmente opuestos: uno, nombre de culto entre los cinéfilos de la comunidad 'hipster', otra, estrella de masas entre las adolescentes amantes de la fantasía distópica. Y los tres han presentado este jueves 'Snowden', un drama que muestra la faceta más personal del ex espía estadounidense, amado y odiado a partes iguales. O no, porque en su país son más los que piden su cabeza que quienes le colocan la aureola sobre la misma.