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El Óscar al mejor actor, una dura pugna entre dos políticos y un luchador
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El Óscar al mejor actor, una dura pugna entre dos políticos y un luchador

Mateo Sancho Cardiel Redacción Internacional, 18 feb (EFE).- La habitual afición de los académicos para reconocer a actores que se meten en personajes

Mateo Sancho Cardiel Redacción Internacional, 18 feb (EFE).- La habitual afición de los académicos para reconocer a actores que se meten en personajes históricos -Sean Penn como Harvey Milk y Frank Langella como Richard Nixon- luchará este domingo con una recuperación milagrosa, Mickey Rourke, una estrella como Brad Pitt y la sorpresa de Richard Jenkins.

MICKEY ROURKE: La vuelta de un monstruo curtido en el ring Los académicos también son muy dados a premiar el resurgir del mito. Como hicieran con Ingrid Bergman al volver de Italia, Marlon Brando cuando sus excesos le pasaron factura, o su compañera Kim Basinger tras caer en el olvido, el actor neoyorquino podría alzarse con su primer Oscar por un regreso a lo grande como el de "The Wrestler", dirigida por Darren Aronofsky.

El otrora sex symbol del cine de los ochenta -"Manhattan Sur" (1985), el mítico "chico de la moto" de "La ley de la calle" (1983) y sobre todo "Nueve semanas y media" (1986)- vuelve a sus muy machacados 57 años al protagonismo tras más de una década de ostracismo y con un aclamado ejercicio de exhibicionismo decadente.

Después de realizar personajes secundarios en los últimos años o incluso aparecer en un vídeo de Enrique Iglesias, su personaje de Randy "The Ram" Robinson impacta tanto por la propia potencia de la película como por los puntos en común con el actor, que también destrozó su rostro en varios combates en los noventa.

"The Wrestler", que se estrenó con un León de Oro en la Mostra de Venecia y opta también el Óscar a la mejor actriz secundaria (Marisa Tomei), es el vibrante retrato de un hombre que da tantos tumbos en la vida como en el ring y que en su inicio de reincorporación a una vida convencional descubre que la derrota es, a fin de cuentas, su compañera más fiel, su pura esencia.

Con una desaliñada melena rubia platino, con una fortaleza física reblandecida por la piel de lagarto, Rourke borda su retrato de inmadurez sentimental bajo el cuerpo colosal de un profesional de la lucha libre y acumula ya por este trabajo el Globo de Oro, el BAFTA y premios de la crítica de Ohio, Boston, Kansas, San Diego, Washington y Toronto.

Su potencial segunda época dorada se encauza ahora con varios proyectos: segundas partes de "Sin City" y "Iron Man", "Killshot", de John Madden -que ya ha recibido excelentes críticas en los círculos independientes- o el "remake" americano de "13 Tzameti", aunque también la nueva película como director de Sylvester Stallone.

SEAN PENN: A por el segundo Óscar por mimetizarse con Harvey Milk Parte con la dudosa ventaja de ser el único de los cinco candidatos que ya tiene un Óscar en su haber y, además, hace tan solo ocho años, por "Mystic River", de Clint Eastwood.

Sin embargo, su mimetismo con Harvey Milk, el primer político estadounidense que ocupó un cargo público reconociendo abiertamente su homosexualidad, podría unir a Sean Penn, a sus 48 años, al selecto grupo de los doblemente premiados como protagonistas.

Sería el noveno nombre en la lista que ahora forman Spencer Tracy, Tom Hanks, Gary Cooper, Marlon Brando, Fredric March, Dustin Hoffman, Jack Nicholson -que tiene además, otro como secundario- y Daniel Day Lewis.

Su versatilidad vuelve a quedar de manifiesto en "Mi nombre es Harvey Milk", la película que Gus Van Sant ha realizado sobre el político estadounidense y que, por su tono documental, necesitaba una ajustada interpretación por parte de Penn.

Penn, que recibió su primera candidatura al Óscar por "Pena de muerte" (1995) y volvió a la terna de nominados con "Yo soy Sam" (2001) y "Acordes y desacuerdos" (1999), de Woody Allen, ha combinado su prestigiosa carrera profesional con la convulsa vida sentimental alrededor de sus dos matrimonios: Madonna y Robin Wright Penn.

