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Liberty se plantea vender activos de Prisa y todavía no ha entrado en el capital
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DECIDIRÁ CUANDO PASE EL PRIMER AÑO

Liberty se plantea vender activos de Prisa y todavía no ha entrado en el capital

Los gestores de Liberty no vienen a España para socorrer a los Polanco por puro altruismo. “Si dentro de un año existe la necesidad urgente de

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Liberty se plantea vender activos de Prisa y todavía no ha entrado en el capital

Los gestores de Liberty no vienen a España para socorrer a los Polanco por puro altruismo. “Si dentro de un año existe la necesidad urgente de vender un activo, tomaremos una decisión”, asegura Martin E.Franklin, presidente de la compañía, en un extenso artículo sobre la operación publicado ayer por The New York Times. “Todas las ventas hechas hasta ahora han sido forzadas, lo que no permite maximizar su valor”, lamenta el ejecutivo, que en todo caso añade que cualquier transacción “será una decisión del Consejo”. Los accionistas de Liberty, a la sazón una veintena de firmas de inversión y hedge funds, votan mañana su entrada en el capital de Prisa con una inyección de cash que supera los 630 millones de euros.

 

Liberty ya pone de manifiesto sin ambages cuáles son los riesgos de la operación en la documentación remitida al regulador estadounidense (SEC). “Si el cash flow operativo y los recursos de capital de Prisa son insuficientes para cumplir con las obligaciones de la deuda, puede verse forzada a vender activos, buscar equity adicional o ir a una mayor reestructuración de la deuda”, asegura el documento. La banca acreedora ha dado al grupo hasta el 30 de noviembre para cumplir con una serie de condiciones si quiere refinanciar hasta 2013 un abultado saldo negativo que ronda los 4.700 millones. Uno de esos requisitos es precisamente una aportación de fondos de al menos 450 millones de euros.

 

Franklin, consumado triatleta y participante en pruebas de ironman, respalda en todo caso la operación, pese a las dudas que admite han existido sobre la economía española. “Las preocupaciones sobre España se han calmado y la gente lo ve como una oportunidad de entrar en la parte más baja del ciclo”. En esta línea, considera que los “los múltiplos son mucho más razonables que hace diez años” en el sector de medios y deja claro que si los precios no fueran los correctos, su compañía no haría la operación. La familia Polanco, que controla un 70% de la compañía, perderá la mayoría y pasará a atesorar un 30%. La última palabra es para los accionistas de Prisa, que votarán la operación en Junta Extraordinaria el próximo sábado.

 

El consejero delegado del grupo, Juan Luis Cebrián, también se explica en una entrevista con el diario neoyorquino. Asegura que rechazó una oferta por Santillana de 1.500 millones de euros del grupo británico Pearson. Una propuesta que ya adelantó El Confidencial y que hubiera dado a Prisa el árnica que ahora busca con Liberty. “Hemos preferido vender participaciones minoritarias, lo que siempre es más duro”, aseguró Cebrián, para quien deshacerse de la editorial, la joya de la corona del grupo, hubiera supuesto desmantelar la compañía y poner en jaque la fortuna de los Polanco. “Es como cuando empiezas a vender los muebles, luego el Picasso y después el Miró”, comenta.

 

Los Polanco prefieren callar

 

Cebrián asegura que la familia ha apoyado la fórmula, y que se opuso a las presiones de la banca para que se aceptara la oferta de Pearson. “Más allá de ser una compañía, esto es también una institución –y la familia ha optado por mantener la institución-”, asegura el factótum de Prisa. Las desinversiones afrontadas por la compañía en los últimos meses incluyen la venta de un 25% de Santillana al fondo DLJ South American Partners o de sendos 22% de Digital+ a Telecinco y Telefónica. Por el camino, también se ha desprendido del canal de televisión en abierto Cuatro y aún queda por cerrar la venta de una participación minoritaria en Media Capital. Un conjunto de operaciones que, unidas a la de Liberty, permitirían ingresar a Prisa casi 2.000 millones de euros.

 

“Conocía a Prisa y sus asesores desde hacía años. Simplemente descolgué el teléfono cuando se hizo evidente que el capital de Liberty podía ayudar a Prisa”, asegura por su parte Nicolas Berggruen, fundador de la sociedad americana, para glosar cómo se fraguó de la operación. Los dos principales ejecutivos de Liberty, que pasarán a engrosar un Consejo de Administración de Prisa ampliado, han insistido en que no extenderán su influencia en la compañía a áreas sensibles como la dirección editorial del El País. Tanto Ignacio como Manuel Polanco declinaron la posibilidad de hablar con The New York Times para ofrecer su visión de la operación y “prefirieron dejar que Cebrián explicase los planes de Prisa”, reza el artículo.

 

Cebrián puede ser uno de los grandes beneficiados en la operación si cumple con la hoja de ruta que marque Liberty. Como publicaba este diario el pasado viernes, el consejero delegado ha pactado con la sociedad americana un sueldo que puede alcanzar los nueve millones de euros anuales si consuma todos los objetivos establecidos en su parte variable. Fuentes financieras aseguran que la gestión será vital en la Prisa posterior al acuerdo, con los nuevos inversores volcados en impulsar la estrategia empresarial una vez aplazados los problemas financieros. Y de ahí la necesidad de que el primer ejecutivo encabece la carga en los tres años que ha pactado seguir en la empresa. No hay duda los objetivos impuestos a Cebrián para obtener los bonus serán exigentes, en línea con los resultados a corto plazo que necesita una sociedad cuya deuda le ha puesto al bordo del default.

Los gestores de Liberty no vienen a España para socorrer a los Polanco por puro altruismo. “Si dentro de un año existe la necesidad urgente de vender un activo, tomaremos una decisión”, asegura Martin E.Franklin, presidente de la compañía, en un extenso artículo sobre la operación publicado ayer por The New York Times. “Todas las ventas hechas hasta ahora han sido forzadas, lo que no permite maximizar su valor”, lamenta el ejecutivo, que en todo caso añade que cualquier transacción “será una decisión del Consejo”. Los accionistas de Liberty, a la sazón una veintena de firmas de inversión y hedge funds, votan mañana su entrada en el capital de Prisa con una inyección de cash que supera los 630 millones de euros.

Juan Luis Cebrián