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Las escaleras del diablo están oficialmente en Washington
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el encanto turístico de 'el exorcista'

Las escaleras del diablo están oficialmente en Washington

Las 75 icónicas y aterradoras escaleras del más famoso filme de posesiones demoníacas ya eran uno de los enclaves más visitados de la capital de EE.UU. y ahora son lugar de interés turístico oficial

Foto: El exorcista, 1973 (Corbis)
El exorcista, 1973 (Corbis)

A pocos metros de la prestigiosa Universidad de Georgetown, donde se forman algunas de las principales élites políticas del mundo, se encuentra un pequeño y empinado conjunto de 75 escaleras. Es uno de los lugares más visitados, y a la vez menos conocidos, de la capital de Estados Unidos. Grupos de turistas pasean curiosos y se hacen fotos a la vez que algunos esforzados washingtonianos, amantes del ejercicio físico, aprovechan el abrupto desnivel para subir y bajar las escaleras una y otra vez.

Son las escaleras que aparecen en las escenas finales de 'El Exorcista', la exitosa película dirigida por William Friedkin en 1973, a las que se arroja el sacerdote Damien Karras para tratar de acabar con el demonio, que ha salido del cuerpo de la niña Regan MacNeil, y se ha apoderado del religioso.

El film supone una de las principales referencias del género de terror. El legendario vómito verde de la niña y su aterrador giro de cuello de 360 grados, forman parte ya del imaginario colectivo.

El impacto en los periódicos de la época

“Ha habido incidentes con asistentes que se han desmayado o han vomitado durante las proyecciones, pero nada más serio que eso”, aseguraba en 1974 en el Washington Post el gerente de la sala de proyecciones, Marvin Goldman, quien se mostraba a favor de encuadrar la película en la categoría de películas de adultos, y no solo como recomendada para adolescentes mayores de 17 años.

Hasta ahora, ninguna señal identificaba el lugar, y el escondido emplazamiento en la calle 36 con Prospect Street, solo se localizaba tras consultar varias veces con las sonrisas entre maliciosas y sorprendidas de los residentes de la zona. Desde la pasada semana, sin embargo, ya tiene rango oficial, que hacía tiempo le habían conferido las guías turísticas.

Con motivo de Halloween, la alcaldesa de la ciudad Muriel Bowser, desveló una placa en la que se certifican las “escaleras de El Exorcista” como un hito turístico de Washington D.C. “Es importante que todos lo turistas sepan exactamente lo que estas escaleras suponen para la historia de D.C y son desde luego un icono de la ciudad”, explicó Bowser en un acto en el que estuvo acompañada por Friedkin y el autor del guión y el libro original William Peter Blatty.

“Es importante que todos lo turistas sepan exactamente lo que estas escaleras suponen para la historia de D.C y son desde luego un icono de la ciudad”, explicó Bowser en un acto en el que estuvo acompañada por Friedkin y el autor del guión y el libro original William Peter Blatty. Obviamente, de fondo, sonó la canción más conocida de la banda sonora: el 'Tubular Bells”'de Mike Oldfield.

Asimismo, la alcaldesa subrayó que el reconocimiento supone un paso más “en nuestros esfuerzos por convertir a Washington en una ciudad de cine”.

Sin rodajes en Washington

En los últimos años la industria cinematográfica y televisiva había expresado sus críticas a los obstáculos y alto coste de solicitar permisos de rodaje en Washington, y el hecho de que la exitosa serie de televisión 'House of Cards', centrada en las intrigas políticas de la capital, se filmase en su gran parte en la cercana Baltimore supuso el último toque de atención.

Por su lado, Blatty, ganador de el Oscar y que estudió precisamente en la Universidad de Georgetown, se mostró encantado del homenaje. “Los ganadores de los premios de la Academia son una plaga, quiero decir, abundan, hay muchos. ¿Quién tiene una escalera en un codiciado inmueble con su nombre en una placa?”, afirmó el guionista. Georgetown es uno de los barrios más caros de la capital, y lugar de residencia de autoridades y altos cargos, como el actual secretario de Estado, John Kerry, o la presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen.

De este modo, las escaleras por donde rodó el demonio una vez tomado el cuerpo de Karras se suman a las grandes atracciones de la capital estadounidense, junto con la Casa Blanca, el Capitolio y el Memorial de Abraham Lincoln, entre otros. Y aportan al componente político, central en la personalidad de la ciudad, un curioso contrapunto.

Quizá el ya fallecido presidente venezolano Hugo Chávez no fuese uno de los primeros en apuntar la pertinencia de esta relación, pero sí fue el más locuaz, cuando al suceder al presidente estadounidense George W. Bush en 2006 en la sede la Asamblea General de Naciones Unidas pronunció su famoso “aquí huele a azufre”, en referencia al aroma diabólico del entonces inquilino de la Casa Blanca.

“Ayer desde esta misma tribuna el señor presidente de EE UU, a quien yo llamo el diablo, vino aquí hablando como dueño del mundo (…) como vocero del imperialismo vino a dar sus recetas para tratar de mantener el actual esquema de dominación y saqueo, para una película de Hitchcock estaría buena titularla “Receta del Diablo", dijo entonces Chávez, quien optó más bien por el maestro del género de suspense.

A pocos metros de la prestigiosa Universidad de Georgetown, donde se forman algunas de las principales élites políticas del mundo, se encuentra un pequeño y empinado conjunto de 75 escaleras. Es uno de los lugares más visitados, y a la vez menos conocidos, de la capital de Estados Unidos. Grupos de turistas pasean curiosos y se hacen fotos a la vez que algunos esforzados washingtonianos, amantes del ejercicio físico, aprovechan el abrupto desnivel para subir y bajar las escaleras una y otra vez.

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