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La Cultura en español pide a los gobiernos el fin de los monopolios
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Cumbre de la cultura iberoamericana

La Cultura en español pide a los gobiernos el fin de los monopolios

Los representantes del mundo de las artes piden ayuda a las instituciones frente a las grandes compañías como Amazon o Google

Foto: Un operario coloca cajas en un almacén de Amazon de Alemania. (Efe)
Un operario coloca cajas en un almacén de Amazon de Alemania. (Efe)

El cine, los museos, las empresas… todos coincidieron en el V Congreso Iberoamericano de Cultura en pedir ayuda a sus gobiernos. Una señal de socorro que vino de todos los países participantes y que se hizo fuerte en la voz de Jorge Coscia, Secretario de Cultura de la Nación Argentina, que pidió “estados responsables” frente a los monopolios a los que muchas veces está sometida la industria cultural. El mismo Coscia puso como ejemplo a su propio país, en el que hasta hace poco el 80% de la conectividad a internet dependía de sola una empresa, por lo que hubo que legislar sobre ello.

En su opinión el estado tiene que tomar iniciativas, ya que estas compañías no se someten al plebiscito del pueblo, a diferencia de los gobiernos, e incluso “establecen relaciones con dictadores”. Una ayuda que los estados deben dar como inversiones, como todos apuntaron en el congreso, pero sobre todo en forma de normas y leyes.

Esta fue la opinión también de Fernando Rueda, Director del observatorio de Cultura y Comunicación en España, al ser preguntado por José María Lassalle, Secretario de Estado de Cultura, sobre la función actual de empresas como Amazon o Google. Rueda se mostró claro al confesar que aunque todos utilizamos sus productos hay que ser conscientes de que estas compañías “tienen una capacidad de influencia en los foros internacionales que les hace posible mejorar la legislación en su beneficio. Utilizan el mundo global para eludir impuestos”. Por ello, y pese a que admitió su importancia en la difusión de contenidos concluyó que los estados no pueden permitir que estas empresas sean garantes de nuestra cultura.

El Director del Observatorio también cargó contra las empresas de telecomunicaciones, que según él se encuentra en manos de muy pocas compañías y no se hacen responsables, aunque deberían, del tráfico de contenido cultural. De nuevo la sombra del monopolio se extendía sobre la cultura. El propio Lassalle había pedido en su discurso de inauguración del congreso el diseño de políticas de Estado que garanticen el acceso a la cultura común que comparten más de 700 millones de personas que hablan en dos lenguas hermanas.

Entre las posibles salidas que los ponentes del congreso sugirieron, una destacó por encima de las demás: la internacionalización de contenidos. Algo esencial para la supervivencia de la industria cultural en un mundo cada vez más globalizado. Pero para ello tienen que existir emprendedores que en este contexto de crisis económica den el paso de comenzar un negocio. Un problema que a simple vista es económico, pero que según Alberto Fesser, Socio de La Fábrica y Director de la Fundación Contemporánea, es más de “coraje”. Según Fesser el objetivo de La Fábrica es “internacionalizar nuestra actividad, pero la primera dificultad no es la económica sino que reside dentro de la cabeza de la gente y de las instituciones que siempre están diciendo: es que allí no conocemos a nadie, es que no conocemos al país. Se ponen sus propias limitaciones”. Por ello pidió a las administraciones públicas que luchen por promocionar la cultura fuera de España.

Quizás así puedan surgir socios con objetivos comunes, como destacó Fernando Rueda al preguntarse cómo es posible que con todos los países que comparten el castellano como lengua no haya surgido un proyecto para crear un ‘google.ñ’ o un ‘google.lat’ para luchar contra las grandes compañías.

Nuevas ventanas para el cine

A pesar de tratar un tema completamente diferente, el dominio de las grandes empresas en la industria cultural también salió a relucir en la ponencia dedicada a las nuevas ventanas del cine en la actualidad. Marta Sánchez, fundadora de Pragda, no dudó en culpar a estos gigantes industriales de la desaparición de las salas de barrio y de crear esa cultura de centro comercial que ha provocado que surjan nuevas formas de poder disfrutar una película que una major se niega a distribuir. En el mundo del cine, compañías como Warner o Fox producen y distribuyen sus propias películas, marcando ellos las reglas de un juego que empieza a dar signos de agotamiento.

Por eso Juan Carlos Tous , creador de Filmin, manifestó en el congreso que Internet supone una oportunidad única para los amantes del cine, ya que podrán conseguir películas que antes no se exhibían, y podrán decidir cuándo y dónde las ven. Tous no cree que el cine vaya a desaparecer, como muchos vienen augurando, pero sí que las películas que se estrenen en salas serán grandes eventos que la gente quiera ir a ver al cine, mientras que el resto serán producciones más pequeñas que estarán disponibles en internet.

Ese concepto de evento fue compartido por Marta Sánchez, que consideró que actualmente hay que ofrecer en las salas un valor añadido para que la gente se movilice: música en directo, conciertos, eventos… algo que llamé la atención del espectador.

Las nuevas formas de consumir cine están haciendo que incluso se produzcan cambios en la forma en que este se produce, dando lugar a películas de duraciones muy cortas, de unos 70 minutos que antes eran impensables. El espectador se está acostumbrando a unos tiempos diferentes y los filmes lo tienen en cuenta.

Sin embargo y a pesar de que según todos los presentes ahora se vea más cine que nunca queda mucho camino por andar. Todavía existen muchas trabas para aquellos que quieren arriesgarse a utilizar las nuevas ventanas de distribución para estrenar sus obras “No puede haber leyes restrictivas ni grupos de la cadena de distribución que hagan presión para que esto no ocurra” ha criticado Tous que también ha admitido que como se ve una película en una sala no se aprecia en ningún sitio “pero hay que respetar que haya espectadores que quieran verlo en una pantalla pequeña, con peor calidad”.

Un reto para los museos

Menos beligerantes se han mostrado los representantes de museos latinoamericanos presentes en el congreso para hablar de los retos de la digitalización del patrimonio. Todos han coincidido en que es necesario usar internet y las nuevas tecnologías para acercar sus obras al público, a pesar de todo el trabajo que supone. Para ello, María Victoria de Robayo, Directora del Museo Nacional de Colombia, ha pedido ayuda para poder curar la brecha digital que existe todavía en su país, donde los accidentes geográficos condicionan el acceso a una conexión a internet.

Todos han manifestado las medidas que desde sus instituciones han tomado o pretenden tomar en un futuro. Aunque Paulo Ferreira da Costa, Secretario de Estado de Cultura de Portugal, dejó muy claro que en la situación económica actual poco puede hacerse ya que todos estos esfuerzos suponen más trabajo y más personal que no se pueden permitir debido a la escasez de recursos.

El cine, los museos, las empresas… todos coincidieron en el V Congreso Iberoamericano de Cultura en pedir ayuda a sus gobiernos. Una señal de socorro que vino de todos los países participantes y que se hizo fuerte en la voz de Jorge Coscia, Secretario de Cultura de la Nación Argentina, que pidió “estados responsables” frente a los monopolios a los que muchas veces está sometida la industria cultural. El mismo Coscia puso como ejemplo a su propio país, en el que hasta hace poco el 80% de la conectividad a internet dependía de sola una empresa, por lo que hubo que legislar sobre ello.

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