El artista neoyorkino, cuyas obras no son demasiado conocidas fuera de EEUU, fue uno de los pioneros de la 'performance'

El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) muestra a partir del próximo día 15 una selección de la obra del artista neoyorquino Robert Whitman, uno de los pioneros de la performance. El director del museo, Manuel Borja-Villel, subrayó en la presentación de la exposición, que "Whitman se sitúa en el tránsito de la gestualidad de las imágenes de los años 50 al interés por las imágenes y la tecnología". Borja-Villel recordó que el artista neoyorquino "ha permanecido en la marginalidad y su obra es poco conocida fuera de EEUU, en parte porque se conservan pocas de sus creaciones".

Robert Whitman (Nueva York, 1935) se dio a conocer por su contribución pionera en las prácticas multidisciplinares identificadas con términos como el happening, el cine expandido y el Fluxus, que irrumpieron en la escena neoyorquina de los años sesenta y setenta.

La exposición retrospectiva, abierta al público hasta el próximo 8 de enero, presenta una selección de obras realizadas en aquel momento en las que se muestra el proceso creativo del artista, basado, apunta el director, en una amplia diversidad de medios, desde la tecnología más avanzada hasta materiales de segunda mano o simplemente papel y grafito.

Influido por el cine mudo, sobre todo por Melies y Buster Keaton, y por formas teatrales de tipo ritualista y atávico, el trabajo de Whitman se caracterizaba por convertir objetos e imágenes cotidianos en acontecimientos fantásticos o inverosímiles a través de una poética onírica. Para ello, Whitman utiliza una serie de recursos que incluyen la proyección de sombras, diapositivas y películas para superponer, suturar y entretejer fragmentos de lo corriente con lo insólito.

Simultáneamente a las performances de mediados de los años sesenta, Whitman realizó una serie de esculturas a las que dio el nombre de Cinema Pieces (Obras de cine), en las que proyectaba imágenes sobre objetos cotidianos como una ducha, una bolsa de basura o una ventana.

En estas piezas el artista explora temas propios del ámbito pictórico, como el papel de la obra de arte como ventana abierta o como espejo de la naturaleza, e investiga sobre la seducción y el deseo.

En Window (1963) a través de una ventana se puede atisbar un desnudo en un entorno agreste; y en Shower (1964) recurre a la imagen de una mujer bajo una ducha en funcionamiento, proyectada a modo de trampantojo. En ambas, el espectador adquiere el papel de voyeur, remarca Borja-Villel.

A finales de los sesenta, Whitman abandonó las performances en gran parte por su convicción de la posibilidad de unión entre el arte y la tecnología, que le llevó a fundar la asociación Experiments in Art and Tecnology en 1966 junto con el artista Robert Rauschenberg y los científicos Fred Waldhauer y Billy Klüver.

Entre las instalaciones de ese momento, la exposición muestra Solid Red Line (1967), en la que una luz penetrante roja traza un plano horizontal a lo largo de la sala y luego retrocede hasta disolverse. Su actividad más espectacular consistió en un insólito pabellón encargado por Pepsi-Cola para la Exposición Universal de 1970 en Osaka, para el que Whitman diseñó una enorme cúpula esférica de espejos

El recorrido expositivo se abre y se cierra con dos de sus creaciones más conocidas, Spyglass (1960-1976), un octágono cuyos lados están formados por cuatro pantallas en las que se proyectan imágenes cinematográficas, que se alternan con cuatro espejos; y Dante Drawings (1974-1975).