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Tres cuentos de agua, amor y muerte
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Tres cuentos de agua, amor y muerte

Tres cuentos en uno, o uno en tres, sobre ese sentimiento tan recurrente y cada vez más desconocido que es el amor. Con una prosa sencilla

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Tres cuentos de agua, amor y muerte

Tres cuentos en uno, o uno en tres, sobre ese sentimiento tan recurrente y cada vez más desconocido que es el amor. Con una prosa sencilla y una sinfonía poética similar al rumor del agua al fluir, Carolina Ocaña nos susurra en El Río la historia de unos jóvenes que se encuentran justo en ese estadio de inocencia breve y efímero que antecede a la carne, unos jóvenes tan materiales como inmateriales, vaporosos, eternos, que consuman su amor en la muerte, que son los ríos que van a dar a la mar. El río nos lo da, el río nos lo quita.

Tres rincones del mundo para sanar el espíritu. La exótica India, donde Ashila, que significa “algo puro” y es vendedora de te, se encuentra con Danayanda, que es “el que sueña”, un joven capaz de hablar con los elefantes; los templos del Tíbet, donde el aprendiz de monje Nyima se une en espíritu con una caracola que le canta melodías desconocidas y le apacigua el alma; y la bella y salvaje Africa, donde la pequeña Eiseb, criada en una tribu en torno a hechiceros y leyendas, busca la protección del leopardo Numba, que en el fondo forma parte de ella porque animal y joven son todo Uno.

 

Es un amor total y trascendente que surge de la simbiosis del hombre consigo mismo y con el universo. En un ‘boom espiritual’ como el que vive la literatura actual, con tanto aficionado zen y tanto libro de autoayuda, merece la pena adentrarse en El Río, que no es un libro teórico sino práctico, que no te dice cómo has de vivir sino que es la vida misma. Tal y como explica su autora, “la esencia del cuento es la inmortalidad del amor y la importancia de buscar aquello que nuestro corazón desea”.

Es en esta búsqueda es donde surge El Río. Autora novel, profesora y madre de familia, Carolina Ocaña se hace un hueco en la escritura. Animada por familiares y amigos, un día se decidió por autoeditar sus propios relatos, que es lo que muchos no se atreven pero que era lo que su “corazón deseaba”. Seguramente no encuentre estos cuentos en su librería habitual. Se lo tendrá que pedir a la autora a su dirección de email. Es otro tipo de literatura. Más íntima, más personal y, si me permiten, más auténtica.

“Una tarde de marzo, me detuve en unas hermosas fotografías en la que el hombre y el animal se comunicaban en perfecta armonía. Al observarlas, pude sentir la conexión entre todos los seres y nuestro planeta […]. Este fue el comienzo de El Río, que tres años más tarde di por finalizado”, nos cuenta Carolina Ocaña.

El agua, y más concretamente los ríos, es el nexo de unión de los tres cuentos. El río es donde se concentran todas las energías y toda la sabiduría. Lo dicen muchas corrientes de pensamiento y así lo sienten Ashila, Nyima y Eiseb. El río es simbólico pero también es real. El río se lleva nuestras vidas para empezar de nuevo porque la vida, como explica Ocaña, es una aventura difícil sólo para valientes.

El Río. 80 páginas. Carolina Ocaña (carolinaocana@telefonica.net)

Tres cuentos en uno, o uno en tres, sobre ese sentimiento tan recurrente y cada vez más desconocido que es el amor. Con una prosa sencilla y una sinfonía poética similar al rumor del agua al fluir, Carolina Ocaña nos susurra en El Río la historia de unos jóvenes que se encuentran justo en ese estadio de inocencia breve y efímero que antecede a la carne, unos jóvenes tan materiales como inmateriales, vaporosos, eternos, que consuman su amor en la muerte, que son los ríos que van a dar a la mar. El río nos lo da, el río nos lo quita.