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A Amy no le gusta beber sola
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A Amy no le gusta beber sola

El segundo fin de semana de Rock in Rio dió comienzo ayer con dos mujeres de armas tomar y con una manera muy diferente de emplear

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A Amy no le gusta beber sola

El segundo fin de semana de Rock in Rio dió comienzo ayer con dos mujeres de armas tomar y con una manera muy diferente de emplear sus energías vitales. Amy Winehouse y Shakira. La primera, autodestructiva hasta la médula y con la mirada perdida; la segunda, más vital y encendiendo al público a golpe de cadera.

En una jornada cargada de público -de los 51.000 que abrieron el festival se ha pasado a 75.000 personas-, abrieron el enorme 'Escenario Mundo' los muy guitarreros Stereophonics, con un directo realmente cuidado pero acompañados todavía de un escaso público. Y es que el plato fuerte venía después y acompañado de dos buenas copas de vino: a las nueve de la noche aparecería una Amy Winehouse que, decididamente, no quería beber sola.

Irresistible voz grave al estilo de las grandes del soul

La gente la esperaba con impaciencia y llenó rápidamente el recinto. "Vengo sólo por ella", confesaba alguién del público, "espero que esté al 80%, porque al 100% seguro que no está". Otra chica corregía: "Estará al 50 %. Después de lo de Glastombury...". Vox populi. Cada vez que hay un concierto de Winehouse pasa algo. En Portugal salió borracha a cantar, y en ese Woodstock inglés agredió a alguién del público porque le tiró del pelo. Y es que Amy es más que una irresistible voz grave al estilo de grandes como Nina Simone, es un espectáculo andante convertido a la mínima en carne de prensa amarilla. Una verdadera pena para alguien con un talento y sensibilidad del que sus canciones son la mejor prueba.

Ayer no se hizo esperar mucho. Salió solo unos minutos después del horario previsto tentando a la mala suerte escénica gracias a un vestido amarillo de gasa con detalles de leopardo. También con su habitual moño alto y abultado lleno de adornos -el más destacado un corazón con el nombre de Blake, su marido encarcelado-, y con sus marcadísimas raya en los párpados, casi dos flechas. La 'Nueva diva del soul' , la que está haciendo que éste estilo musical renazca con fuerza, no defraudó en su escasa hora de concierto a pesar de que por momentos parecía que se iba a derrumbar.

Supo mantener el tipo. Y la voz. Resulta increíble su capacidad vocal mientras su exterior, con ese toque sexy kitsch que lucía más que nunca gracias al escotazo que le dió más de un apuro, se mezcla con una marcada pose de niña buena reflejada en un muy particular gesto de subirse la falda. Bella y bestia en una misma persona.

Amy comenzó con el tema 'Addicted', perteneciente a su primer trabajo, Frankie, pero pronto empezó a desplegar los que mejor se sabe el público: los de Back to the Black, entre los que sobre todo brillaron su conocido 'Rehab' y 'I'm Not Good'. Entre medias se bebió dos copas de vino tinto bien llenas y pidió que le trajeran otros zapatos. Ante un atónito público cambiaba sus altísimos stilettos negros por unos sencillos mocasines blancos.

Shakira homenajea a Ingrid Betancourt

Ni la hora, ni un recinto tan grande favorecieron a la música de Winehouse, cosa que sí sucedió en el caso del cantante, con un brillante directo que, a diferencia de la diva, se permitió hasta un bis; pero sobre todo a la colombiana Shakira, que se marcó un concierto concurridísimo en el que se desplegaron todos sus temas más conocidos.

Además de su capacidad vocal, lució hasta la extenuación su virtuosismo con la danza del vientre, despertando la admiración de todos los presentes, que la aclamaban a la mínima ondulación de su cuerpo. Pero la cosa también tuvo su alma. Especialmente en el momento de la dedicatoria a la recién liberada Ingrid Betancourt del tema que compuso para la película El amor en los tiempos del cólera, 'Hay amores'.

El gigante de Rock in Río promete seguir llenándo la panza gracias a que hoy llega uno de los grandes nombres del cartel, The Police, que compártira escenario con nombres nacionales como Alejandro Sanz o Rosario Flores.

El segundo fin de semana de Rock in Rio dió comienzo ayer con dos mujeres de armas tomar y con una manera muy diferente de emplear sus energías vitales. Amy Winehouse y Shakira. La primera, autodestructiva hasta la médula y con la mirada perdida; la segunda, más vital y encendiendo al público a golpe de cadera.