Rocío Carrasco y el cuarto poder, por M. Castro
Esperemos que dentro de veinte años no aparezca otra docuserie que le saque los colores a los tertulianos y medios actuales
Estimado Director,
Me llama la atención el documental de Rocío Carrasco y sus repercusiones en todo tipo de medios escritos, radio y televisión. Todos se pronuncian sobre el machismo o el feminismo, si Antonio David es la nueva víctima o si se revictimiza a Rocío Carrasco. En mi caso, nunca me interesaron lo más mínimo las revistas ni los programas del corazón. Pero, esta vez, los estoy viendo. Al menos, hasta una hora prudente de la noche. Dejando a un lado el feminismo, me llama tremendamente la atención que no haya una autocrítica real en los medios y los paparazzi, pues si la hay es de boquilla, dándose golpes en el pecho.
Lo que yo recuerdo de aquella época era el poder de estos fotógrafos y tertulianos, donde acuchillaban sin escrúpulos y endiosaban o destruían a su antojo a unos y otros. Con el poder que tenían estos profesionales, no creo que fueran unos ignorantes sobre todo el tema. Más bien, mirarían para otro lado o no querían saber mientras el dinero seguía entrando a base de desangrar a la víctima de turno. Dicho esto, lo que más me gusta del documental es cómo se muestra el cuarto poder en todo su esplendor. Puede destruir a una persona aunque sea la hija de 'la más grande' porque, siendo claro, si Antonio David no tuviera el apoyo o la habilidad de manipular a periodistas para que se comieran su rico caramelo, no sería más que un simple exmarido que intentó enfrentarse a una famosa y salió trasquilado. Para mí, los medios fueron colaboradores necesarios e indispensables para intentar acabar con la vida de Rocío Carrasco. Afortunadamente, salió mal la operación, aunque hubo muchos daños colaterales.
Lo que queda claro es la falta de ética y moral del cuarto poder de aquella época. Esperemos que dentro de veinte años no aparezca otra docuserie que le saque los colores a los tertulianos y medios actuales.
Manuel Castro
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