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Son los 'booktubers', tienen 20 años y han llegado para salvar al libro
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Son los 'booktubers', tienen 20 años y han llegado para salvar al libro

Después de los 'youtubers', aquí están los 'booktubers', chicos y chicas entre los 18 y los 28 años que graban vídeos de forma casera en los que recomiendan libros

Foto: Booktubers
Booktubers

La imagen es muy sencilla: un chico en la post-adolescencia delante de una pared blanca. Es un plano medio. Con sus gafas y su pelo corto parece un trasunto de Harry Potter en sus años en Hogwarts. Se dirige a la cámara y comienza a hablar como si estuviera charlando con alguno de sus amigos. Lenguaje muy coloquial. De repente, saltan algunos dibujos o ilustraciones dentro del plano. Si quien lo ve y tiene más de 25 años posiblemente no entienda demasiado ni de lo que dice ni de lo que está observando. Pero si presta atención, ahí lo tiene: sí, está recomendando libros. Títulos como los 'best sellers' 'Bajo la misma estrella', 'Las ventajas de ser un marginado', 'A dos centímetros de ti', 'Hermosas criaturas' o la saga 'Divergente'.

Mucha literatura fantástica, ciencia-ficción, aventuras distópicas y pseudorománticas. Y miren las visitas: más de 150.000 en un solo vídeo. Es el canal en YouTube de 'El coleccionista de mundos', del asturiano afincado en Galicia, Sebastián G. Mouret, uno de los líderes del fenómeno ‘booktuber’ en español. Y sólo tiene 20 años.

'El coleccionista de mundos'

Entre los 18 y los 28 años

Después de los 'youtubers', los chavales que se graban a sí mismos y que cuentan con legiones de seguidores en Internet, en España han comenzado a aparecer estos ‘booktubers’, chicos y chicas entre los 18 y los 28 años que graban vídeos de forma casera en los que recomiendan libros y los suben a su canal de YouTube. No hay frases pedantes. Tienen su propio estilo y hasta sus propias reglas como los booktags, una especie de etiqueta temática sobre los libros de los que quieren hablar -pueden ser asuntos como ‘libros del color verde’- y que les trasladan a otros 'booktubers' a los que etiquetan (o taguean) o los 'challenges', retos que se ponen a sí mismos en forma de juego.

Algunos son tan simples como ‘introduce el título de un libro en una aplicación del móvil, esta le dará la vuelta y tienes que averiguar de qué libro se trata’, pero hay otros que podrían formar parte de cualquier Trivial Pursuit. No todo son simples reseñas. Y sí, es posible que si usted nació antes de finales de los ochenta no tenga ni la más remota idea de qué va esto.

No todo son simples reseñas. Y sí, es posible que si usted nació antes de finales de los ochenta no tenga ni la más remota idea de qué va esto

Mouret, nacido en 1996, es una de las cabezas visibles de un fenómeno en el que también se incluye al escritor Javier Ruescas (Madrid, 1988), May Ayamonte (1997), Patricia Little Red (1990), Esmeralda Verdú ‘Esme Fly like a Butterfly’ (1991) o las barcelonesas Drew y Yaiza, de 23 y 27 años, respectivamente. Prácticamente todos crearon sus canales de prescripción de libros entre 2012 y 2013 a partir de los blogs literarios que ya tenían en Internet. Para ellos no era tan raro: eran lectores y hablar de un mundo sin la world wide web, sin YouTube, Facebook, Twitter o Instagram sí que es una rareza. Y sabían que no hacían falta demasiados artilugios ni otra persona para que les grabase. Como cuenta Mouret, todo fue muy artesanal: lo hizo con la cámara de su móvil y una pila de libros como trípode. Y de ahí al universo digital.

Millones de seguidores

Y la idea cuajó. A día de hoy, Mouret, además de su canal literario tiene otros tres en los que narra sus eventos y sus salidas sociales, y sus seguidores superan las cien mil decenas. Ruescas cuenta con un total de cinco millones de visitas en su canal y Drew y Yaiza confiesan que en un solo día uno de sus vídeos puede tener 3.000 visitas. La edad de sus seguidores oscila entre los 12 y los 25 años, y además de prescribir libros en español también lo hacen en ingles, lo que indica otro cambio generacional.

