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Una pequeña Sherlock Holmes con coletas
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Una pequeña Sherlock Holmes con coletas

Con esta entretenidísima, inteligente e irónica novela, Alan Bradley obtuvo el Debut Dagger Award de la Crime Writer's Association. Flavia de los extraños talentos es una

Con esta entretenidísima, inteligente e irónica novela, Alan Bradley obtuvo el Debut Dagger Award de la Crime Writer's Association. Flavia de los extraños talentos es una novela de misterio, una investigación a la antigua usanza con algunos componentes de modernidad, tal como la protagonista, una niña dotada de “extraños talentos” -expresión que pertenece a la edición española, pero que es muy acertada y sugerente- y una personalidad no menos peculiar, que habita una vieja mansión junto a sus hermanas Ophelia y Daphne -a las que odia, sentimiento compartido por ellas-, su padre, ex militar aficionado a la filatelia y víctima de un oscuro pasado, el criado Dogger, con algún desequilibrio mental, y la cocinera sra. Mullet, autora de horrendas tartas de crema.

 

La vida transcurre allí monótona, opresiva, entre las ofensas mutuas y las consiguientes venganzas de las hermanas, el silencio reconcentrado del padre y la sombra de la madre desaparecida en extrañas circunstancias. Hasta que una mañana Flavia descubre un cadáver en el huerto de pepinos. Parece un desconocido, pero en seguida advierte que no lo es tanto. Así comienza a desplegar sus talentos en una carrera contra la policía por descubrir al autor del crimen, del que inmediatamente es acusado el padre.

Esta sería una novela que bien pudieran haber escrito, a cuatro manos, Agatha Christie y Tim Burton. La acción transcurre en un pequeño pueblo de provincias en la Inglaterra de mediados del siglo XX. Uno imagina un acerado sol de invierno iluminando la campiña inglesa, sus árboles deshojados, mientras los cuervos croajan en los postes del teléfono. Ahora bien, en aquella región, separada de la capital del reino por varios transbordos de ferrocarril, el tiempo parece haberse detenido. No habría extrañado nada ver aparecer por ahí a Sherlock Holmes, personaje cuya relación con la ciencia es similar a la de nuestra protagonista, que tiene mucho del gran personaje de Conan Doyle; se puede decir que es un Sherlock con faldas y trenzas.

El lector no puede evitar participar en la investigación, se ve arrastrado a ello, pero cuidado, el camino está lleno de trampas. Trampas que no van a impedir descubrir al asesino, gracias al talento de esta niña inquietante, a la que sólo falta el ingrediente sobrenatural para asignarla sin duda alguna al mismo universo que Beetlejuice o Coraline. Sin embargo, no es la magia lo que atrae a Flavia, sino la ciencia, la segura ciencia de la química. Ella aporta el trabajo de campo, y el lector puede aprovecharlo para extraer sus propias conclusiones, deduciendo por cuenta propia, mientras se asombra de la perspicacia y los extraños talentos de la niña. Este personaje, carismático y, pese a sus peculiaridades, perfectamente trazado -y perfectamente infantil, también, algo que es muy difícil de representar-, será el eje de la atracción de la novela, más aún que la trama -que a pesar de su brillantez se tensa en exceso en cuestiones puntuales, como la de la agachadiza-. El resto es una escritura sencilla y funcional, repleta de guiños culturales e irónicos que la enriquecen tanto como las trampas mencionadas, un incentivo más para leer esta espléndida novela de misterio.

Flavia de los extraños talentos. Ed. Planeta.  432 págs. 19,95 €. Comprar libro.

Con esta entretenidísima, inteligente e irónica novela, Alan Bradley obtuvo el Debut Dagger Award de la Crime Writer's Association. Flavia de los extraños talentos es una novela de misterio, una investigación a la antigua usanza con algunos componentes de modernidad, tal como la protagonista, una niña dotada de “extraños talentos” -expresión que pertenece a la edición española, pero que es muy acertada y sugerente- y una personalidad no menos peculiar, que habita una vieja mansión junto a sus hermanas Ophelia y Daphne -a las que odia, sentimiento compartido por ellas-, su padre, ex militar aficionado a la filatelia y víctima de un oscuro pasado, el criado Dogger, con algún desequilibrio mental, y la cocinera sra. Mullet, autora de horrendas tartas de crema.