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Jeff Koons, fascinado por el sexo
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Jeff Koons, fascinado por el sexo

En vísperas de su nueva exposición londinense, el artista norteamericano Jeff Koons, a quien algunos califican como el rey del kitsch, admite estar fascinado por el

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Jeff Koons, fascinado por el sexo

En vísperas de su nueva exposición londinense, el artista norteamericano Jeff Koons, a quien algunos califican como el rey del kitsch, admite estar fascinado por el sexo. "Cuando pienso en la palabra belleza, pienso en una vagina. Eso es lo primero que se me ocurre. O en el culo (de la Venus de Cnido) en la escultura de Praxíteles", afirma Koons en una entrevista con el diario The Guardian.

Koons explica que su provocadora serie de fotografías junto a la estrella del porno húngara Ilona Staller, más conocida como Cicciolina, es una respuesta al Adán y Eva de Masaccio en la capilla Brancacci, de Florencia.

La pintura de Masaccio transmite "la culpa y la vergüenza" que sienten nuestros primeros padres al ser expulsados del Paraíso, y en su serie de fotos eróticas con Cicciolina, Koons ha querido presentar, según explica, a una pareja totalmente liberada de esos sentimientos.

Koons explica así la gestación de Made in Heaven: el éxito de su serie Banality, que incluía una porcelana del cantante Michael Jackson en compañía de su mono Bubbles, le hizo sentirse como "una estrella del mundo del arte". Así que pensó que el siguiente paso sería convertirse en estrella de cine, y la forma más rápida de entrar en el mundo del cine es hacer una película pornográfica. Entonces se le ocurrió hacer un cartel cinematográfico como si fuese el protagonista de una película, un cartel en el que aparecerían la estrella porno Cicciolina y él mismo haciendo el amor.

El artista dice haber destruido la mayoría de las fotografías de aquella serie porque Ciocciolina insistía en "rebajarlas a un nivel en que ya no eran arte sino pornografía". Koons terminó casándose con Staller aunque la pareja se divorció en diciembre de 1994, poco después de que naciera su hijo.

Pese a las críticas de algunos expertos como el australiano Robert Hughes, que le acusan de "manipulador" y "oportunista", Koons se ha convertido en uno de los artistas más cotizados en el actual mercado del arte, al igual que su amigo, el británico Damien Hirst.

Ahora, el rey del kitsch llega a la galería Serpentine, del Hyde Park londinense, con su serie Popeye (ver álbum), que toma su nombre del famoso personaje de cómic. Las obras, que estarán expuestas a partir del jueves y hasta el 13 de septiembre, son esculturas en metal que reproducen juguetes inflables: desde patitos que cuelgan de una especie de bigote hasta una langosta que hace equilibrios sobre una silla o dos morsas que escapan de sendas papeleras.

En vísperas de su nueva exposición londinense, el artista norteamericano Jeff Koons, a quien algunos califican como el rey del kitsch, admite estar fascinado por el sexo. "Cuando pienso en la palabra belleza, pienso en una vagina. Eso es lo primero que se me ocurre. O en el culo (de la Venus de Cnido) en la escultura de Praxíteles", afirma Koons en una entrevista con el diario The Guardian.