El teatro María Guerrero rescata del olvido a 'Los niños perdidos'

La obra teatral Los niños perdidos, de Laila Ripoll, recupera la memoria de las víctimas "más frágiles" de la Guerra Civil y el franquismo. Historias cuyos protagonistas "no se han atrevido a contar en muchas ocasiones por miedo o por vergüenza". Ahora, el Centro Dramático Nacional (CDN) abre las puertas del María Guerrero al teatro independiente y comprometido con el estreno el jueves de esta obra que rescata de la memoria el testimonio de los niños olvidados del franquismo. Se trata de un espectáculo de la compañía Producciones Micomicón, creada hace 13 años por actores de la Escuela de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, y que estaba programado hasta el 22 de enero en la Sala Princesa del Centro Dramático Nacional.

El director del CDN, Gerardo Vera, aclaró que un teatro público debe asumir las normativas, aunque a título personal no está conforme con que la legislación vaya "hacia atrás". No obstante, "estoy contentísismo de que este texto extraordinario, que habla de las llagas que deja un régimen totalitario, pase al María Guerrero y a la caja de resonancia" que supone. "Laila Ripoll entra por derecho" en este histórico teatro, añadió.

Apenas han sido precisos cambios en la escenografía, ya que, simplemente se ha añadido un suelo en el que se desarrolla el espectáculo y "nadie va a pensar que estaba ideado para una sala muy pequeña", añadió el director del CDN, quien destacó "el espíritu de teatro comprometido e independiente" de esta compañía.

Estrenado en el Festival Internacional de Teatro Madrid Sur, y con un mes de gira a sus espaldas, el texto es un "sainete esperpéntico español contemporáneo", cuyas referencias van desde Ramón María del Valle-Inclán a Francisco Nieva, prosiguió Gerardo Vera, quien subrayó la "sensibilidad especial" y la "ternura" de Laila Ripoll.

Cuatro chicos en un orfanato

La autora y directora, cuya "escuela son los clásicos", se sirve de cuatro chicos en el desván de un orfanato para adentrarse en un "episodio negro de nuestra historia más reciente: la de los niños muertos o desaparecidos en cárceles, trenes o albergues religiosos del Auxilio Social" creados en la posguerra, los "olvidados de la España franquista", pues eran, en su mayoría, hijos de los vencidos.

A partir de testimonios cercanos y del documental de Montse Armengou, Ricard Belis y Ricard Vinyes, Ripoll se enfrenta desde la ternura al hambre y a las penalidades de esa generación de niños criados en orfanatos, que ahora comienzan a hablar. "Lo que más me ha aterrado es la vergüenza de las víctimas", y también "el miedo" a hablar de aquello, comenta la autora.

Ella y los cuatro intérpretes, Juan Ripoll, Mariano Llorente, Marcos León y Manuel Agredano, coinciden en que su generación es la que está sacando a la luz, a través de la creación artística, este drama, "del que no hay registro oficial ni constancia histórica", sino el testimonio de padres y abuelos que sientan la necesidad de contarlo.

Los actores, que para dar vida a los personajes recuperaron de su interior a los niños que un día fueron, hacen los papeles de los cuatro protagonistas inmersos en ese desván donde transitan las voces de los "espectros, de los que por allí han pasado y que se han quedado impregnadas", explicó Ripoll.

La escenografía del espectáculo, que como estaba previsto permanecerá en cartel hasta el 22 de enero, es de Arturo Martín Burgos, el vestuario de Almudena Rodríguez y la iluminación de Luis Perdiguero.