Trece entierra 70 millones desde su creación y dispara las alertas de PwC

13TV, recientemente renombrada como Trece, no sale de los números rojos. La cadena de televisión de la Conferencia Episcopal terminó el año pasado con un agujero de 10 millones de euros, unos números negativos que se suman a las pérdidas de años anteriores y que en total alcanzan la friolera de 73,5 millones.

Un montante que ha llevado a la firma auditora de las cuentas, PwC, a mostrar su preocupación por el futuro de la empresa en el informe de auditoría: "Esta circunstancia, junto con otras cuestiones (...), indica la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la sociedad para continuar como empresa en funcionamiento".

Y es que la cadena, que ha remitido recientemente sus cuentas al Registro Mercantil, nunca ha dado beneficios desde que comenzaron sus emisiones allá por noviembre de 2010. Su perfil de audiencia, muy envejecido y poco atractivo para los anunciantes, ha lastrado las cuentas desde su fundación.

Durante el año pasado, la cifra de negocio de la cadena se mantuvo estable en los 11 millones, en línea con la cantidad registrada en 2015. La empresa también ha llevado a cabo varias ampliaciones de capital que han sido suscritas por Beta Films, los dueños de 'El Mundo' —que han entrado en el capital— y Video Mercury Films, la productora de Enrique Cerezo. Tal y como admite la mercantil, estas operaciones han permitido "contar con los fondos propios suficientes para hacer frente a las necesidades de financiación".

En este sentido, la cadena reconoce que al cierre de las cuentas se encontraba en causa de disolución, un supuesto que no ha llegado a producirse gracias, en parte, a una línea de crédito que mantiene abierta con la Conferencia Episcopal valorada en 12 millones y que vence en abril de 2018. Al cierre del pasado año, la cadena ya había gastado nueve millones.

Por otro lado, la cadena ha decidido apostar por una nueva comercializadora de publicidad, Pulsa Media, tras romper con Mediaset a comienzos de este año. Esta empresa se encarga de gestionar el 60% de la publicidad, mientras que el 40% restante queda en manos del equipo comercial.

La COPE toma las riendas

De un tiempo a esta parte, la COPE ha tomado posiciones en la cadena de los obispos para tratar de enderezar la situación. Aunque en la dirección son conscientes de la dificultad que entraña levantar la audiencia y mejorar el 'target' comercial, lo cierto es que, más allá del 'rebranding' de la cadena, ya se empiezan a notar los cambios.

Para muestra, un botón. El pasado mes de octubre, la cadena cerró con un 2,1% de 'share', lo que supone su mejor dato en los últimos 20 meses. Una cifra relevante, habida cuenta de que hasta hace poco la cadena era incapaz de alcanzar ese porcentaje.

En materia de nombramientos, el cambio más relevante pasó por el nombramiento de Julián Velasco como nuevo presidente en sustitución de Fernando Giménez Barriocanal. Velasco, con un perfil técnico, fue el elegido para sanear las maltrechas cuentas de la compañía. En este sentido, habrá que esperar a las cuentas del año en curso para comprobar si efectivamente ha logrado su objetivo. Este mismo año también entró al consejo de la cadena Ignacio Armenteros, director general financiero de la emisora.

Respecto a los cambios en la programación, la cadena quiere rebajar los contenidos políticos y diseñar una parrilla más familiar para atraer a una audiencia más amplia y, sobre todo, más joven. El Confidencial se ha puesto en contacto con Trece, que ha declinado comentar esta información.