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Matar a un zombie nunca fue tan caro
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'GUERRA MUNDIAL Z' AMENAZA EL FUTURO DE LOS 'BLOCKBUSTERS' DE MUERTOS VIVIENTES

Matar a un zombie nunca fue tan caro

Tras ver decenas de películas de serie B, usted está sobradamente preparado para repeler el ataque de un zombie en su propio domicilio; aunque le pillara

Foto: Matar a un zombie nunca fue tan caro
Matar a un zombie nunca fue tan caro

Tras ver decenas de películas de serie B, usted está sobradamente preparado para repeler el ataque de un zombie en su propio domicilio; aunque le pillara absorto dando de comer a su hijo en la cocina. De un modo instintivo agarraría usted una sartén, golpeará al intruso en la cabeza y seguirá alimentado a su hijo con toda tranquilidad mientras las paredes se llenan de sesos de zombie…  Ahora bien, si para matar un muerto viviente vamos a tener que pedirle un préstamo al banco para un avión de combate y un misil nuclear, apaga y vámonos. Que se lo digan a Brad Pitt. Obligado a poner un pastón para poder aplastar cerebros de zombies en Guerra Mundial Z (Marc Foster, 2013), filme sobre un choque bélico internacional entre zombies y humanos donde ejerce de protagonista y productor. La película no se estrena hasta el 21 de junio en EEUU (2 de agosto en España), pero ya es noticia. Y no para bien…

Una producción pesadilla

El analista de taquillas Pau Brunet, autor de la web boxoffice.es, calcula que el coste final podría superar los 300 millones de dólares (200/210 de producción más unos 100 de marketing). Un pastizal, en cualquier caso, pero más dada su condición de cinta de muertos vivientes. “Parece que estamos ante una clásica producción pesadilla. Quizás consecuencia de hacer demasiado grande algo que no estaba pensado para estas dimensiones. A nivel de mercado tiene poco sentido estas cifras en un producto de zombies

El libreto de Straczynski fue descartado por falta de acción. Una lógica perversa y suicida, quizás, pero con cierta coherencia comercialDesde que la cosa se desfasó, los responsables de la producción [Paramount] han ido tirando hacia un producto apocalíptico con grandes dosis de efectos especiales, a lo Soy Leyenda (Francis Lawrence, 2007), La guerra de los mundos (Steven Spielberg, 2005) o incluso Oblivion (Joseph Kosinski, 2013). Buscando un filme de acción, aventura y fantasía con toque de horror/terror, pero alejándose del puro género de zombies”, cuenta Brunet desde Los Ángeles. Los problemas de Guerra Mundial Z reflejan de un modo revelador las complejas relaciones entre géneros y tendencias del mercado cinematográfico. Una tensión que, en su caso, ha sembrado de cadáveres su camino. “Si lo único que quieres hacer es un filme de acción tipo 'Rambo descerebrado contra los zombies', ¿para qué adaptas un libro tan elegante e inteligente como Guerra Mundial Z?”, se ha preguntado J. Michael Straczynski, primer guionista del filme, en Vanity Fair.

El libreto de Straczynski fue descartado sin muchos miramientos por, dicen, falta de acción. La decisión de los productores tenía algo de sentido. Una lógica perversa y suicida, quizás, pero con cierta coherencia comercial. La explicación (paradójica) sería la siguiente: cuanto más dinero gastaban en Guerra Mundial Z… más dinero se veían obligados a gastar. En otras palabras: una vez superado cierto límite de presupuesto, el que marcaban los mayores éxitos del género zombie, la película tenía que convertirse en otra cosa (mucho más cara) para aspirar a ser lucrativa. 

Una disparatada pescadilla comercial mordiéndose la cola. “Pese a su enorme popularidad y fanbase, el cine de zombies tiene cifras de taquilla limitadas. Las más taquilleras en EEUU han sido Zombieland (Ruben Fleischer, 2009, 75 millones de dólares) y Memorias de un zombie adolescente (Jonathan Levine, 2012, 66 millones de dólares), pero las cifras internacionales de ambas fueron bastante bluff. Los productores de Guerra Mundial Z han tenido que apostar para alejarse del terror clásico, estilo 28 días después (Danny Boyle, 2002) o El amanecer de los muertos (Zack Snyder, 2004) porque es un cine que se mueve por debajo de los 60 millones de dólares de recaudación en EEUU y un poco menos a nivel internacional”, aclara Brunet.

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Su previsión apunta a que Guerra Mundial Z obtendría 40 millones de dólares en su primer fin de semana en EEUU y entre 100 y 110 al final del trayecto. Si esto es así, muy bien tendría que ir en el resto del mundo para que entrara en beneficios y se convirtiera en franquicia. Esta semana se han podido ver por primera vez 15 minutos del filme y las imágenes confirman la apuesta descarada por el blockbuster de acción frenética

Y ahora llegan las buenas noticias: la semana pasado se pudieron ver por primera vez 15 minutos del filme. El estudio, con la intención de ir calentando el ambiente y cerrar unas cuantas bocas agoreras, proyectó tres escenas de acción. Las imágenes confirman la apuesta descarada por el blockbuster de acción frenética. Choque de trenes por las calles de Nueva York y Jerusalén entre masas de humanos aterrorizados y muertos vivientes fuera de control. A lo grande, sin escatimar medios y explosiones, el espectáculo de Hollywood gastando dinero a lo loco y sin mirar atrás. Aunque es arriesgado sacar conclusiones tras ver tres escenas, lo trepidante de las mismas permite concluir dos cosas: 1) Guerra Mundial Z no es ningún desastre. 2) No se va a parecer mucho a la novela de Brooks.     

Resumiendo, se les ha ido de las manos, pero los muertos vivientes de Guerra Mundial Z aún están en pie: los espectadores decidirán si les meten un sartenazo o les permiten vivir hasta el siguiente capítulo. La película destinada a llevar a los zombies al mainstream puede devolverles a las catacumbas del underground para siempre (de donde nunca deberían de haber salido, pensarán los puristas). O no.

Tras ver decenas de películas de serie B, usted está sobradamente preparado para repeler el ataque de un zombie en su propio domicilio; aunque le pillara absorto dando de comer a su hijo en la cocina. De un modo instintivo agarraría usted una sartén, golpeará al intruso en la cabeza y seguirá alimentado a su hijo con toda tranquilidad mientras las paredes se llenan de sesos de zombie…  Ahora bien, si para matar un muerto viviente vamos a tener que pedirle un préstamo al banco para un avión de combate y un misil nuclear, apaga y vámonos. Que se lo digan a Brad Pitt. Obligado a poner un pastón para poder aplastar cerebros de zombies en Guerra Mundial Z (Marc Foster, 2013), filme sobre un choque bélico internacional entre zombies y humanos donde ejerce de protagonista y productor. La película no se estrena hasta el 21 de junio en EEUU (2 de agosto en España), pero ya es noticia. Y no para bien…