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Los almacenes del Reina Sofía reciben el legado de Soledad Lorenzo "abarrotados"
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los conservadores critican falta de selección

Los almacenes del Reina Sofía reciben el legado de Soledad Lorenzo "abarrotados"

A las pocas horas de que este periódico diese a conocer la mayor donación, en cantidad, de la historia del arte contemporáneo, los conservadores del Museo

Foto: Soledad Lorenzo posa junto a 'Cloud prototype nº4', de Íñigo Manglano-Ovalle, de 2006, obra donada. (EFE)
Soledad Lorenzo posa junto a 'Cloud prototype nº4', de Íñigo Manglano-Ovalle, de 2006, obra donada. (EFE)

A las pocas horas de que este periódico diese a conocer la mayor donación, en cantidad, de la historia del arte contemporáneo, los conservadores del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía ponían el grito en el cielo: “Los almacenes están abarrotados, no cabe nada. Estamos al 90%”, reconocía uno de los trabajadores.

Los conservadores con los que ha podido hablar El Confidencial denuncian falta de previsión y de selección en la recepción de una colección que apenas aporta obra de artistas que no estuvieran ya representados en los fondos. De hecho, llegan 11 pinturas de Miquel Barceló, el artista peor tratado en la colección permanente por el director, Manuel Borja-Villel. Temen que sólo unos pocos cuadros de los cedidos por la galerista Soledad Lorenzo podrán verse, dado el polémico gusto del máximo responsable.

El problema de la falta de espacio para los depósitos se ha creado hace unas semanas, cuando Borja-Villel inició la transformación de los almacenes del edificio Sabatini en nuevas salas de exposición, que no se podrán inaugurar hasta finales de 2015. Todas las obras que hasta entonces se encontraban allí fueron trasladadas hasta abarrotar los de Nouvel. El museo cuenta con otros de alquiler, en empresas como SIT, pero estos se emplean para obra en itinerancia.

“De algún modo es volver a la historia original del Reina Sofía, ya que allí se hacían las primeras exposiciones. Es uno de los espacios más bonitos del museo, que con esta recuperación ganará 3.000 metros cuadrados expositivos”, aseguraba el director a principios de agosto a EFE. La entidad suma y pierde 3.000 metros cuadrados de almacenaje. Sin embargo, tal y como ha podido saber este periódico, no hay presupuesto para ampliar los almacenes de Nouvel. Las declaraciones de su gerente hace unos días así lo constatan y contradicen la ambiciosa ampliación.

Un legado en duda

Las mismas fuentes consultadas por este periódico, que han preferido no desvelar su identidad ni cargo, se preguntan si el museo necesita realmente una aportación de una galerista cuyos artistas ya están “muy bien representados en los fondos”. Este periódico ha tratado de dar con una respuesta del Museo, pero le ha sido imposible. “Lo que es muy probable es que del legado se exponga muy poco. Tal y como están diseñadas las colecciones, el ciudadano no entiende nada y menos del relato artístico español del siglo XX”, se lamentan.

Otros conservadores el museo explican que la colección donde hace aguas es en obra internacional de los años treinta y cuarenta del siglo XX. De hecho, este periódico ha tenido acceso al “informe de evaluación para la oferta de depósito de colección Soledad Lorenzo (con promesa de legado)”, firmado el 17 de mayopor Salvador Nadales, Conservador responsable de relaciones institucionales del departamento de colecciones, y en él se apunta que el conjunto de obras reunidas “permitirá reforzar núcleos ya existentes”, como los ochenta y noventa. Y subraya la aportación a la parte más actual: “Al mismo tiempo, destaca la importante aportación de obras fechadas en el siglo XXI”.

Manuel Borja-Villel ha explicado a EFE que las obras entregadas permitirán “contar con mucho más material para trabajar”. “Las obras son como un atlas hecho a partir de un archivo”, añade. Habrá que esperar a que encuentre un lugar para almacenar en ese mapa.

A las pocas horas de que este periódico diese a conocer la mayor donación, en cantidad, de la historia del arte contemporáneo, los conservadores del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía ponían el grito en el cielo: “Los almacenes están abarrotados, no cabe nada. Estamos al 90%”, reconocía uno de los trabajadores.

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