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Simpson, Pretty Woman, Friends: la nostalgia es un negocio muy rentable
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LOS CONTENIDOS IMPERECEDEROS DE LAS PARRILLAS

Simpson, Pretty Woman, Friends: la nostalgia es un negocio muy rentable

Cuando un espectador enciende el televisor puede llegar a tener la sensación de vivir en un constante déjà vu. “Esto ya lo he visto”, “otra vez

Foto: Simpson, Pretty Woman, Friends: la nostalgia es un negocio muy rentable
Simpson, Pretty Woman, Friends: la nostalgia es un negocio muy rentable

Cuando un espectador enciende el televisor puede llegar a tener la sensación de vivir en un constante déjà vu. “Esto ya lo he visto”, “otra vez lo mismo”, “es que no ponen nada en la tele”...  son las consignas que uno acaba lanzando contra la llamada Caja Tonta. Pero de tonta tiene poco. Y es que podemos quejarnos de las innumerables reposiciones de las películas o de los diferentes productos televisivos, pero el hecho es que todas esas emisiones siguen registrando muy buenos datos de audiencia por más que se repitan. Y mientras eso siga ocurriendo, las cadenas seguirán programándolas, entre otras cosas, porque les resulta más rentable que arriesgar con un programa nuevo.

Es posible que ‘Pretty Woman’ sea uno de los largometrajes que más se han emitido, pero es también el más visto de la historia de la televisión en España. Los números que deja tras de sí lo ratifican. Cuando se estrenó en TVE1 en enero de 1994 obtuvo un 55,6% de share y más de nueve millones de espectadores. Sólo cuatro meses después, en abril, el ente público repetía la hazaña alcanzando la cifra de un 41,3% de share y algo más de seis millones de personas detrás de la pantalla.

Recurrir a la programación de estos productos se ha convertido en una tabla de salvación desesperada para salvar el share de una noche. Y siempre funciona. Hay un segmento de la audiencia fiel, que permanece delante del televisor pese a que ya no hay secretos.

Julia Roberts se enamoró de Richard Gere. Una y otra vez. Y otra. Hasta 15 veces desde su puesta de largo en 1994. Después de esto, TVE la ha emitido otras siete veces, Telecinco seis más y Antena3 una. Todas ellas con datos de audiencia espectaculares, con un share medio del 20%. Y como más de uno ya puede sospechar: “Y las que le quedan”.

Este cuento de hadas en versión moderna ha acumulado en sus 15 pases más de 70 millones de espectadores. La pregunta no puede ser otra: ¿Hay alguien que aún no haya visto ‘Pretty Woman’?

Y entonces llegó Internet

El efecto de este cuento de Cenicienta actual traspasa la pantalla. En pasado mes de mayo, TVE emitió en prime time el último pase, hasta la fecha, de ‘Pretty Woman’ y las redes sociales hicieron el resto. La conversación en Twitter se disparó hasta el punto de que tres temas vinculados con la película (#prettywoman, #richardgere y #juliaroberts) se convirtieron en trending topic. Dos posturas fueron las defendidas: por un lado estaban aquellos que decían estar hartos de ver la historia una vez más y, del otro, los miles de seguidores que se dejaron seducir de nuevo pese haberla visto ya una docena de veces.

Hoy, la cinta de Gary Marshall está en el podio de los contenidos ever green, productos imperecederos, respaldados por la siempre caprichosa audiencia, incluso convertidos en una curiosidad sociológica.  Tal es el caso de ‘Los Simpson’, la familia amarilla que atesora Antena3. “Es un viejo contenido –con 20 años de historia a su espalda- que siempre está de actualidad”, explica Pello Sarasola, director de programación de Antena3, y añade que “quizás el secreto de que sean inagotables está en que resultan atractivos para target amplios –destinatario ideal para un producto- y cuentan con argumentos atemporales”.

