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Bill Evans cree que "no hay barreras" para un músico de jazz
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Bill Evans cree que "no hay barreras" para un músico de jazz

Los sonidos del banjo, la mandolina, el violín y el dobro han inspirado a Bill Evans en su última aventura musical, la Soulgrass Band, la banda

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Bill Evans cree que "no hay barreras" para un músico de jazz

Los sonidos del banjo, la mandolina, el violín y el dobro han inspirado a Bill Evans en su última aventura musical, la Soulgrass Band, la banda de jazz con la que ahora regresa a España este saxofonista estadounidense que ve como una necesidad el explorar nuevos caminos. "Una vez que conoces el lenguaje de los diferentes estilos, no hay barreras", afirma en una entrevista Bill Evans, quien mañana comienza en la sala BNS de Santander una gira de cinco conciertos que también le llevará a Gran Canaria (19 de noviembre), Barcelona (20), Lérida (21) y Burgos (22).

El saxofonista estadounidense regresa a los escenarios españoles, donde es una presencia habitual, con un sonido que fusiona el jazz tradicional, el funk y el bluegrass, un estilo del country que nació en los Apalaches y que hunde sus raíces en la música tradicional que llevaron a esa zona de Norteamérica los inmigrantes ingleses, irlandeses y escoceses. Evans explica que tanto esa música como el jazz son "diferentes formas de improvisación", por lo que la fusión entre ambas "fue algo natural", aunque aclara que lo que él ha hecho ha sido utilizar instrumentos propios del bluegrass para crear su propio sonido, en el que el jazz y el funk siguen siendo los ingredientes esenciales.

Cuando reunió por primera vez a su banda para empezar a tocar los temas que había escrito "todo fluyó con naturalidad", apunta, para añadir a continuación que ha tenido la suerte de rodearse de "grandes músicos" que le han ayudado "a ver y materializar" el sonido que andaba buscando.

En sus nuevos conciertos en España actuará junto al guitarrista Mitch Stein, con quien compartió muchas giras en los noventa; el bajista Mark Egan, Josh Dion a la batería y Ryan Cavanaught al banjo. "Ryan es probablemente, a su edad, uno de los mejores banjos del mundo. Nos divertimos mucho tocando juntos", dice el saxofonista de Illinois sobre este músico de 28 años que lleva cuatro tocando en su banda, adentrándose en el lenguaje del jazz. Cavanaught fue una recomendación de un viejo conocido de Evans, John Mclauglhin, con quien se embarcó en los ochenta en la resurrección de la Mahavisnu Orchestra, antes de empezar una carrera en solitario que dura ya dos décadas.

 

Aprender a ser él mismo junto a Davis

Pero Mclauglhin no es el único grande del jazz que forma parte de la biografía musical del saxofonista estadounidense, que, con solo 22 años, se convirtió en uno de los músicos de la banda que creó el trompetista Miles Davis para retornar en 1984 después de un tiempo alejado de los escenarios. Confiesa que, junto a Davis, aprendió a ser él mismo porque le dio la fuerza necesaria para poder crear su propio sonido y le enseñó a perder el miedo y a tener confianza. "Éramos grandes amigos, dentro y fuera del escenario, y tengo grandes recuerdos de esa etapa".

Además de liderar la Soulgrass Band, Bill Evans dirige mano a mano con el trompetista Randy Brecker la Soulbop Band y toca con frecuencia en la WDR Big Band, con la que acaba de grabar "Vands Joint", su último disco, que reúne ocho temas escritos por él. En su agenda aparecen cada año cerca de un centenar de conciertos y ya ha grabado catorce discos como líder y otros tantos como integrante de distintos proyectos. "Tocar es algo que amo", subraya este artista, que, tras veinte años de trayectoria en solitario, aspira a "seguir creciendo", a ser cada vez mejor músico y a continuar componiendo.

Cree que la Soulgrass ha sido "muy bien aceptada" en todo el mundo, de Estados Unidos a Siberia, porque la gente lo que quiere, en su opinión, es "ver un buen concierto, con músicos tocando a los niveles más altos".

En Siberia ha estado de gira, por primera vez, este verano, y uno de sus deseos es volver a tocar allí todos los años. "Fue fantástico, esa gente verdaderamente adora el jazz. Nosotros intentamos arrancarles una sonrisa, que se diviertan y se evadan por unos momentos de su realidad personal, de su mundo y entren en el nuestro", relata.

 

Los sonidos del banjo, la mandolina, el violín y el dobro han inspirado a Bill Evans en su última aventura musical, la Soulgrass Band, la banda de jazz con la que ahora regresa a España este saxofonista estadounidense que ve como una necesidad el explorar nuevos caminos. "Una vez que conoces el lenguaje de los diferentes estilos, no hay barreras", afirma en una entrevista Bill Evans, quien mañana comienza en la sala BNS de Santander una gira de cinco conciertos que también le llevará a Gran Canaria (19 de noviembre), Barcelona (20), Lérida (21) y Burgos (22).

El saxofonista estadounidense regresa a los escenarios españoles, donde es una presencia habitual, con un sonido que fusiona el jazz tradicional, el funk y el bluegrass, un estilo del country que nació en los Apalaches y que hunde sus raíces en la música tradicional que llevaron a esa zona de Norteamérica los inmigrantes ingleses, irlandeses y escoceses. Evans explica que tanto esa música como el jazz son "diferentes formas de improvisación", por lo que la fusión entre ambas "fue algo natural", aunque aclara que lo que él ha hecho ha sido utilizar instrumentos propios del bluegrass para crear su propio sonido, en el que el jazz y el funk siguen siendo los ingredientes esenciales.

Cuando reunió por primera vez a su banda para empezar a tocar los temas que había escrito "todo fluyó con naturalidad", apunta, para añadir a continuación que ha tenido la suerte de rodearse de "grandes músicos" que le han ayudado "a ver y materializar" el sonido que andaba buscando.

En sus nuevos conciertos en España actuará junto al guitarrista Mitch Stein, con quien compartió muchas giras en los noventa; el bajista Mark Egan, Josh Dion a la batería y Ryan Cavanaught al banjo. "Ryan es probablemente, a su edad, uno de los mejores banjos del mundo. Nos divertimos mucho tocando juntos", dice el saxofonista de Illinois sobre este músico de 28 años que lleva cuatro tocando en su banda, adentrándose en el lenguaje del jazz. Cavanaught fue una recomendación de un viejo conocido de Evans, John Mclauglhin, con quien se embarcó en los ochenta en la resurrección de la Mahavisnu Orchestra, antes de empezar una carrera en solitario que dura ya dos décadas.