El engranaje escondido del Circo del Sol

En los últimos días seguramente ya haya leído todo lo necesario para saber de qué va Amaluna, el último espectáculo que acabar de estrenar elCirco del Solen Madrid para arrancar su gira europea. También habrá oído que es un homenaje a la mujer o, hace un par de semanas, que la compañía fue vendida por alrededor de 1.500 millones de dólares a un grupo de inversores internacionales, encabezado por TPG (donde, por cierto, hasta su detención trabajaba como consejero Rodrigo Rato), pero no cómo funciona la maquinaria de esta mega compañía canadienseque en la actualidad tiene 18 espectáculos repartidos por todo el mundo.

Se trata de un minucioso engranaje calculado al milímetro que factura casi 1.000 millones de dólares anuales y suma más de 4.000 empleados. Una máquina medida tan al milímetro como sus imposibles acrobacias. “Tiene que ser así porque el riesgo de no cumplir con la función al día siguiente es muy elevado. Para que el Circo del Sol se centre en la innovación y no haya barreras en el crecimiento, su gestión tiene que ser lo más sencilla posible”, explica JoãoCarvalho, portavoz de SAP, partners de Circo del Sol desde hace 14 años y encargados de crear los sistemas informáticos imprescindibles para hacer sencilla una gestión interna de recursos humanos, finanzas o logística global y multicultural tan intrincada como las cifras que manejan.

El Circo del Sol vende de media al año alrededor de12 millones de entradas, gestiona 27 cuentas bancarias en 26 países del mundo y siete entidades jurídicas, maneja 450 millones de dólares en divisas y 19 tipos de moneda.

La compañía tiene, por seguir con los números, 1.300 artistas en gira ahora mismo. Para reclutar a esta cantidad de personal, en esta precisa maquinaria no se deja nada al azar y se tira de un software cazatalentos que les permite escoger entre los mejores malabaristas, músicos o clowns del mundo. “Es una solución que permite optimizar un proceso de recruiting que se hace a nivel global. Este sistema permite al Circo del Sol gestionar el volumen de candidatos, clasificarlos acorde a las necesidades del momento y reclutar después tras pasar por un casting”, cuenta Carvalho.

Lo mismo ocurre con los gastos. “Para ellos era fundamental eliminar la burocracia y facilitar los procesos internos. Imagínate lo complicado que podría ser que cada trabajador del Circo del Sol mande sus gastos desde el país en el que está y con la moneda que opera en ese momento. Cuentan con una solución que les permite gestionar sus gastos de forma independiente y que puedan ser reembolsados más rápidamente”, añade. E igual pasa con otro de los pagos ineludibles: los derechos de diseñadores de vestuario, creadores, compositores, autores… Son 360 millones de dólares de royalties al año, que además contribuyen -destacan- al desarrollo de la industria cultural.

Otra de las complicaciones a las que se enfrenta una empresa cultural de esta magnitud son las compras: plumas, telas, tocados, calzado, materiales para escenografía, lavadoras, planchas, horquillas… Desde lo más rudimentario a lo más mágico y a través de una red mundial de ‘tiendas’. De nuevo, todo está medido en el backstage informático. Operan con una plataforma creada por SAP que es similar a una especie de Ebay formado por 16.000 proveedores internacionales, algo que además de optimizar compras y tiempos, les permite acudir a la economía local de los países que visitan. Son las dos caras del ‘más difícil todavía’: la que tira de automatismo calculado hasta el extremo y la que hace que el escenario huela a riesgo y espectáculo.