Quizá ese sea la fórmula: la interacción entre lo digital y lo visual. Hablan de letras sí, pero prima la imagen y saben cómo comunicarse entre ellos

Con estos mimbres, ¿dónde radica el éxito? “Creemos que a la gente le gusta más las cosas visuales y dinámicas y, por eso, tienen éxito los vídeos sobre libros. Además, en Youtube se puede interactuar más que en una web o blog y, también, la gente prefiere verte a leerte. Es mucho más cómodo, puedes llegar a más gente y explayarte más”, afirman las blogueras barcelonesas. Quizá ese sea la fórmula: la interacción entre lo digital y lo visual. Hablan de letras sí, pero prima la imagen y saben cómo comunicarse entre ellos.

Es habitual que en los vídeos participen otros lectores e incluso otros 'booktubers' del otro lado del charco como la mexicana Fa Orozco, que puede tener más de 300.000 visitas en uno solo de sus vídeos (y en uno de ellos recomienda 'El Conde Lucanor'). Como insiste Ruescas, “es una forma de hablar de literatura, demostrar que somos muchos los que disfrutamos compartiendo la experiencia de leer y, también, de convertir la lectura en algo más colectivo sin que se pierda la identidad privada del disfrute personal”.

Los jóvenes, los que más leen

Joseph Goebbels fue el que acuñó la famosa frase que afirma que una mentira repetida mil veces puede convertirse en verdad. Tal asunto puede estar detrás de la expresión que señala que los jóvenes no leen y que han sido absorbidos por la pantalla, ya que los datos lo desmienten. Según la 'Encuesta de hábitos y prácticas culturales en España de 2014-2015', los grupos de edad con mayor porcentaje lector son los que tienen entre 15 y 19 años; y entre 20 y 24 años. De los primeros, el 90,1% leyó al menos un libro al año, y de los segundos, un 79,8%. Es a partir de los 54 años cuando la lectura cae en picado: un 58,5% afirmó leer un libro al año.

En España los grupos de edad con más lectores son los que tienen entre 15 y 19 años y entre 20 y 24. Es a partir de los 54 cuando la lectura cae en picado

En términos de industria, las cifras del Observatorio de la Lectura del Ministerio de Cultura 2014 también reflejan que el libro juvenil (y el infantil) es el que mejor ha soportado la crisis de consumo de los últimos años. En 2014 se editaron 54 millones de ejemplares de esta temática, en los mismos números de 2004. También en 2014 la facturación creció un 3% llegando a los 275,2 millones de euros, es decir, el 12,5% del total, pese a que aún quedan lejos de las cifras de 2009 y 2010 cuando se llegó a los 350 millones de euros. Sin embargo, fue una subida mayor que el promedio general, que se situó en el 0,6%. Y, aunque es cierto que la producción continúa en bajada (un 3,8% menos), se editan 2.000 libros más que hace diez años y a día de hoy suponen el 24% de la producción editorial total.

Estos datos son bien conocidos entre las editoriales. Como confirma a El Confidencial Gemma Xiol, directora editorial de los sellos infantiles y juveniles del grupo Penguin Random House, “el interés por este tipo de contenidos ha crecido de forma sustancial en los últimos años y, a día de hoy, aproximadamente un 30% de la venta de libros proviene del segmento infantil y juvenil. Es lógico que en las redes sociales también se perciba un interés creciente por este tipo de literatura, que ha ganado visibilidad porque sus lectores ya no son únicamente adolescentes”.

