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De cómo Conde pagó caro por querer ser Aznar y otras historias de la Transición
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EL PERIODISTA MARIANO GUINDAL ESTRENA SUS MEMORIAS PROFESIONALES

De cómo Conde pagó caro por querer ser Aznar y otras historias de la Transición

Mariano Guindal (Madrid, 1951) es uno de esos profesionales de la vieja escuela que aún recuerdan que el periodista debe seguir la noticia, no protagonizarla. De

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De cómo Conde pagó caro por querer ser Aznar y otras historias de la Transición

Mariano Guindal (Madrid, 1951) es uno de esos profesionales de la vieja escuela que aún recuerdan que el periodista debe seguir la noticia, no protagonizarla. De modo que sus memorias profesionales (El declive de los dioses, Planeta), presentadas el pasado miércoles 28 en Madrid, le sitúan como espectador de excepción en el convulso periodo que supuso la consolidación democrática en nuestro país. Curtido como pocos en la prensa económica y política, Guindal se vale de su amplia trayectoria en medios como La Vanguardia y Diario 16 para tejer una versión audaz, osada por momentos, de la historia de los personajes que han guiado a España desde la muerte de Franco.

Una obra que versa sobre “las grandes familias que configuraron la derecha económica durante el franquismo”, que “siguen siendo las mismas en la democracia, si bien supieron adaptarse a los nuevos tiempos, y sus hijos se adaptaron a un mundo liberal y globalizado”, escribe el autor. Sobre los Botín, los March, los Entrecanales, los Koplowitz y los Del Pino, los que fueron y los que son, a los que el periodista retrata -y deja retratados-. Un recorrido de 500 páginas estructurado en fragmentos que se convierten en oro gracias a un gran angular por el que solo se puede mirar con el paso de los años.

A continuación algunos pasajes seleccionados de los cientos que conforman el libro:

De cómo Zapatero y Sebastián sabían de la crisis… antes de llegar al Gobierno

Cierto es que la derecha económica es la más recurrida, y la peor parada, en ‘El declive de los dioses’, si bien Guindal no escatima tinta para señalar los desmanes socialistas. En “Un hombre de confianza”, el periodista sostiene que en una entrevista con Miguel Sebastián en 2004, el ahora ministro de Industria le confió: “Menos mal que no vamos a ganar, porque la que se viene sobre España es gorda”. Se refería a la burbuja inmobiliaria, producto de una “gestión irresponsable del PP” a juicio de Sebastián, que en aquel momento era “inevitable” que estallase: “Y cuando esto ocurra se va a llevar todo por delante, empezando por los bancos”, advierte el ministro.

“Nuestro programa electoral no es para gobernar, sino para que Zapatero obtenga un resultado suficientemente bueno para salir reelegido secretario general del PSOE”, continua Sebastián, que antes de entrar al Gobierno concebía la posibilidad como “un horror”, ya que él no quería dedicarse a la política profesional y confesaba que “ni él (por Rodríguez Zapatero) ni yo estamos preparados para gobernar este país”.

De cómo Aznar y Rato ‘apoltronaron’ a sus amigos en las empresas privatizadas

Rodrigo Rato, que se destacó en la oposición como azote del ‘amiguismo’ socialista, “terminó montando una operación como las que denunciaba”, afirma Guindal. La ola de privatizaciones que caracterizó el primer gobierno popular terminó por apoltronar al círculo de amigos de Rato y Aznar, ministro de Economía y presidente del Gobierno respectivamente. “Al frente de Telefónica  se colocó a Juan Villalonga, íntimo de Aznar. Lo mismo ocurrió con Miguel Blesa, amigo de la infancia de Rato y nombrado presidente de Caja Madrid”, escribe el periodista.

Rato  continuó rellenando la lista con viejos conocidos como Alfonso Cortina (Repsol), Rodolfo Martín Villa (Endesa), Francisco González (Argentaria), César Alierta (Tabacalera), Josep Trías de Bes (Transmediterránea)… y “lo primero que hicieron estos nuevos gestores fue triplicarse el sueldo una vez concluida la privatización para equipararse a sus colegas del sector privado”, denuncia Guindal. Un proceso que, para el empresario Carlos Espinosa de los Monteros, fue “un gran acierto” que “quedó empañado por un exceso de amiguismo. El poder nubla las mentes y hay que pagar muchos favores”.

