Guns N' Cacas: Pistolas de fogueo y rosas de plástico

Cómo cambia la mentalidad de una persona en diecisiete años. Este es el periodo que llevaba Guns N’ Roses sin sacar a la venta nada nuevo. Aquel comercial Use Your Illusion encandiló a medio mundo y fue el complemento ideal del segundo álbum debut más vendido de toda la historia, Appetite for Destruction (sólo por detrás de un grupo llamado Led Zeppelin). Toda esa magia y hard rock se quedó en los ’90. La tecnología ha teñido de marrón caca no sólo la portada del nuevo y súper esperadísimo disco Chinese Democracy, sino su música. Guitarras escondidas por el sintetizador y una batería que también ha sufrido las consecuencias de un ordenador. Lo único reconocible, dentro de este circo, la voz del inventor. Axl Rose conserva su tono (tampoco es que trabaje mucho).

Fuera de la música, continúa fiel a su estilo. El disco de la banda de Rose está prohibido en el país anfitrión de los pasados Juegos Olímpicos. No quieren saber nada de algo que lleve la palabra “democracia”. La reivindicación en las letras del trabajo hacen que los fans chinos de GN’R acudan a la piratería por internet. Afortunados ellos que no tienen que comprárselo para comprobar que de Guns N’ Roses queda la sólo una letra. Un ápice de la electricidad y la emoción que transmitía.

Mis respetos a quienes han contribuido en el disco: Robin Fink, Buckethead, Tommy Stinson, Chris Pitman, Richard Fortus, Ron "Bumblefoot" Thal, Frank Ferrer, Dizzy Reed y Paul Tobias. Pero los fans del sonido angelino que despertaron Slash, Duff, Izzy Stradlin y Steven Adler no van a encontrar nada de eso. Como coleccionista, no me arrepiento de comprar el disco, pero va a coger más polvo que los de Tequila.

‘Streets of Dreams’ es la balada del álbum. El tema recuerda al reconfortante sonido empalagoso de ‘November Rain’, ‘Sweet Child O' Mine’, ‘Don´t Cry’, ‘Civil War’ o ‘Yesterdays’. Haz una prueba, intenta escuchar el disco y luego enchufa Appetite For Destruction o Use Your Illusion. Dos grupos diferentes con el mismo cantante. Diecisiete años para esto. Cómpratelo si crees en la reinvención del rock, en su evolución. Si te aburres de oír una voz, una guitarra, un bajo y una batería… este es tu disco. Hasta Ozzy Osbourne ha sabido adaptarse a estos elementos distorsionadores con elegancia y discreción en su último Black Rain.

La gira Chinese Democracy ya la realizó en 2006, interpretando temas de este disco. Para el verano que viene se espera que realice otro tour y habrá que escuchar las perlas de esta última grabación. En directo, 'Better' y ‘I.RS.’ (por poner alguna) pueden alcanzar la mínima para estar a la altura de sus anteriores éxitos.

Por la red circulan unas mareantes cifras del coste de producción de las 14 canciones, unos 13 millones de dólares. Y eso sí, se nota en la gran calidad del acabado. Chinese Democracy ha pasado por estudios discográficos de Londres, Los Ángeles, Las Vegas, Nueva York o Portland. Un trabajo -por complejidad- opuesto al de otros más viejos rockeros, AC/DC. Bendito aburrimiento de los mejores tres acordes dispuestos del mundo.