Sin estadísticas de los 'booktubers'

¿Está detrás de estos datos el fenómeno 'booktuber'? Para los protagonistas, es evidente que ellos son fundamentales. “Es lo mejor que les ha podido pasar [a las editoriales]. Ha habido un boom enorme de la literatura juvenil que creemos que sí ha sido causado por el fenómeno 'booktuber'. La gente joven tiene ahora más ganas de leer. Hay varias personas que nos han comentado que, gracias a nuestros vídeos, han empezado a interesarse por los libros”, manifiestan Drew y Yaiza. Su compañero en las redes, Javier Ruescas, también se siente aludido: “Es útil porque [las editoriales] toman el pulso directamente a parte de su público potencial en el caso del sector juvenil”.

Es lo mejor que les ha podido pasar a las editoriales. Ha habido un boom enorme de la literatura juvenil que causado por el fenómeno 'booktuber'

De ahí que los propios sellos, que no suelen andar lentos con este tipo de fenómenos -ElRubius fue fichado en 2013 por Planeta cuando aún no tenía los seguidores que tiene ahora- ya se hayan puesto en contacto con los 'booktubers' para que comenten algunos de sus libros (en otros casos, como el de Esmeralda Verdú y May R Ayamonte Planeta les ha publicado el libro ‘Besos entre líneas’). Como ellos mismos señalan, sí les suelen enviar alguna de sus ‘apuestas’, aunque de momento nadie les ha obligado a nada ni han recibido ningún tipo de presión. “Algunas editoriales se conforman con que hagas algún vídeo hablando sobre el libro. La relación es bastante buena”, insisten Drew y Yaiza.

Y no les pagan...

Por otro lado, los 'booktubers' consultados reconocen que tampoco les pagan por ello. El fenómeno aún no se ha convertido en su sustento como si ha ocurrido ya para ciertos 'youtubers'. “La cifra que ganamos es tan reducida que no nos sirve para nada, prácticamente. Los 'booktubers' es una comunidad que no tiene las suficientes visualizaciones como para vivir de ello”, sostienen las blogueras.

¿Dónde se había visto antes a una chavala con el pelo morado recomendando un libro a todo el planeta? Hasta ahora la imagen era la de Sánchez Dragó

También queda por responder si este nuevo fenómeno de prescripción ayudará a la industria editorial más allá del libro juvenil, ya que los datos genéricos aún están lejos de las cifras pre-crisis. Todavía nadie ha cruzado datos estadísticos y el fenómeno parece estar aún en niveles residuales, al menos en España. “Sin duda, están haciendo una labor muy positiva, aunque no tenemos datos. Puede ayudar al momento cultural que atravesamos, a la cultura y al mundo del libro en nuestro país. Sí, están agregando nuevos lectores, chavales que les cuesta leer, ya que el libro está en un ámbito analógico donde ellos ya no están.

Los colegios recomiendan libros obligados y les cuestan más. Hasta ahora era una cuestión más de padres y colegios y los 'youtubers' y 'booktubers' están logrando que los no lectores se estén acercando de forma lúdica a estos libros”, manifiesta Ana Lafuente, editora del Grupo Planeta. Hay algo que sí es indudable y es que han llegado para refrescar una de las industrias más tradicionales de la cultura. Porque: ¿dónde se había visto antes a una chavala con el pelo morado recomendando un libro y que pudiera llegar a todo el planeta? Hasta ahora la imagen más cercana era la de Fernando Sánchez Dragó.

La imagen es muy sencilla: un chico en la post-adolescencia delante de una pared blanca. Es un plano medio. Con sus gafas y su pelo corto parece un trasunto de Harry Potter en sus años en Hogwarts. Se dirige a la cámara y comienza a hablar como si estuviera charlando con alguno de sus amigos. Lenguaje muy coloquial. De repente, saltan algunos dibujos o ilustraciones dentro del plano. Si quien lo ve y tiene más de 25 años posiblemente no entienda demasiado ni de lo que dice ni de lo que está observando. Pero si presta atención, ahí lo tiene: sí, está recomendando libros. Títulos como los 'best sellers' 'Bajo la misma estrella', 'Las ventajas de ser un marginado', 'A dos centímetros de ti', 'Hermosas criaturas' o la saga 'Divergente'.

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