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De cómo la derecha hizo bloque contra el PSOE y Conde pagó caro querer ser Aznar

El triunfo electoral del PSOE en 1982 fue tan rotundo “que los poderes fácticos entendieron que debían organizarse para desalojarles”, arguye el autor del libro. Se montó la ‘Operación Roca’, en torno a un partido político, el Partido Reformista Democrático, que debía ocupar el espectro perdido por UCD y así neutralizar la pujanza socialista. “En la operación se implicaron las grandes fortunas españolas como Carlos March, Alberto Cortina, Alberto Alcocer, Mario Conde, Juan Abelló, Florentino Pérez y los bancos Hispano, Bilbao y Popular”, explica Guindal. El actual presidente del Real Madrid incluso llegó a ejercer de secretario general para la formación, que finalmente no obtuvo un solo escaño.

Meses después, el joven abogado Mario Conde se planteó erigirse en líder de la derecha. Era el referente para los niños de toda España, pues representaba el éxito y la pujanza empresarial después de dar el ‘pelotazo de los antibióticos’ . Por el contrario, José María Aznar no gozaba de la influencia que tendría posteriormente y Manuel Fraga representaba una derecha con la que ya no comulgaba el pueblo. Conde trató de sustituir a Aznar y, con la maniobra, se ganó la desconfianza del ex presidente. “A partir de ese momento inicia un enfrentamiento que acabaría con el ingreso en prisión del banquero por un delito de estafa”, apostilla 'El declive de los dioses'.

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De cómo la Bolsa y el sector financiero no se inmutaron con el golpe de Tejero

Una de las anécdotas que Mariano Guindal recuerda con más sorpresa es la reacción de bancos y mercados españoles al golpe de Estado de 1981. La renuncia de Adolfo Suárez y su sustitución por Calvo-Sotelo no solo no hizo temblar el parqué, sino que el ejercicio anual se cerró con una subida del 25%.

La banca hizo también la guerra por su cuenta. En una entrevista con José María Aguirre, presidente de Banesto, éste le aseguró que durante la noche del 23-F incluso se fue pronto a la cama: "Dormí perfectamente porque sabía que, pasase lo que pasase, yo seguiría siendo el presidente de Banesto”.  Ni miedo ni reproches éticos: “Si hubiera triunfado el golpe no tenga la mínima duda de que me habría reunido con él. Los banqueros gestionamos un dinero que no es nuestro, de alguna forma estamos prestando un servicio público”, le confiesa Aguirre a Guindal.

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De cómo Iberia tuvo en nómina al terrorista más buscado de la Historia: Osama Bin Laden

En 1978 Iberia decidió crear una línea entre Madrid y Riad. En consecuencia, la aerolínea española abrió una oficina en la capital saudí y, para dirigir el departamento de ventas, “se buscó a un miembro de una familia de Arabia Saudí destacada, como es costumbre en el país. Escogimos a un joven religioso, muy estricto con las leyes del Corán, procedente de una familia muy rica… se llamaba Osama Bin Laden”, relata Juan Antonio Peláez Bohigas, que formó parte de la plantilla que Iberia destacó en Riad.

Al parecer Bin Laden “apenas aparecía por la oficina”, tan solo levantó la voz para exigir el pago del 'zankat', un impuesto religioso que deben pagar todas las empresas saudíes: “Se le pudo convencer de que Iberia no tenía que pagar ningún impuesto para sufragar una religión que no era la suya. Terminó por convencerse y dejó las cosas como estaban”, recuerda Peláez Bohigas.

Mariano Guindal (Madrid, 1951) es uno de esos profesionales de la vieja escuela que aún recuerdan que el periodista debe seguir la noticia, no protagonizarla. De modo que sus memorias profesionales (El declive de los dioses, Planeta), presentadas el pasado miércoles 28 en Madrid, le sitúan como espectador de excepción en el convulso periodo que supuso la consolidación democrática en nuestro país. Curtido como pocos en la prensa económica y política, Guindal se vale de su amplia trayectoria en medios como La Vanguardia y Diario 16 para tejer una versión audaz, osada por momentos, de la historia de los personajes que han guiado a España desde la muerte de Franco.

José María Aznar Botella Mario Conde