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Las librerías confían su supervivencia a las emociones
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Venden un 26,6% menos que hace dos años

Las librerías confían su supervivencia a las emociones

La celebración del día de las librerías, el próximo viernes 29, sólo podía tener de aperitivo un plato gélido: datos de malas ventas

Foto: Librería Tipos Infames
Librería Tipos Infames

La celebración del día de las librerías, el próximo viernes 29, sólo podía tener de aperitivo un plato gélido: la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) acaba de publicar el último barómetro de ventas de las 1.600 librerías que agrupan y se confirma la tendencia a la caída de las ventas mantenidas en los últimos años. Los datos del segundo cuatrimestre de 2013 son los peores registrados en los siete realizados, desde 2011. Las ventas de libros en las “librerías independientes” han sido de 184.063.732 euros.

“Respecto al segundo cuatrimestre del 2012, se observa un descenso del 16,07% y respecto al segundo cuatrimestre de 2011 la caída es del 26,6% (acumulado)”, señala la asociación en su estudio. El número de ejemplares vendidos, durante el segundo cuatrimestre de 2013, es de 11.645.592, un 23% menos que en el segundo cuatrimestre de 2011. El máximo número de ejemplares vendidos en estos tres últimos años fueron 20.966.326, durante el último cuatrimestre de 2011.

Las gráficas también indican que la librería especializada es la que más pierde, frente a la de fondo que se mantiene en ventas. En la foto de grupo que arroja el informe sólo sale a flote la Comunidad Valenciana, que remonta la caída, aunque Cataluña sigue siendo la comunidad que más vende, a pesar de las pérdidas. Detrás, Madrid, que ha sufrido un duro golpe en beneficios de un cuatrimestre a otro, y se sitúa en los peores datos desde 2011.

La resistencia

Con estos datos sobre la mesa, CEGAL hace un llamamiento a todas sus librerías para que el viernes abran hasta las diez de la noche. Pilar Gallego, su nueva presidenta desde hace unas semanas, asegura a este periódico que es una bajada sobre bajada, que 2013 “es el peor año para las librerías de toda la serie de la crisis”, aunque espera el repunte de beneficios en el tercer cuatrimestre, gracias a las Navidades. “No somos del todo pesimistas, porque abren nuevos modelos de librerías. Pero la resistencia es muy difícil”, aclara.

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La presidenta hace autocrítica y apunta varios defectos que deben corregir las librerías para convertirse en un negocio sostenible, como desarrollar el uso de las herramientas tecnológicas para la gestión, ampliar el trabajo de difusión y redes sociales y multiplicar las relaciones entre otros actores culturales para tener mayor presencia en la comunidad cultural.

Las librerías han sido desplazadas como centro de difusión de pensamiento por otros escenarios culturales. Este matiz se ha corregido en los últimos años con la creación de nuevos modelos de negocio, que han renunciado a mantenerse como templos de la cultura al margen del resto de la sociedad. “Un buen fondo es esencial pero no es suficiente, hay que hacerlo más agradable”, explica Alfonso Tordesillas, de la librería madrileña Tipos Infames.

Nuevo entorno emocional

Es un buen ejemplo de cómo la librería varía hacia un nuevo entorno emocional, gracias al complemento de la cafetería, la sala de exposiciones y las actividades. Si el libro no es un elemento aislado de su entorno, la biblioteca también puede fusionarse con elementos que potencien su dimensión. “No que la limiten”, aclara Pilar Gallego.

El motivo vital de estos negocios sigue siendo el mismo: “Ayuda a construir de un modo indudable la vocación de los lectores. Las librerías (grandes, medianas y pequeñas), cada vez más amenazadas, tienen una importancia tan valiosa en el ámbito educativo y cultural de una nación, como la que representan las escuelas, las bibliotecas, las galerías, los teatros, las casas de cultura y demás establecimientos sin los cuales no se puede concebir el surgimiento de nuevos lectores y de nuevos públicos para las demás artes y las industrias culturales”, escribe Juan Domingo Argüelles, en su ensayo Ustedes que leen (Océano).