Ahora, en "Mi nombre es Harvey Milk" -que opta en total a ocho Óscar- su encarnación, sin caer en el excesivo amaneramiento ni en el biopic enérgico clásico, le ha vuelto a cargar de premios de la crítica, desde Boston a Los Ángeles, pasando por Nueva York, San Francisco y por el National Board of Review.

Además, este actor californiano ha ganado el premio de interpretación en los tres grandes festivales europeos: en Berlín por "Pena de muerte" (1995); en Cannes por "Atrapada entre dos hombres" (1997), de Nick Cassavettes, y en Venecia, por "21 gramos" (2003).

Penn también ha desarrollado una notable carrera como director, con títulos como "Extraño vínculo de sangre" (1991), "El juramento" (2001) y "Hacia rutas salvajes" (2007), mientras políticamente siempre se ha adscrito a la izquierda estadounidense.

Como curiosidad, Penn tiene una peculiar relación con sus competidores: comparte rodaje con Pitt en "The Tree of Life", de Terrence Malick, y el personaje de Langella era una presencia importante en uno de sus últimas películas, "The Assassination of Richard Nixon" (2004), de Niels Muller.

FRANK LANGELLA: Del Tony al Óscar gracias a Richard Nixon Anthony Hopkins ya optó al Óscar por encarnar a Nixon en la película de Oliver Stone en 1995, pero Frank Langella suena con más fuerza para hacerse con el premio por un personaje que construye en un pulso de fuerzas entre la mente sumamente capacitada y el hombre miserable.

En "El desafío - Frost contra Nixon", Langella capta el periodo de caída del presidente de Estados Unidos: desde el escándalo Watergate hasta que decidió romper su silencio en el verano de 1977 en una entrevista en directo con David Frost ante 45 millones de espectadores.

En su habilidad para captar las fisuras del coloso pero aun así mantenerlo en pie, Langella ha encontrado la consagración tardía de un actor impecable que, a sus 71 años, opta por primera vez al Óscar.

Este papel, no obstante, lo hereda de la obra de Peter Morgan -guionista del filme también- que le hizo triunfar sobre las tablas de un escenario y conseguir el premio Tony, ayudado, como en la película, por una excelente labor vocal.

Por su versión en cine, ha recibido el premio del círculo de críticos de San Francisco y la asociación de la prensa especializada de Las Vegas.

Langella, nacido en Bayona (Estados Unidos), había destacado también en el séptimo arte en la enésima encarnación de "Drácula" en 1979, así como una nueva versión de otro personaje mil veces representado: Sherlock Holmes, aunque para la televisión HBO en 1981.

En los últimos años, ha sido un secundario de lujo en películas como "Buenas noches y buena suerte" (2005), de George Clooney, "La novena puerta" (1999), de Roman Polanski, o "Superman Returns" (2006), de Brian Singer.

En el teatro ha representado obras como "Seascape", de Edward Albee -con la que comenzó a despuntar y ganó su primer Tony en 1975-, "El padre", de Strinberg, y "Present Laughter", de Noel Coward.

BRAD PITT: El novio de América quiere ganar un Óscar Ya se afeó para "Doce monos" (1995) y optó en la categoría de secundario, pero ahora, Brad Pitt abarca toda la gama vital en "El curioso caso de Benjamin Button", la gran apuesta clásica de Hollywood para estos Óscar que le ha dado al actor su primera candidatura como protagonista.

Basado libremente en un relato de Scott Fitzgerald, este filme de David Fincher -al que Pitt debe dos de sus títulos clave, "Seven" (1995) y "El club de la lucha" (1999)- explota la versatilidad física de Pitt para interiorizar un personaje que presencia, desde su nacimiento como anciano a su muerte como recién nacido, la reciente Historia de Estados Unidos.

El actor de "Leyendas de pasión" (1994), que forma junto a Angelina Jolie la pareja más mediática del séptimo arte, tiene en su contra lo difuminado de su labor interpretativa con las labores de maquillaje y de efectos especiales que acompañan a tan elástico personaje, cuya peculiaridad es nacer viejo y morir bebé.

