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La deportista a seguir | ¿Qué lleva a la gran promesa de 22 años a anunciar su retirada?
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EL ATLETA DEL MOMENTO

La deportista a seguir | ¿Qué lleva a la gran promesa de 22 años a anunciar su retirada?

Un espacio en el que destacaremos a ese deportista con menos nombre, pero que lo tiene todo para ocupar grandes titulares y que queda eclipsado por las estrellas de (casi) siempre

Foto: Imagen: Sergio Beleña.
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Ocurrió hace 26 años y parece que fue ayer. Llegaban los primeros calores del verano de 2005 y lo que sucedió en Vitoria es historia del baloncesto: nunca antes se vio un final así y, probablemente, pasarán décadas hasta encontrarnos con uno similar. Era el quinto partido de la final de la ACB y el Buesa Arena acogía el choque entre el TAU Cerámica y el Real Madrid: quien ganara, se llevaría el título. El conjunto blanco —aquella mañana vestía de negro— había dominado todo el partido, llegando al comienzo del último periodo con una ventaja de cinco puntos (51-56), pero entonces todo cambió... Y no sería la última gran sorpresa que guardaba el encuentro.

El TAU ajustó su defensa de la mano de Luis Scola y Tiago Splitter, mientras que dos vendavales llamados Arvydas Macijauskas y Travis Hansen anotaban de todos los colores. Los vitorianos dieron la vuelta al marcador, guiados por dos expertos en la dirección de juego como José Manuel Calderón y Pablo Priggioni, y a falta de menos de un minuto cerraban el partido: con 50 segundos por jugar, los de Dusko Ivanovoic se ponían ocho arriba (69-61) y acariciaban el título... Pero ocurrió lo inesperado. El Real Madrid, en una remontada histórica, daría la vuelta al marcador y lograba la liga con un héroe para la historia... Alguien del que nadie se acuerda.

Un par de errores absurdos del TAU y varias canastas rápidas del Madrid hicieron que, a falta de 14 segundos, los blancos tuvieran posesión para ganar el partido. Alberto Herreros, un gran triplista, pero habitual del fallo en la última jugada, se redimió con la canasta de tres más importante de su carrera a falta de seis segundos. Y aquí es donde parece que acaba la historia, pues todo el mundo recuerda el triunfo por este triple... Pero en realidad fue más allá. Si no es por un tapón de Antonis Fotsis a Calderón en la última jugada, aquel triple no hubiera valido de nada, pero incluso los compañeros se olvidaron del jugador griego, y solo celebraron con el capitán.

Eso es, precisamente, lo que muchas veces ocurre en el deporte. Nos acordamos de atletas que hicieron historia, pero de otros héroes igual de importantes no tenemos vestigios en nuestra caprichosa memoria. En ocasiones, hay deportistas que no reciben los elogios que merecen; en otras, un atleta llama la atención a nivel mundial, generalmente por su juventud y su proyección, pero, a veces, la fortuna no le acompaña meses después y termina diluyéndose; más de las que creemos, encumbramos demasiado pronto a jóvenes a los que la exposición a los focos termina por hacer daño. Por eso, la sección de esta semana será una excepción a la norma.

En esta ocasión, posiblemente no podamos seguir más a esta deportista. Este espacio busca dar visibilidad a aquellos atletas que están haciendo grandes cosas pero no gozan de sus merecidos titulares, pero, a veces, también hay que reivindicar el derecho a parar, frenar en seco una carrera y pararse a pensar en uno mismo. Lo hemos visto muy recientemente con los casos de Naomi Osaka o Simone Biles sin ir más lejos y, ahora, una nueva deportista acaba de anunciar su retirada (indefinida, no sabemos si volverá) con solo 22 años. ¿El motivo? "Tengo que cuidar mi mente y mi cuerpo", explica Iris Mbulito, una de las grandes promesas del básquet español.

Hija de Puri Mbulito, exjugadora nacional, pronto demostró que tenía grandes dotes para el baloncesto. Sus impresionantes cualidades le valieron para destacar desde muy joven, lo que le valió para convertirse en la jugadora más joven de la historia en debutar en el básquet profesional, de la mano del Gran Canaria, con solo 14 años —poco después le 'robaría' el récord Emma Flórez—. Desde entonces, muchos focos se centraron en la joven jugadora, que empezaba a acumular títulos individuales en cada campeonato que disputaba... pero la desgracia se cruzó en su camino: solo un año después de su debut, se rompía el cruzado de una de sus rodillas.

Tras recuperarse, Iris volvió a las pistas... Pero cuando empezaba a tener ritmo de competición, volvió a romperse los mismos ligamentos de la misma articulación, lo que la llevó a tomarse el regreso con más calma. A su vuelta, un nuevo problema físico volvió a aparecer: una extraña lesión en su hombro izquierdo. Pese a ello, sus grandes actuaciones la llevaron a formar parte de la selección española sub-20, con la que no solo disputó el Europeo de Sopron en 2018, sino que fue pieza básica para llevar al combinado nacional al título, convirtiéndose en la MVP del torneo —en la final, anotó 21 puntos—. Le sirvió para firmar por la Universidad de Arizona State.

Allí jugó tres años, en los que disputó más de 80 partidos, pero donde su hombro no dejó de darle problemas. Hace escasas semanas, la joven sorprendía en las redes anunciando su retirada del baloncesto. Con solo 22 años, la que estaba llamada a ser gran promesa del deporte nacional, ha decidido dar un paso a un lado, "por mi mente y mi físico". Seguramente, el hombro ha tenido que ver; casi con certeza, los sacrificios lógicos por ser deportista de elite, también. A veces, los héroes no son los que meten la canasta ganadora, sino los que saben lo que deben hacer a sabiendas de que tendrán menos titulares: como Antonis Fotsis, como Iris Mbulito.

Ocurrió hace 26 años y parece que fue ayer. Llegaban los primeros calores del verano de 2005 y lo que sucedió en Vitoria es historia del baloncesto: nunca antes se vio un final así y, probablemente, pasarán décadas hasta encontrarnos con uno similar. Era el quinto partido de la final de la ACB y el Buesa Arena acogía el choque entre el TAU Cerámica y el Real Madrid: quien ganara, se llevaría el título. El conjunto blanco —aquella mañana vestía de negro— había dominado todo el partido, llegando al comienzo del último periodo con una ventaja de cinco puntos (51-56), pero entonces todo cambió... Y no sería la última gran sorpresa que guardaba el encuentro.

Vitoria
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