Entre los peligros que señalan los propios libreros hay dos que destacan sobre el resto: Amazon y el precio. Del monopolio y la fuga de impuestos a paraísos fiscales de la empresa multinacional se habló los pasados días en el V Congreso Iberoamericano de Cultura (Zaragoza). Del precio señalan que aunque la subida del IVA no afecte directamente al libro, sí a los consumidores y la reacción tiende aprescindir de la compra y favorecer a la descarga ilegal. Porque el precio del libro digital tampoco ayuda a paliar la tendencia a saltarse los derechos de autor.

placeholder Colas en la librería Cervantes, de Oviedo

Y mientras España se abarata, los salarios se dividen, el paro crece, el libro también reduce sus márgenes, aunque no parece que lo suficiente. Según los datos facilitados en la última Panorámica de la edición española de libros, realizada por el Ministerio de Cultura, de los 23,27 euros de media de 2011, se han reducido hasta los 18,47 euros de media, en 2012. El precio más bajo de los últimos siete años. El informe aclara que es “debido a la bajada del precio en la edición de las editoriales medianas en un 26%”.

Centros de experiencias

“Debería revisarse la relación entre novedad y libro de bolsillo”, señala Jorge Carrión, autor de la crónica Librerías (Anagrama). Para el escritor y periodista, la clave es recuperar el formato bolsillo para la novedad y bajar el precio de salida de los títulos nuevos. “El libro de bolsillo ha perdido el sentido. ¿Por qué vender un libro a 22 euros y dentro de unos meses bajarlo? Hay que redimensionar la librería y los formatos del libro”, añade.

Hace unos meses, en el congreso sobre edición digital en Barbastro, Carrión aseguraba que la librería se transformaría en un lugar en el que el papel tendría una dimensión de culto. Se mostraba convencido de su futuro, aunque transformadaen “centroemocional”.

'No hay un único modelo de librería y el modelo clásico es viable, pero el camino natural es fundirse con otras actividades, porque nuestra época es promiscua', sostiene Jorge Carrión

La librería que enriquece, la librería que se enriquece. El autor no habla de la verbena entretenida del entorno digital. “Hay que poner en valor la ceremonia y la visita al librero, la conversación y la desconexión. No hay un único modelo de librería y el modelo clásico es viable, pero el camino natural es fundirse con otras actividades, porque nuestra época es promiscua. La gran superficie es la que ha perdido todo su sentido”, cuenta. El perfil de librero que se dibuja es el que ofrece experiencias más allá de las tapas, con base humanista hiperconectada.

“No me expliquéis qué vendéis, decidme por qué os compran”, suele preguntar el especialista en narrativa empresarial Fernando Trías de Bes, que acaba de publicar El gran cambio (Temas de Hoy), en el que ofrece las claves del cambio de era. “Cuando reflexionas por qué, redefines el paradigma. ¿El sector del librero? No soy un librero, sirvo a los lectores. Es distinto”, explica para aclarar que la mera pertenencia ya condiciona las posibilidades de desarrollo de la experiencia y la vivencia. Ese es el punto de escape, el gran cambio que deben afrontar estos espacios.

El especialista marca otros cambios necesarios para la supervivencia que se deben llevar a cabo, como el precio: “El libro no es un producto caro, pero no hay dinero. La opción para bajar el precio pasa por una reducción de títulos. Menos títulos para ganar un mejor precio. El formato no importa, no es lo importante. Lo que hay que cambiar es la propuesta de valor a tu cliente, y encontrar cómo articular esa propuesta de valor”, explica.

La librería está muerta, la librería puede renacer. Trías de Bes asegura que ya no pagamos por tener, sino por leer, por tener una experiencia. Usar y leer. “El papel de la librería es fundamental en la red, porque es un eje social de gente enamorada de la literatura”. Esto es solo el final, enseguida llega el principio.

La celebración del día de las librerías, el próximo viernes 29, sólo podía tener de aperitivo un plato gélido: la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) acaba de publicar el último barómetro de ventas de las 1.600 librerías que agrupan y se confirma la tendencia a la caída de las ventas mantenidas en los últimos años. Los datos del segundo cuatrimestre de 2013 son los peores registrados en los siete realizados, desde 2011. Las ventas de libros en las “librerías independientes” han sido de 184.063.732 euros.

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