Aun así, Pitt endereza con esta película su tirón comercial que, si bien nunca fue puesto en entredicho, no ha funcionado en sus grandes órdagos: tanto "Siete años en el Tíbet" (1997), como "Conoces a Joe Black" (1998) y "Troya" (2004) no estuvieron a la altura de las expectativas.

Sus coqueteos con el cine fuera de Hollywood, en cambio, le han dado satisfacciones como "Babel" (2006), de Alejandro González Iñárritu; este mismo año, un divertido personaje secundario en "Quemar después de leer", de los hermanos Coen, o, el pasado, el que le dio la Copa Volpi en Venecia en "The Assessination of Jesse James".

Aunque en la pretemporada ha desempeñado el papel de eterno nominado, un Óscar para Pitt supondría la rendición de Hollywood a una de sus superestrellas -algo que no sucede estrictamente desde Julia Roberts- y a una carrera que, desde que impactara en el imaginario femenino con su breve papel en "Thelma y Louise" (1991), ha evolucionado de manera ejemplar.

En cualquier caso, su futuro profesional no parece necesitar empujón alguno: entre sus proyectos, destacan "Inglorious Basterds", la ambiciosa producción bélica de Quentin Tarantino; "The Tree of Life", de Terrence Malick -en la que también figura Sean Penn-, y la nueva película de James Gray, "The Lost City of Z".

RICHARD JENKINS: Visitante sorpresa que brilla por su sobriedad Es uno de esos rostros de cuyo nombre pocos se acuerdan, pero Richard Jenkins, con esa eficacia discreta que le ha llevado a trabajar con hermanos cinematográficos tan dispares como los Farrelly o los Coen, ha deslumbrado por su papel protagonista en "The Visitor", sin duda la sorpresa en su categoría.

Más reconocible para los aficionados a la televisión por su papel de padre ausente en "A dos metros bajo tierra", ahora recibe su primera candidatura al Óscar por encarnar a Walter Vale, un profesor viudo que no sabe si accede a meter en su apartamento a una pareja de emigrantes por solidaridad o por aburrimiento.

"The Visitor", dirigida por Thomas McCarthy, ha hecho un fructífero recorrido por festivales de cine independiente, cosechando galardones de Deauville, Moscú o Brisbane, y Jenkins fue premiado como sorpresa del año por la National Board of Review.

En cuestión de Oscar, en cambio, Jenkins parece destinado a formar parte de ese grupo de intérpretes como Ryan Gosling o William H. Macy que, aunque demuestran un excelente gusto para elegir proyectos minoritarios, acaban conformándose con la entrada en las nominaciones.

Su interpretación escapa a toda espectacularidad para ir empapando al espectador de las complejidades del hombre moderno y su vínculo con la multiculturalidad. Sin muecas y con una profunda interiorización de los conflictos, Jenkins pasea en "The Visitor" al espectador desde el mensaje integrador políticamente correcto a una búsqueda del dudoso origen de la bondad.

Este actor estadounidense de 61 años comenzó su carrera como actor en películas tan dispares como "Hannah y sus hermanas" (1986), "Las brujas de Eastwick" (1987) o la serie "Corrupción en Miami".

Antes, había sido director artístico durante años del Trinity Repertory Company de Rhode Island y después empezó dos fructíferas relaciones profesionales.

Los hermanos Farrelly han contado con él para "Algo pasa con Mary" (1998), "Yo, yo mismo e Irene" (2000), mientras que los Coen lo enrolaron en "El hombre que nunca estuvo allí" (2001) y "Quemar después de leer" (2008), entre otras.

"The Visitor", en realidad, se rodó hace ya dos años, por lo que a Jenkins le ha dado tiempo a estrenar varias películas más, como "Hermanos por pelotas", y preparar la biografía de Paul Kemp, "The Rum Diary" -que se rodará en Puerto Rico- así como la nueva película de Lasse Halström, "Dear John". EFE msc/ibr

Mateo Sancho Cardiel Redacción Internacional, 18 feb (EFE).- La habitual afición de los académicos para reconocer a actores que se meten en personajes históricos -Sean Penn como Harvey Milk y Frank Langella como Richard Nixon- luchará este domingo con una recuperación milagrosa, Mickey Rourke, una estrella como Brad Pitt y la sorpresa de Richard Jenkins.