Reina Dalí

Ya es oficial: la exposición más vista en la historia de los museos españoles es Dalí. Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas, que ayer apuró una hora más en su última jornada de visita para llegar a la cifra de 732.339 personas. El centro Pompidou de París cerró la misma exposición –aunque con otra definición museográfica, más espectacular- con 790.090 visitas. En Francia tuvieron abierta la muestra 125 días naturales y en el Museo Reina Sofía 129.

Un empujón de ingresos por entradas y derivados (audioguías y merchandising varios) que consolida las cuentas anuales de la institución de referencia del arte contemporáneo en España. En 2009 el museo ingresó 2.963.845 euros; en 2010, 2.794.697 euros; y en 2011, 2.439.501 euros. Una tendencia en caída que el surrealismo debería corregir.

Durante estos casi cinco meses la filas han colmado la plaza de la entrada principal del Reina Sofía y su director Manuel Borja-Villel reconocía en su editorial en Carta, la revista de la pinacoteca, que el intelectual y su conocimiento ha sido sustituido por el ruido, haciendo de los museos un gran centro comercial espectacular. El mercado y el espectáculo han hecho que lo que Borja-Villel denomina “razón populista”sea hegemónica en los usos y costumbres de la sociedad actual. “Se caracteriza porel deseo de dirigir nuestra atención hacia lo que está exento de interésy prestarnos como novedad lo que hemos visto hasta la saciedad”.

Dalí supone un hito en el acercamiento del arte a la población, un camino abierto a la sostenibilidad y difusión de nuestros museos. Una buena fórmula del éxito, comercial y artístico. Ahora hay que buscar un nuevo Dalí. De momento, El Prado inaugura en octubre a Velázquez, veremos si el pintor Barroco da tanto de sí en esta guerra de cifras.