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Es la primera vez en 25 años que la danza obtiene un reconocimiento dentro de estos galardones.
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Es la primera vez en 25 años que la danza obtiene un reconocimiento dentro de estos galardones.

Las bailarinas Maya Plisetskaya y Tamara Rojo fueron galardonadas en Oviedo con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2005 por su "excepcional trayectoria en

Foto: Es la primera vez en 25 años que la danza obtiene un reconocimiento dentro de estos galardones.
Es la primera vez en 25 años que la danza obtiene un reconocimiento dentro de estos galardones.

Las bailarinas Maya Plisetskaya y Tamara Rojo fueron galardonadas en Oviedo con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2005 por su "excepcional trayectoria en el mundo de la danza, en el que son reconocidas como la más alta expresión de sus generaciones respectivas". La candidatura conjunta de la veterana bailarina y coreógrafa rusa, de nacionalidad española, Maya Plisetskaya, y de la joven Tamara Rojo, española nacida en Canadá, se impuso en las últimas votaciones a las del arquitecto estadounidense Frank Gehry, del director de orquesta italiano Claudio Abbado y del cineasta Steven Spilberg.

El jurado, presidido por el empresario José Lladó, decidió por unanimidad otorgar el premio a estas dos bailarinas con las que la danza clásica obtiene por primera vez el reconocimiento de los Premios Príncipe de Asturias en sus 25 años de historia.

En el acta del jurado se destaca que Maya Plisetskaya ha convertido la danza "en una forma de poesía en movimiento", al conjugar la "exquisita calidad técnica con la sensibilidad artística y humana, ejerciendo su magisterio sobre bailarines jóvenes y consagrados del mundo entero". De Tamara Rojo el jurado subraya "una combinación incomparable a día de hoy entre la mejor tradición clásica y la exigencia de superar nuevos retos, lo que es prueba de una "madurez interpretativa que le otorga una posición de privilegio a los más relevantes escenarios internacionales".

Maya Plisetskaya, considerada una de las más grandes bailarinas del siglo XX, ha alcanzado el título más prestigioso que una artista de esta especialidad puede conseguir: "Prima ballerina assoluta", y sigue vinculada a jóvenes artistas de todo el mundo a los que da clases.

Tamara Rojo, que es primera bailarina del Royal Ballet de Londres desde el año 2000, dio sus primeros pasos artísticos en el Centro de Danza Víctor Ullate (1983-1991) y pese a su juventud ha recibido ya numerosos premios y distinciones.

En esta edición concurrían al Premio Príncipe de Asturias de las Artes un total de 45 candidaturas procedentes de Alemania, Argentina, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Grecia, Guatemala, India, Italia, México, Noruega, Paraguay, Reino Unido, Venezuela y España. Este ha sido el sexto de los ocho Premios Príncipe de Asturias concedidos este año, en que cumplen su XXV edición. En las últimas ediciones, el galardón de las Artes ha sido concedido a Paco de Lucía (2004), Miquel Barceló (2003), Woody Allen (2002), Krzysztof Penderecki (2001) y Barbara Hendricks (2000). El Premio está dotado con cincuenta mil euros, la escultura creada y donada expresamente por Joan Miró para estos galardones, un diploma y una insignia acreditativos.

Las bailarinas Maya Plisetskaya y Tamara Rojo fueron galardonadas en Oviedo con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2005 por su "excepcional trayectoria en el mundo de la danza, en el que son reconocidas como la más alta expresión de sus generaciones respectivas". La candidatura conjunta de la veterana bailarina y coreógrafa rusa, de nacionalidad española, Maya Plisetskaya, y de la joven Tamara Rojo, española nacida en Canadá, se impuso en las últimas votaciones a las del arquitecto estadounidense Frank Gehry, del director de orquesta italiano Claudio Abbado y del cineasta Steven Spilberg.