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Una Paulina Rubio más rockera que pop se deja querer por su público de Madrid
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Una Paulina Rubio más rockera que pop se deja querer por su público de Madrid

Una Paulina más vibrante y rockera y alejada de su estilo pop habitual se dejó querer anoche por el variado público madrileño que aplaudió sin condiciones

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Una Paulina Rubio más rockera que pop se deja querer por su público de Madrid

Una Paulina más vibrante y rockera y alejada de su estilo pop habitual se dejó querer anoche por el variado público madrileño que aplaudió sin condiciones una actuación que funcionó bien sobre el escenario, con el único defecto de que a veces su voz quedaba ahogaba por el sonido de la banda.

La gira Amor, luz y sonido tour, de la mexicana, dio comienzo en el madrileño patio del Conde Duque, donde un telón iluminado de rosa, con la cara de la famosa cantante proyectada sobre él, ocultaba el escenario y daba la bienvenida al público que, poco a poco, comenzaba a llenar las gradas.

Veinte minutos más tarde de la hora anunciada, el "terremoto Paulina" saltó al escenario con un escueto vestido plateado y al ritmo de 'Ni una sola palabra', tema compuesto por Xavi, de La Oreja de Van Gogh, y que se ha convertido en último éxito de la mexicana.

Como afirmó en la rueda de prensa del pasado martes, el tequila es un rito necesario para Paulina y advirtió que esta noche tenían tequila "del bueno" y que quería "compartirlo, ¡arriba las mujeres!"; finalmente, vaso en alto, brindó antes de cantar 'Dame otro tequila'.

Paulina obsequio a su público con canciones de su repertorio como 'Lo haré por tí', 'Border Girl', 'Perros' o 'El último adiós', y otras de su último disco, Ananda, como 'Hoy' o 'Ayúdame', esta última compuesta por Coti, además de atreverse con un par de rancheras. Los espectadores se lo agradecieron coreando cada palabra y levantándose de sus asientos.

"Lo estoy pasando bomba. Pau llena el escenario", declaró una admiradora y, efectivamente, el escenario del Conde Duque parecía quedarse pequeño para "la chica dorada", sus cuatro bailarines y su banda, compuesta por batería, dos guitarras, teclado y bajo, un esquema más propio de una banda de rock.

La mexicana no se cansaba de hablar con el público; incluso dos trajeados caballeros sentados entre el público no pudieron resistirse a sus palabras:"¡Los dos del traje! Se ve raro... por favor, quítate la chaqueta por mí. ¡Es que estás tan guapo sin corbata!".

En la séptima canción, Paulina salió al escenario con una falda flamenca con volantes rosas en homenaje al público español, al que aseguró que era "una noche hermosa" y "un honor estar aquí con todos ustedes".

Apoteosis sin Coti

La apoteosis llegó cuando la cantante dijo que "Coti no está aquí, está en México. Pero Paulina está aquí", instantes antes de lanzarse a cantar 'Nada fue un error' con el único acompañamiento de una guitarra acústica y del propio público al que Paulina dejó cantar la mayor parte del tema.

A lo largo del concierto, los cambios de vestuario tanto de 'Pau' -como pidió al público que la llamara- como de sus bailarines fueron constantes. No menos importante fue la parte no musical: coreografías, luces, proyecciones, lluvia de confeti o las enormes pelotas que el público hacía circular de un lado a otro, contribuyeron a calentar el ambiente del Conde Duque.

La última canción fue uno de sus grandes éxitos, 'Lo haré por tí', en la que los bailarines masculinos hicieron toda una demostración de equilibrio danzando sobre unos zancos, a la vez que entre el público, totalmente entregado, gastaba sus últimas energías para bailar el célebre tema.

Paulina se despidió precisamente en esta canción, diciendo que "el primer aplauso es para ustedes. Ha sido una noche maravillosa", y dio paso a las presentaciones de sus músicos y sus bailarines, quienes derrocharon energía sobre el escenario.

Una Paulina más vibrante y rockera y alejada de su estilo pop habitual se dejó querer anoche por el variado público madrileño que aplaudió sin condiciones una actuación que funcionó bien sobre el escenario, con el único defecto de que a veces su voz quedaba ahogaba por el sonido de la banda.