De animales, boxeadores y toreros: el mundo de Miguel Macaya reunido en una retrospetiva

Una selección de cincuenta obras de Miguel Macaya, en las que están representados los temas más recurrentes del pintor, se exhiben en la primera exposición retrospectiva dedicada a este artista organizada en el Centro Cultural Casa de Vacas del Retiro.

Retratos de boxeadores, animales con especial atención a los caballos o cebras, su galería de toreros o las naturalezas muertas forman una muestra que permite apreciar la trayectoria desarrollada por el artista durante los últimos quince años, en la que los claroscuros y la iluminación efectista de sombras y reflejos, que entronca con los grandes nombres de la tradición pictórica española, son una constante.

La obra de Macaya (Santander, 1964), de reminiscencias goyescas, enlaza con la tradición de la pintura barroca y tenebrista española en el uso de la ironía, la técnica y el claroscuro, "pero también se inscribe en el realismo que tiene importantes ejemplos entre artistas norteamericanos, como Edward Hopper, o ingleses como Lucian Freud", comenta Antonio Muñoz Molina , que estuvo presente en la presentación de la muestra, que permanecerá abierta hasta el 24 de febrero.

"Una obra inmersa en la modernidad"

Molina, autor del prólogo del catálogo y de los textos de un libro del artista que verá la luz próximamente, considera que a lo largo del siglo XX se desarrolló un camino hacia la abstracción y otro, también muy poderoso, que tiende al realismo y en el que existen muchos caminos. "No se trata de una pintura casera o local. Es una obra inmersa en la modernidad, absolutamente contemporánea y moderna que se inscribe en el mundo de los artistas más formales y en la que no hay nada de tópico", señala el académico, para quien Macaya "mira las cosas como si acabaran de aparecer inexplicablemente; entra en el estudio de noche, y enciende la luz y las va examinando como el egiptólogo que pasea la linterna por la cripta griega".

Miguel Macaya reconoce las influencias en su obra de maestros como Goya, Velázquez, Zurbaran, Manet o Rembrandt y señala que contemplando la exposición se puede apreciar que éstas "están más presentes según van pasando los años". Sobre los temas constantes en su obra señala que están "para ayudarme a pintar, pero no uso el tema por sí mismo. Son recurrentes en mi pintura pero no tengo un tema que especialmente me interese más".

Aunque en ocasiones la pintura de Macaya transcurre por ambientes más luminosos, es evidente que se mueve en el territorio de las sombras, en las que destacan los perfiles y las miradas de reojo

Miguel Macaya se inicia en la escultura, el dibujo y la pintura en Santander y más tarde en la escuela Massana de Barcelona. Desde que en 1992 obtuvo la Beca Delfina Studios Trust para trabajar en Londres su camino no se ha separado de la pintura.