La misma opinión comparte la consultora audiovisual Barlovento Comunicación, que dice: “Entre los factores que ayudan a que un programa sea imperecedero, se encuentra el que denominamos “signo no excluyente” es decir, que el programa interese a un conjunto amplio de público representativo y no excluyente. Si el espacio va dirigido principalmente a jóvenes de 13 a 24 años, deberá gustar también a niños (4 a 12 años) y a adultos jóvenes (25 a 44 años): sólo la reunión de 4 a 44 años logrará el factor no excluyente. Se trata de lo que llamamos “programas blancos”, dirigidos a todos los públicos donde cada uno se sienta identificado en mayor o menor medida”.

Estudios universitarios, a tal llega la simpsomanía, concluyen que su éxito radica en que “contienen tantos gags por episodio que por muchas veces que se vean no se puede retener todos”. Además se apunta que “ante tanta oferta televisiva al espectador le cuesta elegir y acaba apostando por lo seguro, aunque ya lo conozca”.

En busca de la rentabilidad

Las estrategias de programación de las cadenas se basan en la rentabilidad, donde la cuenta de resultados debe acabar en números azules. Hay formatos cuyo precio no se corresponde con el número de espectadores que convocan. Este motivo, por ejemplo, ha llevado a varias cadenas a renunciar a generar programas nuevos de entretenimiento en el late night –suelen salir entre 60.000 o 80.000 euros de coste por noche, aunque últimamente los costes se han renegociado a la baja- al constatar que reposiciones de series o películas norteamericanas consiguen audiencias correctas en esta franja. Las series made in USA se compran en paquetes que incluyen otras producciones menores. Su precio por capitulo oscila  entre 50.000 y 90.000 euros, pero llega a más televidentes.

Quizás ‘Pretty Woman’ es la gallina de los huevos de oro que toda cadena quiere tener, pero hay otras, como ‘Ben-Hur’ (un clásico de la Semana Santa española), ‘Lo que el viento se llevó’,  ‘Pánico en el túnel’, ‘Grease’, ‘Dirty Dancing’, que emisión a emisión logran mejores resultados que los filmes recién llegados a la pantalla. No son películas de estreno, ni siquiera podrían tildarse de actuales. No figurarían en un ránking de los mejores largometrajes de la historia, ni sus tramas narran ninguna epopeya excesivamente original, más bien son facilonas; sin embargo, la audiencia les bendice y no una vez, ni dos, sino muchas.

Pero no sólo de películas vive el hombre. ‘El Club de la Comedia’, ‘Friends’, ‘Los vigilantes de la playa’, ‘Farmacia de guardia’… son productos que apenas abandonan las parrillas televisivas para alegría de nostálgicos.

La TDT ha reforzado la práctica de las reposiciones. Los nuevos canales, en sus primeros pasos en antena, han optado por rellenar sus parrillas con la emisión de series antiguas o repeticiones de sus programas más exitosos. Y es que la variedad de canales favorecida por el salto a la televisión digital no ha venido acompañada de una oferta diferenciada de contenidos. Por ejemplo, el tercer canal de Telecinco, Factoría de Ficción, es el principal contenedor de series que triunfaron en los 90. Uno de sus puntos fuertes ha sido la reposición de la serie ‘Friends’, la popular sitcom norteamericana sobre un grupo de amigos que viven en Nueva York que ya estrenó en España Canal+ y hasta hace pocos años emitida en abierto por Cuatro.

Cuando un espectador enciende el televisor puede llegar a tener la sensación de vivir en un constante déjà vu. “Esto ya lo he visto”, “otra vez lo mismo”, “es que no ponen nada en la tele”...  son las consignas que uno acaba lanzando contra la llamada Caja Tonta. Pero de tonta tiene poco. Y es que podemos quejarnos de las innumerables reposiciones de las películas o de los diferentes productos televisivos, pero el hecho es que todas esas emisiones siguen registrando muy buenos datos de audiencia por más que se repitan. Y mientras eso siga ocurriendo, las cadenas seguirán programándolas, entre otras cosas, porque les resulta más rentable que arriesgar con un programa nuevo.