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Feliz sí cumpleaños, Alicia
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'Alicia en el país de las maravillas' cumple 150 años

Feliz sí cumpleaños, Alicia

Lewis Carroll, un profesor de matemáticas acusado de pedofilia, creó en 1865 uno de los personajes más importantes de la literatura. Analizamos sus mil caras y su influencia en el arte del siglo XX

Foto: Ilustración de Lewis Carroll
Ilustración de Lewis Carroll

Alicia en el País de las Maravillas’ nació gracias a la extraña amistad entre un reverendo y una niña de 10 años llamada Alice. Él, de nombre Charles Dodgson, era profesor de matemáticas en el Christ Church College de Oxford y ella la hija del decano. Una tarde Dodgson (el verdadero nombre de Lewis Carroll) se llevó a Alice y a sus dos hermanas a dar un paseo en barca y decidió entretenerlas inventándose un cuento. Alice, encantada de ser la protagonista de esa historia, le suplicó que la convirtiera en un libro, así que Dodgson lo escribió a mano, lo decoró con varios dibujos y se lo regaló por Navidad. No imaginaba que siglo y medio después, esa obra y en especial sus ilustraciones seguirían influyendo en artistas de todo el mundo. Estas son las mil caras de Alicia:

La Alicia original

Para Carroll, las ilustraciones que incluyó en su libro manuscrito eran tan importantes como la propia historia, sin embargo sabía que no tenía talento como dibujante. Las primeras imágenes de Alicia son demasiado rígidas y sin vida pero, como sólo se trataba de un regalo, no le dio importancia.

La cosa empezó a preocuparle cuando unos años después decidió publicar el libro. Por más que intentaba darle a la protagonista ese aire de niña contestona y traviesa, no lo conseguía. Consciente de que si no mejoraba las ilustraciones el libro sería un fracaso, decidió poner a un lado su ego y contratar a un ilustrador profesional.

Un personaje nacido del odio

Cuando John Tenniel aceptó el trabajo para ilustrar la historia de Alicia pensó que sería coser y cantar. ¿Qué complicaciones le podría dar hacer unos dibujos para un libro sin importancia escrito por un matemático con nula experiencia en literatura? Se equivocaba. Carroll tenía muy claro lo que quería y le daba instrucciones milimétricas de cómo debían ser los personajes. Rechazó tantas veces sus propuestas que acabaron odiándose. Para Carroll, Tenniel era lento y cabezón. Para Tenniel, Carroll era insufrible. Sin embargo, de esa tortuosa colaboración nació una de las imágenes más reconocibles del siglo XIX, convertida hoy en icono de la cultura popular.

Objeto de deseo pedófilo

Para muchos, ‘Alicia en el País de las Maravillas’ es, ante todo, un monumento a la pedofilia. Una investigación de la BBC descubrió a principios de este año una fotografía presuntamente tomada por Lewis Carroll en la que aparece una niña completamente desnuda. Los expertos aseguran que se trata de Lorina Liddell, hermana mayor de Alice, la pequeña que inspiró el cuento.

Carroll, gran aficionado a la fotografía, coleccionaba retratos de niñas en poses melancólicas que rozaban lo socialmente aceptable. Además se conservan varias cartas muy insinuantes, como en la que le dice a una pequeña de 10 años: “Muchas gracias por el mechón de pelo. Lo he besado varias veces… Al no tenerte aquí para besarte, el pelo es mejor que nada”.

La propia tataranieta de Alice, la protagonista del cuento, reconoce que la pequeña era la gran debilidad del reverendo: “En mi opinión, estaba enamorado de ella pero se sentía demasiado reprimido como para haber llegado a traspasar los límites”.

Alicia psicodélica

Los Surrealistas fueron lo principales culpables de convertir a Alicia en una celebridad. Su mundo irracional les volvió locos, especialmente a Salvador Dalí, que creó 12 ilustraciones para una edición especial del libro.

Según el artista catalán, Carroll fue el precursor de la psicodelia, con su inquietante gato sonriente o las pócimas y setas mágicas que hacen a Alicia cambiar de tamaño. Sin embargo, las versiones más perturbadoras de la protagonista las crearon Max Ernst y Dorothea Tanning, para quienes el cuento está repleto de alucinaciones y sueños subconscientes.

En el cine

La primera adaptación de ‘Alicia en el País de las Maravillas’ al cine se hizo en 1903 en el Reino Unido, sólo cinco años después de la muerte de Carroll. En 1931 se rodó la primera versión sonora, una de las más fieles a la obra original. El cuento ha sido llevado decenas de veces a la gran pantalla, entre las que destaca la personal visión de Tim Burton en 2010 (ganadora de 2 Oscar a mejor vestuario y dirección artística). Sin embargo, la película que más ha influido en la imagen contemporánea de Alicia ha sido la versión de Disney de 1951, que abrió la puerta a la niña más pop.

Alicia Pop

En los años 60, la fascinación del Pop Art por la cultura de masas hizo que muchos artistas olvidaran las ilustraciones originales del siglo XIX para versionar esa Alicia recién creada por Disney. John Wesley es un buen ejemplo.

En la década de los 70 la estética decimonónica volvió a ponerse de moda gracias a pintores como Peter Blake, que se refugia en el mundo mágico de Carroll y Tenniel para lograr una estética más misteriosa.

Los últimos artistas en hacer fortuna reinterpretando a Alicia han sido Anna Gaskell, que en 1996 creó una serie completa de fotografías basadas en el libro, y Yayoi Kusama. Para ésta última, conocida por hacer de su enfermedad mental su principal fuente de inspiración, la obra de Carroll tiene una gran virtud: es el primer libro infantil en el que el autor no trata de dar una lección a los niños de cómo comportarse, sino que les anima a que, como Alicia, se rebelen ante el injusto mundo de los adultos.

Alicia en el País de las Maravillas’ nació gracias a la extraña amistad entre un reverendo y una niña de 10 años llamada Alice. Él, de nombre Charles Dodgson, era profesor de matemáticas en el Christ Church College de Oxford y ella la hija del decano. Una tarde Dodgson (el verdadero nombre de Lewis Carroll) se llevó a Alice y a sus dos hermanas a dar un paseo en barca y decidió entretenerlas inventándose un cuento. Alice, encantada de ser la protagonista de esa historia, le suplicó que la convirtiera en un libro, así que Dodgson lo escribió a mano, lo decoró con varios dibujos y se lo regaló por Navidad. No imaginaba que siglo y medio después, esa obra y en especial sus ilustraciones seguirían influyendo en artistas de todo el mundo. Estas son las mil caras de Alicia:

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