Es noticia
¡Pulgar abajo!, por J. Gibert Arce
  1. Área privada EC Exclusivo
  2. Cartas al director
ENVÍE SU CARTA EN EL FORMULARIO

¡Pulgar abajo!, por J. Gibert Arce

Cuando este digital cambió el formato de los comentarios, podrían haber incorporado una mejora que reduciría el nivel de crispación entre lectores. Una mejora cuyo coste es cero

Foto: Imagen: Rocío Márquez.
Imagen: Rocío Márquez.
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Estimado Director,

Cuando El Confidencial cambió el formato de los comentarios, podrían haber incorporado una mejora que reduciría el nivel de crispación entre lectores. Una mejora cuyo coste es cero. Pero nunca es tarde para incorporarla y paso a describirla.

Se trata de la eliminación del botón 'pulgar abajo' o voto negativo a un comentario por parte de otro lector. Recordemos que procede de los espectadores del anfiteatro, cuando pedían que el gladiador vencido fuese degollado en el acto.

Parece obvio que si se pone el botón de aprobación se ponga el de desaprobación, pero no lo es. Personalmente, no lo he usado nunca y por tanto lo creo innecesario, salvo que queramos potenciar la crispación.

Cuando vamos a un concierto o a un partido, algunos aplauden y otros pitan, cierto. Pero es que el espectador no tiene otra opción para mostrar su aprobación o enfado, enfado que se justifica porque ha pagado por el espectáculo. En los comentarios sí la tenemos, mediante la opción 'Responder' y, en casos extremos, 'Denunciar'.

Además, nadie paga por los comentarios que los lectores aportamos gratuitamente. Más todavía, un comentario está vinculado a un artículo y ello abre las posibilidades de enfado hasta hacer que pulsar el botón carezca de significado:

- ¿El comentario no me gusta porque es injurioso o soez?
- ¿No me gusta porque ataca directamente al periodista o autor del artículo, es decir, al mensajero?
- ¿No me gusta porque está fuera de lugar, no aplica a este artículo?
- ¿No me gusta porque se nota que lo ha escrito un 'trol' a sueldo?

Lamentablemente, me temo que en muchos casos la razón es otra: ¡No estoy de acuerdo con lo que argumenta el lector, pero no pienso molestarme en responderle con ningún contra argumento, porque, en realidad, no tengo ninguno!

Señor director, ¿deberían ustedes seguir facilitando las cosas a esos 'crispadores' profesionales que se dedican a puntuar en negativo todos los comentarios de un artículo, como se puede observar a primeras horas de la mañana cuando algunos artículos muestran ese comportamiento? ¿Qué perderían si lo eliminan? ¿No ganarían en respuestas y denuncias y, por tanto, en participación activa de los lectores?

Jordi Gibert Arce

Estimado Director,

El redactor recomienda